Denis Sus 150 Años

CAPITULO 11

 

Irina sentada en una banca en una fiesta al aire libre, donde todas las damas vestían con vestidos de colores pastel para darle la bienvenida a la primavera, y los caballeros vestidos sin sus trajes de etiqueta se veían más cómodos y desenvueltos, Adele llegó corriendo llevando del brazo a un caballero.

-Permítame señor Miller presentarle a mi querida prima la señorita Irina Davies. – El joven se inclinó con toda cortesía.

-Irina, el señor Luis Miller – Irina se inclinó, el joven que tenía enfrente era un rubio, flaco, de ojos azules pequeños, en si poco atractivo, pero Irina nunca había desdeñado a un hombre poco atractivo si tenía una buena conversación.  Adele los dejó solos a propósito para que se conocieran.

- ¿Conoce a mi prima desde hace mucho señor?

-Si desde hace algunos años, mis padres y sus padres son buenos amigos. – Irina le sonrió, él también pero mejor no lo hubiera hecho ya que su sonrisa más bien era algo desagradable, Irina se volvió a ver a su prima para reclamarle, pero ella estaba embelesada viendo el rostro perfecto de su prometido, los dos sonreían parecía que se la estaban pasando bien, de modo que regresó a ponerle atención al señor Miller.

-Me dice su prima que viene de Kent.

-Así es – le dijo Irina toda cordialidad y sonriéndole.

-Y dígame señor ¿Cuáles son sus entretenimientos?

-Me gusta ir al club.

-Al club de caballeros, - le dijo disimulando una sonrisa, - ¿qué es lo que hace en el club seño?

-Pues lo que va uno y hace a los clubs, tomar unas copas, jugar cartas y…

-Platicar con sus compañeros del club – le dijo Irina arrebatándole la palabra, ya que era otra manera de decirle que los hombres cotilleaban igual que las damas cuando estaban reunidos, dos puntos menos a su favor el joven era un holgazán y al parecer le gustaba la bebida.  Pero decidió quedarse platicando con el joven señor Miller para evitar estar junto a Adele y Felipe.  A parte de la mala compañía, le gustó la fiesta al aire libre, los jardines estaban muy bien cuidados las flores estaban escogidas por colores y formaban un elegante paisaje, y los pastelillos estaban deliciosos.

-Mira que bien se ven Irina con el señor Miller, - Felipe se volvió a verlos, pero desde hacía rato no podía dejar de mirarlos.

- ¿Por qué decidiste presentárselo a tu prima? – Le preguntó viendo como Irina le sonreía al hombre, jamás había estado tan celoso por una mujer, solo apretaba la mandíbula y cerraba los puños, estaba a punto de ir a darle su merecido al señor Miller.

-Bueno es un joven soltero, no es mal parecido.

-Me parece querida que no conoces bien al señor Miller. – Adele no dijo nada, solo se le quedó viendo a la pareja que de lejos parecía estar contentos en una plática cerrada.

En las siguientes semana Irina estaba exhausta por tratar de evadir a Felipe y a su prima, era cruel martirizarse viéndolos siempre juntos, tomados del brazo, sonriendo, con sus miradas uno en el otro.  Añoraba su regreso a Kent, quería ir a refugiarse en su casa, quería ver lo verde de sus praderas, y el sentirse segura junto a sus plantas.

Estaban en el baile de la familia Wellesley hasta ahora el más lujoso al que Irina había asistido, definitivamente lady Wellesley no había dejado que se le escapara ningún detalle, el salón estaba tan iluminado que debieron de usarse cientos de lámparas, los muebles lustrosos y las flores terminaban la decoración.

Irina vio al señor Miller y fue a saludarlo, para ella era muy desagradable pasar un hermoso baile al lado del señor Miller, pero era peor estar al lado de su prima y de Felipe, Luis Miller no era un muy buen bailarín, pero Irina lo tomaba como castigo por estar enamorada del prometido de su prima, por otra parte, Felipe era un muy buen bailarín, hasta eso tenía a su favor pensaba Irina.  Estaba en la mesa de los bocadillos cuando Adele llegó hasta donde estaba ella, la vio venir, pero ya era tarde no podía escapar.

-Irina que bueno que te encuentro, no sé por qué, pero creo que en todos los bailes te escondes de mí.

-No, ¿cómo crees? – Le dijo con una fingida sonrisa.

-Me lastime el tobillo en el último baile, y no quiero que lord Andersson se quede sin bailar, me harías el favor de bailar con él.

-Pero Adele no creo que él quiera bailar conmigo.

-Claro que sí. – Y la llevó a rastras donde se encontraba Felipe.

-Mi lord aquí está mi prima, y estaría muy complacida si baila con ella. – A Felipe le tomó por sorpresa la propuesta de Adele, pero una leve sonrisa se dibujó en sus labios, Irina no se atrevía a verlo a la cara, estaba demasiado avergonzada, él le tomó el brazo y la llevó a la pista de baile, Irina sintió cuando la tomó de la cintura, cerró los ojos para disfrutar del momento, cuando los abrió él la estaba mirando.

-No lo puede negar señorita Davies – le dijo acercando su cara más de lo debido, lo que hizo sonrojar a Irina y mirar a las personas alrededor para ver si no los estaban viendo.

-Negar ¿Qué? Lord Andersson.

-Lo mucho que le atraigo. – De nuevo se acercó.




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