Dentro De La Máscara De Papel.

Mi Primer Beso. Parte. — 4.

Al día siguiente, ella no podía dejar de creer que aquel chico podría confesarse, por más que trataba de evitarlo la ilusión estaba presente, ella quería conocer a alguien y que esa persona la aceptará tal y como era, sin prejuicios, sus horas pasaron en un mundo imaginario, pensando a cada minuto lo que tenía en su mente, preparándose para lo que podría ser su primer paso, había creado el guión perfecto ante cualquier tipo de situación que se le presentará, hoy al fin era la protagonista de su propia historia.

Al llegar la hora del almuerzo todo el mundo sale entusiasmado para aliviar la mañana, ella sale con velocidad hacia el lugar que aquel chico le había indicado, llevaba consigo el almuerzo para compartirlo con él y llegar a conocerse, se había entregado a esa ilusión que le regalaba sonrisas, al llegar él estaba parado en la pared, toma aire y se acerca lento tratando de verse femenina, él se alegra de que haya llegado y presume su mejor sonrisa, esto hace que ella se entusiasme y se alegre al ver que alguien podía sonreír con su presencia.

—Perdón por llegar tarde, ¿Esperaste mucho?.

—No te preocupes, acabo de llegar.

Los dos se quedan en silencio mirando hacia direcciones diferentes, eran dominados por los nervios.

—Tenias algo que decirme ¿Verdad?.

—S-Si, me da un poco de vergüenza decirlo.

—No te preocupes, yo estoy igual.

—¡Yo... Emm... A mí m-m-me gusta Alma!.

Ella queda en silenció, sabía que algo andaba mal, pero quería mantener esa ilusión viva por si acaso, era un rechazo más en su vida.

—Se que eres su prima y quería preguntarte si podrías ayudarme, es muy linda y enserio me gusta, ¿Me darías una mano?.

Ella memorizó esas palabras en su cabeza, pero no estaba presente, la palabra equivocada resaltaba en su cabeza y no dejaba de hacer ruido, se sentía sumamente triste, pero la ira le ganaba por haberse ilusionado sabiendo la verdad de primera.

—¿Me ayudarías?.

—¿Eh? S-Si, claro, ¿Por qué no?.

—¡Gracias!.

Ese chico en cuál apostó sus últimas ilusiones la abrazaba y le daba las gracias, ese momento se ponía un freno y dejaría de ilusionarse tontamente.

Cuando ese chico se va ella queda parada en el mismo sitio unos segundos hasta que él se alejara por completo.

—¡Que tonta soy!.

Se dice esas palabras y se va de lugar, llega a su escondite donde siempre se sienta a comer sola para desahogarse y liberar esa ira acumulada, ahí es donde ella habla únicamente consigo misma.

—Soy una idiota, sabía que esto iba a pasar, ¿Por qué? ¿Por qué me ilusioné así? ¡Abre los ojos Isabella! Nadie quiere salir contigo, nunca se te confesaron menos lo van a hacer ahora.

Suspira mientras sus pasos bajan levemente su velocidad.

—Tengo 18 años y todavía no di mi primer beso, que ridícula soy, solo quiero estar con alguien que me divierta, ser la razón por la cual se ría, que él también me busque, que este interesado en conocerme, solo quiero eso, ¿Es mucho pedir?. Que cursi soy, pero ya basta!. No voy a volverme a ilusionar con estas ideas tan tontas, hoy me doy por vencida, me cansé.

Ella apoya toda su espalda en un árbol dejándole todo su peso.

—Solo quiero tener mi primer beso, que sea inolvidable.

Mientras se decía esas palabras miraba su mano, lentamente se la acerca a ella.

—¿Tan difícil es besar? ¿Que se sentirá?.

Ella contemplaba su mano y en su mente era un chico parado enfrente de ella, sin pensarlo dos veces juega con su imaginación y se besa la mano convenciendose que era un chico quien lo hacía, despega​ su mano de la boca al darse cuenta de lo que estaba haciendo.

—¡Que tonta soy! ¿Que mierda estoy haciendo?.

Ella suspira y se alivia de que nadie llegó a verla en esa situación tan embarazosa, levanta su cabeza por mera curiosidad y ve que Joaquín estaba sentado arriba del árbol tomando jugó y abrazado a un gato, ella inmediatamente se pone roja de vergüenza, pero ninguno de los dos dice nada, solo se encontraban en silenció mirándose por unos largos segundos, quien rompe el silencio fue ese gatito que sostenía con un simple maullido.

—¡¡¡¿Q-Q-Que carajos haces ahí Joaquín?!!!.

—Solo estoy almorzando, siempre lo hago aquí.

—¿QUE? Él escuchó siempre mis quejas y las cosas absurdas que decía, ¿Desde hace cuanto que estás ahí?.

—Desde antes que te pusieras romántica con tu mano.

—¡¡¡Cállate!!!.

Ella comienza a ponerse colorada de la vergüenza que sentía, su mente era un completo caos, su corazón iba a mil y su respiración era agitada.

Él baja del árbol y se pone enfrente de ella con una mirada traviesa.

—¿Nunca diste tu primer beso?.

—A ti que mierda te impor...-

Él la toma con suavidad del mentón mientras decía esas palabras y antes de terminar le da un beso, ella queda anonadada ante esta acción, no tuvo ni la fuerza para moverse, los reflejos escasos la dejaron enfrente de él

—Ahora yo soy tu primera vez.

Ella lo golpea en el estomado mientras le decía tonto, totalmente avergonzada se va del lugar sin mirar atrás, la imagen de él besándola se repetía una y otra vez en su cabeza, no podía dejar de pensar en ese momento, quien robo su primer beso fue ese chico tan codiciado por todas y quien rechazó a muchas chicas sin pensarlo, pero a ella no, estaba molesta de que haya sido él su primera vez, quería que su primero beso fuera inolvidable, tierno y sincero, pero fue todo lo contrario ya que fue robado así como si nada, no quería aceptarlo ya que la idea de que él estaba jugando con ella era inevitable y se aprovechó que ella estaba con la guardia totalmente baja, esa tarde donde se rindió obtuvo su primer beso de la persona menos pensada.

Alex M. Martínez.




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