La casa de Isabella era aún más ruidosa ya que estaba con Rocío y Carla, las tres estaban en la habitación de Isabella, estaban comiendo y bebiendo, se reian y disfrutaban de su compañía, todo ese escándalo baja cuando escuchan que llaman a la puerta, no le daban mucha importancia ya que convivían muchos en la misma casa y uno se decidirá abrir, y así fue, quien se rindió ante ese molesto sonido fue Isabella, ya que ninguno de su familia abría tuvo que ir ella, al abrir se topa con Joaquín.
—¿Que haces aquí?.
Por detrás de ella se asoma Rocío.
—¡¿Que?! ¿Ustedes son vecinos? Además de ser amigos de la infancia también viven uno al lado del otro, así que en la noche ambos se asoman al balcón para verse y conversan toda la noche, no pensé que tenían una relación así de bonita.
—No es mi vecino, no tengo una casa de dos pisos y no somos amigos de la infancia.
—Entonces en la noche cuando no pudés dormir sales al patio a tomar aire y el se asoma por la tapia y luego se cruza, lo hacen desde que nacieron.
—Que no es mi vecino y no somos amigos de la infancia, solo nos conocemos desde muy chicos por que nuestras madres son amigas, nada más, ya te lo había dicho antes.
—Déjame fantasear, ya que no me dejan hablar de la reacción oculta de él con Yamil.
—¿Yo y Yami?.
—No la escuches, ¿Que necesitas?.
—Tu tía me dijo que te pidiera prestada la batidora.
—¿Quien vive al lado?.
—Alma, mi prima, ellos dos si son amigos de la infancia, fantasea con ellos, ya te la alcanzó Joaquín.
Ella vuelve adentro y deja a Rocío a solas con él.
—¿Joaquin, nunca miraste a Yamil de otra forma?.
—¿A que te refieres?.
—A una forma más amorosa.
—No, nunca, ¿Por que?.
—Por que ambos hacen una linda pareja.
—Ya deja de molestar con eso Rocío, toma, vete.
—Gracias, nos vemos señoritas.
Cuando él le da la espalda ella cierra la puerta.
—Me cortaste la vista.
—No seas cochina.
—Es tan lindo Joaquín, tienes tanta surte que un chico como el te siga.
Isabella vuelve a su cuarto.Luego de varias horas hablando, bailando y molestando se cansan y caen rendidas a en la cama, Isabella daba vueltas en la cama sin encontrar una postura que la relajara para dormirse, por más que pensara en cualquier cosa no podía dormir, se rinde y se levanta, va a la cocina aprepararse jugo y sale al patio a tomar aire, se sienta y mira a su alrededor, la noche era fresca y no había ninguna nube encima de ella, tenía una vista perfecta de las estrellas, se relaja y se dejaba llevar por la suave brisa que recorría su patio.
—¿Quieres compañía?.
Ella se asusta al escuchar esas palabras y apenas logro ver que era Joaquín se calma.
—¿Que haces aquí?.
—Vi que salias al patio y quise hacerté compañía.
Él pasa hacia el patio de ella y se sienta a su lado.
—Este sábado tengo una cita.
—¿Y?.
—No te pongas celosa, es para ayudar a un amigo.
—¿Por que tendría que estar celosa?.
—No tienes que estar celosa.
—Pero no lo estoy.
—¿Ni un poco?.
—No, para nada.
—Entonces ponte celosa, ella es linda, podrías perderme.
—Me harían un favor.
—¿No quieres aceptarlo, verdad?.
—¿Que cosa?.
—Que estás celosa.
—No voy aceptar nada, porque no lo estoy.
—Que segura que eres.
—Esto no tiene nada que ver contigo.
Ambos se quedan en silencio mirando a la nada, hasta que la curiosidad de ella la toma de sorpresa.
—Puedo hacerte una pregunta?.
—Si vas a preguntar si la voy a besar, la respuesta es no.
—No quiero saber nada de tu cita, no es eso, es otra cosa tonto.
—Solo bromeó, está bien, dime.
—¿Te da vergüenza que te vean conmigo?.
Ella deja un silencio para escuchar su respuesta, pero se arrepiente de sus palabras.
—Mejor olvídalo, no se en que estoy pensando, debe ser por la hora.
—A mí no me da vergüenza que te vean conmigo, es mejor, así nadie más que yo sé te acerca.
—Lo digo enserio.
—¿Por que no te tomas nada de lo que digo enserio?.
—No se, será porque te conozco.
—Yo creo que es por miedo, no soy tan idiota como Juan.
—¿Por que lo metes a él?.
—Por que es quien te sigue, yo estaba celoso de él, cuando ustedes salieron estaba enfadado, me sentía inseguro, tenía miedo que él te agradará, pero hizo todo el trabajo por mi.
—¿No era que no te ibas a enamorar de ninguna chica?.
—Yo no dije que me estoy enamorando.
—No te entiendo.
—No hace falta que me entiendas.
—No voy a caer en tus estúpidos juegos.
—Bien, me callo, ¿Por que esa pregunta?.
—¿Cual?.
—¿La que me acabas de hacer.
—Por nada especial, es que siento que les doy vergüenza ajena a la gente por como visto y las cosas que hago, me gusta jugar al fútbol, todos los deportes en realidad, me gusta andar con ropa suelta porque es más cómodo, me molesta tener el pelo tan largo como Rocío, no lo soporto, y este flequillo me molesta también, me hace cosquillas en la nuca si me dejo el pelo suelto.
—Esas cosas que a muchos le puede parecer extraña te hace la chica que eres, así creciste y seguirás siendo así, con tu actitud de mandona, siendo odiosa, terca, todo eso es lo que eres, tus amigas aún están a tu lado, por suerte no te hizo falta amistades nunca, siempre tuviste amigos que te acompañan, jamas te costó conseguirlos, todos te querían de una manera diferente, ¿Por qué le darían vergüenza estar contigo? Quien te quiera en su vida tendrá que aceptar todo lo malo de to, como esa actitud de violenta.
—Yo no soy violenta tonto.
Joaquín se ríe al ver la expresión que puso ella.
—Creo que está charla tan aburrida me bajo sueño.
Ella se pone de pie y estira su cuerpo debido a la postura en la que se encontraba.
—Me voy a dormir.