Dentro De La Máscara De Papel.

Once Años. Parte. — 2. [Recuerdos].

Isabella caminaba con Alma hacia sus casas, mientras el sol se iba escondiendo.

-¿Por qué te llevas tan mal con Joaquín?.

-Porque es un engreído, piensa que todas las chicas gustan de él.

-Pero casi todas las chicas les gusta Joaquín, hasta a ti.

-¿Qué? A mí no me gusta ese descerebrado ¿A ti te gusta?.

-No, no me gusta, ¿Pero si él te quisiera besar que harías?.

-Y-Y-Y-Yo nada.

-¿Entonces te dejarías?.

-Yo no dije eso, l-l-le pegaría y lo empujaría.

-Después de que te beso.

-¡Alma Basta!.

Joaquín se encontraba sentado en la cama en silencio, todas las luces estaban apagadas, estaba con la mirada agachada, su mente se prende al oír el silbido de Emma, él se pone de pie y apoya toda su cara en la puerta de cristal para ver si no se había confundido, del otro lado Emma se asusta al ver dos ojos mirándola desde la habitación oscura de Joaquín, al ver que él sale su alma vuelve a su cuerpo.

-¿Creí que estabas durmiendo, porque está todo apagado?.

-Porque no tengo ánimo.

-Okay, suficiente para mí, ahora voy.

Ella se cruza a su lado dando un pequeño salto, al estar más cerca lo abraza de inmediato.

-Ya, ya, cálmese niño.

-No soy un bebé.

-Lo sé, quería hacerte reír. ¿Por qué estás así?.

-Mi padre dejó la casa, se fue a vivir por su cuenta.

-Ah se separaron, que mal, a veces eso sucede.

-No sabes cómo me siento.

-Yo nunca conocí a mi padre, mi mamá dice que no tuvo la valentía para criarme, ahora que la tiene, no puede encontrarme. ¿Tu madre, cómo está?

-Ella estuvo llorando.

-No la dejes sola, ayúdala, ella te va a necesitar, ellos se querían mucho.

-Es idiota enamorarse.

-Los cobardes no lo hacen, tienen miedo al rechazo.

-¿Y dónde aprendiste eso?.

-Lo vi en una novela que veo con mi mamá, es muy buena.

-No sé cómo te puede gustar esas cosas de adultos.

-¡A mí me gustaría ser adulta ya! Quiero ir a la secundaria y estar en el mismo curso que tú y Alma, que no nos separemos jamás, que hagamos los trabajos juntos, que nos pasemos las respuestas en los exámenes y que los tres tiremos los gorros al mismo tiempo en el día de nuestra graduación como en las películas, luego que vayamos a la universidad a estudiar lo que nos gusta, quiero que crezcamos los tres juntos, vamos a ser amigos hasta ser viejitos.

-No quiero seguir ayudándote en el secundario.

-No lo vas a hacer, voy a ser más inteligente que tú, ya lo vas a ver.

-Tampoco quiero tener que aguantarte cuando seas abuela.

-Tú vas a ser quien me dé mi avena en las mañanas.

Ellos hablaron toda la noche, cambiaban de temas cada vez que podían, ella quería mantenerlo distraído, no quería que recordará su dolor, quería seguir manteniendo esa sonrisa puesta en él, aunque tenía que sacrificar horas de descanso, esa noche llegaron a ver el amanecer juntos, aunque ya lo habían hecho varias veces, esta vez se sentía muy especial debido a los problemas que cargaba la mente de él.

Isabella estaba sentada en el patio de su casa con un jugo en la mano, la sobra le refrescaba el ambiente, hacía bajar apenas la temperatura que había, ella escucha un ruido y ve que Alma estaba cruzando hacia su patio, al intentar bajarse cae al suelo sentada, esto provocó muchas risas contagiosas en Isabella. Alma, luego de recuperarse se sienta junto a ella a compartir la sombra sin permiso.

-¿Qué haces que no estás con Joaquín?.

-Él estaba mal, sus padres se separaron, no quiere salir, se pasa todo el día con Emma, ambos se ven en el balcón.

-No sabía que estaba pasando por un mal momento, siento pena por él.

-Yo no lo puedo ver, me preocupa mucho y me molesta demasiado que sea Emma la única a quien vea.

-La tía debe estar muy triste.

-Si, nunca pensé que iba a pasar algo como esto, maldita Emma.

-Alma, te tengo que decir algo.

-¿Qué es?.

-Bueno es que, no quiero tener secretos contigo, me siento mal si te oculto algo así, bueno, yo... Emm... a mí m-m-me gusta Joaquín, ¡Ya lo dije!.

-¡¿Qué?! ¿En serio?.

-¿Está mal lo que dije?.

-¡No! Está perfecto, me gusta cuando están los dos.

-¿Crees que él guste de mí?.

-No sé, es difícil saber que piensa Joaquín.

-Me siento muy feliz cada vez que peleamos, me divierte mucho, no sé por qué razón.

-Es cierto, lo que pelean se aman.

Alma abraza con fuerza y orgullo a Isabella quien le había contado un secreto muy grande, abrió su corazón y aclaró sus sentimientos que tenía reprimido.

La relación entre Isabella y Joaquín no había cambiado, ellos seguían discutiendo cada vez que se veían, era inevitable, era su única forma de comunicarse, ella trataba de estar a solas con él y decirle de una vez por todas lo que sentía, pero ese momento nunca llegaba, no podía coincidir con su idea, ya que siempre era interrumpida por Emma quien llegaba siempre en los peores momentos, dejando un gusto amargo a Isabella por quitarle su oportunidad de sacarse ese enorme peso que cargaba.

Alex M. Martínez.




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