Dentro De La Máscara De Papel.

Once Años. Parte. — 3. [Recuerdos].

Las tres se encontraban en una plaza sentadas esperando por Joaquín que se tardaba en aparecer, Isabella estaba casi apartada del grupo, se notaba que estaba distraída, en su mirada cargaba el temor de su corazón.

—Emma escucha, tenemos un plan para que Isabella pueda confesarse a Joaquín.

—¿Confesarse? ¿Qué cosa?.

—A ella le gusta Joaquín.

—Alma, no lo digas así nomás.

—¿En serio te gusta?.

—S-S-Sí.

Ella se sonrojaba al responder la pregunta, ya que sentía mucha vergüenza que alguien más se enterará de sus sentimientos.

—Tenemos que jugar a las escondidas y que ellos se escondan en el mismo lugar, es ahí cuando le dices lo que sientes.

—Está bien, entiendo.

—Es muy pronto para esto, no estoy preparada.

—Es fácil, solo le dices esas dos palabras y listo.

—¿Solo así nomás?.

—Si, no debería haber ningún problema con eso.

Joaquín llega al sitio y la atmósfera de complot se podía sentir, él estaba inseguro, sabía que algo estaban planeando por las miradas picaronas de Alma y Emma, jamás se cruzó por su cabeza que se trataba de una confesión de parte de Isabella.

Al empezar el juego todo era normal, para ellas, ya que para Joaquín no estaba todo en orden, tenía que contar una y otra vez, como si ellas hubieran planeado para no perder, esto hacía que él se fastidie demasiado por ser siempre el perdedor, cuando gana, su felicidad brotaba, tenía una enorme sonrisa que alegraba a Isabella, le tocaba contar a Emma, todo ya estaba planeado, Joaquín se esconde en una casa solo, al poco tiempo aparece Isabella.

—¿Qué haces aquí Joaquín?.

—Me estoy escondiendo, ese es el tema del juego.

—Aquí siempre me escondo yo, es mi lugar.

—No me voy a ir, ve a buscar otro.

—¡Lárgate! No podemos estar los dos juntos.

Ellos siguen discutiendo por ver quién se quedaba con ese puesto, sus miedos se alzaron al ver que Emma comenzaba a buscar, no le quedaba otra opción que esconderse ahí junto con él, todo estaba saliendo de acuerdo al plan, ellos estaban solos en el mismo punto, sin que los viera nadie, era una oportunidad perfecta para ella, su corazón comenzaba a latir velozmente, mientras su cabeza se llenaba de ideas, las palabras se le mezclaban en su mente, comenzaba a tonarse roja debido a los nervios y vergüenza que le provocaba su presencia.

—Joaquín, M-M‐M GU...-

—Haz silencio, nos van a descubrir, después me dices.

Ella se queda callada por unos segundos y recuerda que era una oportunidad inevitable, toma todo su valor guardado, lo toma del rostro para que la mirara de frente, coloca su frente con la suya.

-M-M-Me g-g-g-gus...-

—¡¡¡LOS ENCONTRÉ A LOS DOS!!!.

Emma había aparecido enfrente de ellos dos y sale corriendo junto con Joaquín para ver quien llegaba primero, el juego nunca se había parado, únicamente en la mente de Isabella, no entendía por qué aprecio en el peor momento, ella sabía a la perfección que ahí estaban ellos dos y que sería una oportunidad para que se pudiera confesar, todo había sido arruinado por Emma.

Siguieron jugando, pero el humor de Isabella estaba decaído, no se sentía de buen humor, se sentía tonta por querer decirle sus sentimientos, pensaba que no valía la pena, que sería rechazada, toda su mente daba vueltas, el enojo brotaba hacia Emma quien había arruinado todo, pero no lo expresaba, lo reprimía y seguía como si nada.

Una vez que todo terminó Isabella volvía junto con Alma a sus casas.

—Que mal que no haya salido como queríamos.

—¡Emma lo hizo a propósito!.

—¿En serio crees eso?.

—Ella sabía que estaba ahí por decirle y apareció.

—Yo creo que pensó que te salvaría una vez que se lo dijeras.

—¡No! Todo lo hizo a propósito.

Ella seguía caminando con su enojo brotando, se reflejaba con cada paso y en la totalidad de su voz.

Joaquín se volvía con Emma, él la llevaba en su espalda alzando, ya que se había torcido el pie mientras corría.

—Sí que eres tonta.

—Al menos gané.

—Te podrías haber golpeado peor.

—Estoy bien, no soy tan débil.

Ella apoyaba su cabeza en su espalda y sentía un perfume dulce que le fascinaba.

—Te volviste a poner el perfume que te regalé.

—¿Me gusta mucho, a ti no?.

—Si, me encanta.

Ella se queda en silencio mientras disfrutaba su cercanía, estaba feliz de vivir ese momento con él, de tenerlo tan cerca.

—Gracias.

—Por nada, somos amigos, me ayudaste siempre, ahora me toca a mí.

—Esta noche quiero decirte algo, como a las nueve ve al balcón, te voy a estar esperando, no llegues tarde idiota, odio cuando me haces esperar.

—¿Qué me tienes que decir?.

—¡Algo muy lindo! Ya vas a escuchar.

Él la deja en su casa y se va con su madre que la esperaba afuera para ir a visitar a su padre, Emma lo saluda con una sonrisa enorme desde la puerta de su casa.

—¡A LAS NUEVE TE VOY A ESTAR ESPERANDO!.

Ella le gritaba mientras Joaquín ganaba distancia junto con su madre, él le responde con una sonrisa, ese lindo gesto le alegro el día, sin darse cuenta comenzaba a sonrojarse, no le quitaba su mirada mientras se tomaba los cachetes debido al calor que sentía.

Emma caminaba junto con su madre de vuelta del hospital, estaba muy feliz, era notoria toda su alegría, no dejaba de reír por cualquier cosa, no podía dejar de sonreír, su simple mirada expresaba todas sus emociones.

—¿Por qué estás tan feliz?.

—Esta noche le voy a decir que me gusta.

—¿A quién? Eres muy chica para esas cosas.

—A Joaquín, le voy a decir que me gusta.

—Me pone muy feliz que te animes a algo muy grande.

Ambas llegan a una avenida, las dos cruzan en amarillo mientras seguían conversando, un auto venía a toda velocidad y quería ganarle al semáforo.

Emma venía con una sonrisa grabada y memorizando las palabras que le diría a Joaquín esa noche, estaba completamente fuera de sí, su imaginación volaba con libertad, sus sentidos estaban relajados, al escuchar frenar un auto su mente reacciona de inmediato y cuando se dio cuenta de lo que pasaba a su alrededor tenía el auto enfrente de suyo, su madre estaba alejada de la escena, en un lugar seguro, no pudo hacer nada más que mirar, la vida le hizo recordar toda su vida, todos los hermosos momentos que pasó junto a Joaquín y Alma como si fuera un regalo de despedida.




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