Dentro De La Máscara De Papel.

Catorce Horas. Parte. — 3.

Joaquín entra al local acompañado de Tamara, se acercan a la vendedora quien los atiende de inmediato.

—¿Hola, muy buenos días, en qué puedo ayudar a la pereja?.

—¿Eh? ¿Pareja? ¿Yo y él? No, somos ex-pareja.

—¿Estan buscando un vestido para novia? ¿Acaso se están por casar?.

—¿Podria escuchar? No estamos saliendo, lo hacíamos, ahora somos amigos, así que comprenda, él no es mi novio.

—Ah, bien, tienen una relación complicada.

—Nada de eso, somos muy buenos amigos.

—¿Pero eran pareja, no es complicado?.

—No, estamos bien así, podemos seguir viviendo, ¿Podría mostrarnos el vestido crema que está en vidriera?.

—Claro, ahora se lo traigo.

Tamara comienza a ver los vestidos con mucho entusiasmo, jugaba con su imaginación.

—¿Como me veo? ¿Crees que así podría conseguir novio?.

—Ese color no me gusta cómo te queda.

—Que malo eres.

—Tu fuiste quién me pidió opinión, el color que te quedaría muy bien es el azul, te hace resaltar tus ojos.

—Muy bien, voy a buscar uno con ese color.

Al poco tiempo vuelve con uno que estaba lleno de lentejuelas.

—Ese no me gusta.

—Me dijiste que querías azul.

—Si, pero no con ese diseño.

—Que difícil que eres niño.

La vendedora vuelve con el vestido tomándolo de la percha que lo sostenía.

—¿Es este que querían?.

Tamara comenzaba a examinarlo de cerca tratando de identificarlo.

—Si, este es, que precioso, ¿Joaquín que talle es ella?.

—¿40? Tiene la figura parecida a ti, un poco menos de cadera y más busto.

—Okay, eso me hace sentir mal, me lo pruebo y te digo.

Ella se toma unos minutos para probarse el vestido, luego de un tiempo sale de nuevo con la misma ropa que había entrado.

—¿No ibas a salir con el vestido?.

—¿No, estás loco? A quien tienes que ver dentro de este vestido es a ella, no a mí tonto.

—Esta bien, como digas, ¿Llevo ese?.

—Por como la describiste, creo que sí.

—Ella es este talle.

Él le muestra su celular.

—Okay, ahora le digo a la vendedora, ¿Cómo supiste la talla?.

—Su madre me lo acaba de decir.

—Bien, ya te ganaste a su madre, vas por buen camino.

Ella se va del lugar y vuelve al poco tiempo con otro vestido.

—¿Que te parece el vestido?.

—Es muy lindo, me encanta el modelo y el color, yo estaría enamorada con este vestido.

—Bien, me llevo este señora.

—¿Espera, por que confías ciegamente en mi?.

—Eres mi amiga, además eres mujer, nunca le erran a estas cosas.

—Podria querer sabotearte tu jugada dándote un vestido feo para ella.

—Se muy bien que no harías eso, no quieras ser la ex loca.

—Hubiera sido más divertido tener ese papel.

—Lo hubieras elegido antes, ya es tarde, alguien más ocupo tu lugar.

—¿Quien?.

—Violeta.

—¿Es tu hermana, verdad? Aun que si, a ella le queda mejor que a mí.

Luego de comprar salen del local y comienzan a caminar.

—Yo también quiero tener un novio que me regale un vestido tan lindo como este.

—Busca entonces, si no te mueves vas a ver siempre lo mismo.

—Tienes razón, algún día me volveré a mover.

—¿Aun tienes miedo?.

—Se que no todos son iguales, ¿Pero si encuentro a alguien igual a Juan?.

—¿Y si aparece alguien mejor que yo y él? No sabes lo que te puede pasar hasta que lo intentas.

—Basta de hablar de mi vida amorosa que me deprime, quiero hablar de la chica que te gusta, ¿Te vas a confesar? No puedes tenerle miedo a la verdad, no es propio de ti.

—Muy posible lo haga, pero no mientras le entrego el vestido, este es un regalo para que lo usé mañana en la cena de aniversario de sus padres, ahí es donde voy a decirle, antes que acabe la fiesta, para no arruinar su noche...-.

Al escuchar la valentía que estaba tomando lo abraza con mucha fuerza, estaba muy feliz, su alegría era contagiosa.

—Me encanta que por fin llegues a abrir tu corazón, me pone muy feliz que seas así.

—Gracias, espero tener suerte.

—Yo también, aún no conozco a esa chica, así que no puedo asegurarte que te diga que si, pero tienes todo mi apoyo.

Llegan hasta una plaza donde se tenía que ir Tamara, había muy poca gente en el lugar, el clima no era muy agradable para estar afuera.

—¿Puedo hacerte una pregunta?.

—Dime.

—¿Es la misma chica por la que rompiste conmigo?.

—Si, es la misma.

—Me alegra que hayas sido fiel a tus sentimientos y a mi también, me alegra que hayas sido sincero conmigo diciendome que te gustaba alguien mas, lo nuestro fue confuso, solo nos dejamos llevar por el momento hasta sentir la realidad, alemenos yo disfruté los momentos que fui tu pareja.

—Por...-.

—Nos vemos, me tengo que ir, te deseo mucha suerte mañana, espero que puedas conseguir tu respuesta, lo digo de corazón.

Se aleja del lugar escondiendo los sentimientos que se reflejaban en su rostro.

Alex M. Martínez.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.