Dentro De La Máscara De Papel.

Catorce Horas. Parte. — 4.

Isabella estaba sentada en la plaza mirando el cielo en silencio, la única compañía que tenía era la presencia de Rocío, quien no dejaba de mirarla preocupada.

-¿Estamos así desde hace un rato, que te pasa?.

-No sé, me siento rara, estoy molesta.

-Estas celo...-.

-No digas tonterías, no es eso, odio a Joaquín más de lo común, no se porque.

-¿Ya no sé qué hacer para que dejes de estar así, te parece si ya vamos a casa? Ya es de noche.

-Bien, volvamos, me hace frío y me duele todo el cuerpo por estar tanto tiempo sentada.

Al llegar a casa su madre la recibe con una enorme sonrisa, no encajaba con el momento, algo andaba raro, la felicidad de ella era demasiada, ella piensa que debe ser porque mañana sería la noche de su aniversario.

-Hija, en tu pieza tienes un regalo.

-¿Ahora lo voy a ver, lo hiciste tu?.

-No, no fui yo.

-¿Papá?.

-Tampoco, no fue ni él, ni tus hermanos, ni tus amigos.

-¿Entonces quien?.

-Podrian ser los Reyes magos.

-¿Estamos en agosto, ellos no vienen en Enero?.

-Parece que se adelantaron.

-Okay, no sé qué te pasa, me voy a mi pieza, a descubrir "ese regalo".

Ella busca en la heladera y saca lo que habían comido al medio día, se lleva la hoya a su pieza.

Al entrar encuentra una caja colorida, su curiosidad se hizo pesada en su cabeza y deja la hoya para tener desocupada las manos.

Comienza abrirlo despacio, mientras su imaginación creaba objetos deduciendo lo que podría contener esa caja, al sacar la tapa grita de emoción, no podía creerlo, no quería entregarse a la realidad, temia que no sea cierto, podría sentirse linda en las noche de sus padres, estaba realmente contenta.

-¿Te parece bien que no sepa que fuiste tu Joaquín?.

-Me parece lo mejor, me hubiera gustado ver su expresión.

-Almenos estás escuchando su felicidad, aun que no me parece bien que no le digas que fuiste tu.

-Ella quería ese vestido desde hace meses, trabajo para comprar el regalo a sus padres y si le alcanzaba se daría ese gusto de tenerlo, como ves, tú prima no llego con el dinero, yo solo quería que fuera feliz aun que no la vea, es fácil.

-Ah, es por esto que tomaste el trabajo de modelo.

-Valio la pena y lo valdrá aún más verla mañana vestida, estoy ansioso.

-Si tu primo se entera que trabajas de modelo seguro no te volvería a hablar.

-Con Joel no hablamos hace mucho, creo que no tiene celular.

-¿Mañana se lo vas a decir?.

-Muy posiblemente si, voy a tomar valor para escuchar su respuesta, no importa cual sea, tengo la necesidad de decirle.

-Nunca creí que te vería de esta forma.

-Mañana ya será la última.

Joaquín se quedaba a pasar la noche en casa de Alma, en ese lugar tuvo la oportunidad de escuchar la felicidad de Isabella, aunque hubiera deseado verla en primera persona, pero se conformaba con imaginárselo.

Estaba tranquilo, su cabeza era una hoja imaginaria donde escribía sus palabras, grababa sus propuestas, trataba de tener en posesión las mejores letras para formar las palabras perfectas que resumía todo lo que sentía, que comprenda, no quería bromas que la confundan, quería ser directo, que diga su respuesta esa misma noche, no importa si era un sí, o si era un no, necesitaba que ella fuera solo de él, que al menos escuchara y entienda todo lo que siente, esos sentimientos que con los años iban tomando diferentes formas y tamaños.

Mañana sería una noche donde pondrá su futuro en riesgo.

Alex M. Martinez.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.