Juan se encontraba en el colegio, estaba en el último piso escondido de todas las miradas de los alumnos, él estaba furioso, golpeaba la pareded con sus manos para saciar su ira.
—¿Por que? ¡¡¡Maldito Joaquín! Ese idiota se adelantó, mierda.
—¿Podrias calmarte? Nos van a retar, ya está dicho, él se lo dijo, no hay nada que puedas hacer, déjalos ser felices.
—¿Felices? Como si quisiera que él sintiera eso, no voy a dejar que me gane.
—Pues ya te gano, basta.
—Aun no, ¿No hay nada que pueda hacer? Claro que todavía puedo hacer algo, voy a mostrarle lo patético que es.
—Estas loco, enserio.
—A ti no te tiene porque importar.
—A ti no te tiene que importar nada, él se lo dijo, ya está, basta con tu obsepcion.
—Ya se qué haré.
Isabella caminaba dentro de su colegio a solas con destino a su curso, se sentía observada, las chicas la miraban mal, esa era la sensación que sentía mientras caminaba, comenzaba a escuchar susurros que le molestaban.
—No puedo creer que esta fea le guste a Joaquín.
—¿Ella es? No puedo creerlo.
—Mira como se viste.
—Yo soy más linda que ella.
—¿Por que ella?.
Esos comentarios grotescos la hacían sentir incómoda y de mal humor, por más que hiciera oídos sordos su cara la delataba, no tenían consideración sobre ella.Al llegar al curso lo primero que hace es acercarse a Rocío.
—¿Que mierda comentaste?.
—¿Que?.
—¿Todo el maldito colegio sabe que Joaquín se me confesó, que hiciste?.
—Perdon, se me escapó, le conté a una amiga para que me diera un consejo y se me salió sin querer sus nombres, ella es una chismosa.
—Ay Rocío, te odio.
—Perdon, perdón, no era mi intención que todo el mundo lo supiera.
—Todo el mundo piensa que yo comencé ese rumor tan ridículo, que todo es una mentira mía, nadie cree que sea cierto que me Joaquín me haya dicho que le gustaba.
—No los escuches, no te tiene porque importar, las tres sabíamos lo que realmente paso.
—Maldito, mierda, no puedo con esto.
El día de Isabella era agotador, todas la miraban mal, la trataban mal, hablaban de ella sin importar lo cerca que se encontraba, no dejaban de señalarla con el dedo, es así como pasó tres días bajo los rumores intensos que jugaban con sus emociones, su cabeza le daba vueltas.Ella salía de gimnasia, cansada se va hacia el fondo del colegio para refrescar su garganta, pero antes de llegar es frenada por un grupo de chicas que estaban ahí de casualidad.
—¿Por que mientes diciendo que él se te confesó? No tiene ninguna gracia.
—Yo en ningún momento mentí, además a ustedes no les tiene porque importar lo que pase en mi vida.
—Si, porque estás haciendo quedar mal a Joaquín al decir que gusta de ti, por favor, él no caería tan bajó.
—Si, tienes razón.
—Tienes que ser realista y apuntar a personas que estén a tu alcance, el está a mil niveles sobre ti.
Joaquín pasaba por pura casualidad por el lugar y observa que ese grupo estaba muy cerca de Isabella, se queda unos segundos mirando para entender la escena y decide acercarse.
—¿Por que no se lo preguntamos a Joaquín? ¿Haber si es cierto?.
—¿Joaquin?.
Ella gira su cabeza y ve que él se acercaba, comenzaba a sentirse incómoda y nerviosa, quería irse del lugar para no tener que estar cerca.
—Ves que era mentira Él no te dijo nada, mira como te pones nerviosa.
Al llegar se para al lado de Isabella en silencio.
—¿Joaquín podrías decirle a esta chica que su rumor no es cierto? Así limpias tu imagen.
—¿Que rumor?.
—Ella dice que tu le confesaste que gustabas de ella, dile que es mentirá.
—No, es cierto, la chica que me gusta es ella.
—¡*Que?! ¿Por que ella?.
—¿Entonces no eres gay?.
—Simplemente por que es ella, no hay más que eso.
—No puedo creerlo que está fea nena te guste.
—Por favor no le falten el respeto.
El grupo de chicas se van del lugar sin decir una palabra.
—G-G-G-Gracias.
—De nada, ahora que estamos solos, ¿podrías darme tu respuesta? Ya pasaron como dieciséis días.
—Y-Y-Y-Yo me tengo que ir.
Ella se va corriendo del lugar dejando solo a Joaquín quien se quedaba observar como se alejaba de su lado.
Alex M. Martínez.