Dentro Del Laberinto [chanbaek]

Capitulo 11

Ventanas en el Páramo 

                      

Los Fireys arrastraban a Baekhyun como si fuera un burro reacio. el se sentía ciertamente poco dispuesto. No podía ver el castillo por ningún lado, y cuando les preguntaba a qué distancia estaban, ellos contestaban con gritos y cacareos. El reloj hacía tictac hacia las trece todo el tiempo. Así que él era en efecto un burro, por haberse metido en este lío.

                      

Trató de figurarse donde debería haber hecho una elección diferente. Fue imposible. ¿Tal vez suponiendo que no se hubiera aproximado a Namjoon, justo al principio, sino tomado la otra dirección alrededor de aquel gran muro? ¿Podría, a estas alturas, volver a casa, con Sehun a salvo en su cuna?

                      

Quizás. ¿Cómo iba a saberlo? ¿Qué pruebas tenía de que alguna de sus elecciones hubiera sido la correcta? Y si hubiesen sido las correctas, si no fuera todo más que una pesada broma por medio de la cual Chanyeol lo atormentaba con la ilusión de que Sehun podía ser rescatado.

                      

Parpadeó, intentando controlar las lágrimas que se alzaban. No empezaría con eso otra vez. Si no hubiese sido tan llorón, quizás estas criaturas con las que estaba ahora lo habrían dejado en paz.

                      

Se concentró en lo que podrían ser pruebas, aunque débiles, de que había acertado en algunas cosas. Su breve amistad con Ludo, pobre Ludo… ¿eso no podía carecer de significado, verdad? La feliz, sonrisa bobalicona que le había dedicado cuando él lo había rescatado… ¿había sido eso un acontecimiento gratuito en una historia sin final? Incluso Namjoon, con su agrio carácter lo había ayudado, sin ser consciente de ello, a descubrir que era capaz de hacer más de lo que creía. Haber llegado tan lejos, a pesar de las trampas horribles que Chanyeol le había tendido… seguramente eso era una especie de prueba a su favor, ¿no?

                      

Quizás. Pero esto no significaba nada en absoluto a menos que pudiera llegar hasta Sehun a tiempo, y salvarlo de ser convertido en un demonio. Tenía que escapar de este grupo, que sólo perdía el tiempo… su tiempo.

                      

—¡Oye! ¿No es aquello de allí? —gritó uno.

                      

—Nooo —dijo el otro—. Eso es sólo una roca.

                      

—¿Qué te parece esto? ¿Es eso un castillo?

                      

—Nooo, oh, eso es sólo el tocón de un árbol.

                      

—Bien —chilló otro de ellos—. ¿Qué te parece eso? Eso tiene que ser un castillo —señalaba a un estanque.

                      

—De ninguna manera —dijo el más sabio—. Un castillo tiene ventanas y todo eso.

                      

Una anguila sacó la cabeza sobre la superficie del estanque y miró hacia ellos. El efecto producido fue como si hubiesen descubierto petróleo.

                      

—Es un castillo.

                      

—¡Maldición! —concedió el más sabio—. Bien, ¿saben que? Debemos estar allí.

                      

—Siiiii.

                      

—¡Ey!

                      

—¡Wow-ee!

                      

Baekhyun contempló con frialdad sus saltos y brincos.

                      

—Eso no es el castillo —les dijo.

                      

—Tiene ventanas. Esa vieja anguila debe estar mirando a través de algo.

                      

—Bueno —contestó Baekhyun—. Ése no es el castillo que tengo que encontrar. Por favor, dejenme ir ahora.

                      

—Pero bueno —barboteó la anguila—. ¿Qué estan haciendo?

                      

—Sólo estamos pasando un buen rato.

Brincaron, dándose palmadas en los muslos.

                      

—Oye, anguila. ¿Eres un castillo?

                                                                    

—No, no lo soy —gorgojeó ásperamente la anguila—. Y ahora marchense.

—Oye, anguila. ¿Entonces por qué tienes ventanas?

—Para poder decirte que te largues —replicó la anguila, y desapareció con aplomo y un plaf.

—¡Asombroso! —Estaban inexplicablemente encantados por todo lo que había pasado. Revés o éxito, no había ninguna diferencia.

—¡Por favor! —dijo Baekhyun—. Quiero irme.

—¿No te estás divirtiendo?

—Sí —mintió él cortésmente—. Pero debo llegar al castillo.

—Casi lo encontramos para ti.

—Tenía ventanas. Bueno, una al menos.

—Queremos ayudarte.

—¡Sí! Porque nos gustas.

Baekhyun suspiró.

—Pero no tienen más idea de dónde está el castillo que yo.

—¡La tenemos!

—No, no la tienen.

—Está justo sobre esta colina de aquí.

—Sí, sí tú lo dices.

—¡Ven! ¿Qué estamos esperando?

Bailando y delirando, arrastraron a Baekhyun a través del páramo, y más allá, hasta que empezaron a parecer agotados y un poco abatidos. Como Baekhyun, su cuerpo se marchitaba y su espíritu se exasperaba.

—Estos castillos sí que son difíciles de encontrar.

—Tal vez sea muy pequeño —sugirió el otro.

—Uh-huh. Bien pensado.

Con lo cual todos comenzaron a levantar pequeñas piedras, buscando debajo de ellas.

—No —dijo Baekhyun cansadamente—. Los castillos son cosas grandes.

—Tal vez esté sobre la colina —le dijo uno a otro señalándole un abeto —. Echa un vistazo, a ver si puedes ver el castillo desde allá arriba.

—¡Hecho! —dijo el otro.

Se quitó la cabeza y corrió, haciéndola botar. Cuando llegó al árbol, lanzó su cabeza pulcramente sobre las ramas más altas.

—¿Puedes ver el castillo?

—Sí —contesto la cabeza—. ¡Puedo ver el castillo!

—¿Qué aspecto tiene? —preguntó Baekhyun con suspicacia.

—Bueno, parece como una especie… eh… como un… ¡como un hipopótamo!

—¡Wow!

—Eso es sin duda un castillo.

—Vamos bien. ¡Sigamos!



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En el texto hay: demonios, chanbaek, chanyeol

Editado: 14.04.2022

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