Apariencias
—Sehun —susurró Baekhyun de nuevo, mirando fijamente a la cuna vacía.
Sir Didymus miraba alternativamente de la cara de Baekhyun a la cuna. Alzó la manta y la almohada, buscando bajo ellas, y sacudió la cabeza.
—Un caballero excepcionalmente pequeño este sir Sehunnie. Ni siquiera puedo verle.
—No está —dijo Baekhyun—. Chanyeol se lo ha llevado.
El buitre dejó escapar un seco cacareo.
Baekhyun sabía que Chanyeol no habría abandonado el castillo. Tenía que estar en alguna parte, y por lo tanto también Sehun. La única salida de la recámara, aparte del camino por el que ellos habían venido, era un tramo de escaleras a un lado del trono. No podía ver adónde conducían porque el pasadizo giraba en una esquina, pero un adorable brillo emanaba de él.
—Ése es el único camino que ha podido tomar —dijo Baekhyun.
Corrió hacia él, con cuidado de evitar pisar los huesos de pollo medio roídos, los tomates podridos y otra basura que había tirada por el suelo. Sir Didymus, Namjoon, y Ludo corrieron tras él.
—No —dijo Baekhyun, cuando alcanzó el primer escalón. Se dio la vuelta y dijo a sus amigos—: Yo… tengo que enfrentarme a él solo.
Sir Didymus, que ya ensayaba su estocada y quite mientras corría, quedó desconcertado.
—¿Por qué? —preguntó.
—Porque… —Era una buena pregunta—. Porque es así como se hace — replicó Baekhyun.
—¿Quién lo dice? —preguntó Namjoon.
—Todos —le dijo Baekhyun—. Todas las historias, todas ellas.
Los tres la evaluaron durante un rato. Viendo la desilusión en sus caras, Baekhyun se sintió miserable. Pero sabía que estaba en lo cierto.
Después de un rato, sir Didymus dijo lentamente:
—Bueno, si así es como se hace, entonces así es como debéis hacerlo. — Alzó su vara y la recorrió con la mirada—. Pero si nos necesitaras…
—Sí —añadió Namjoon—, si nos necesitaras…
—Los llamaré —prometió Baekhyun—. Gracias. A todos. —Sonrió, sintiéndose torpe a causa de la gratitud.
Luego se giró y corrió escaleras arriba, hacia la luz.
Era una larga escalera y giraba varias veces en ángulo. Estaba jadeando para cuando alcanzó la parte alta y emergió a una plataforma de piedra. Lo que vio lo dejó sin aliento.
Arriba, abajo, o alrededor de él… cuántas, no habría podido decirlo… había un vasto vestíbulo de piedra con muchas escaleras, balcones, ventanas, y puertas a diferentes alturas y en ángulos raros unas respecto a otras, haciendo que no tuviera ni idea de qué era arriba o abajo, cerca o lejos, dentro o fuera, adelante o atrás. Los planos se revertían mientras los observabas, retirándose en esquinas para de repente proyectarse, escalones que subían y que se invertían por sí mismos, suelos que se convertían en techos, y paredes que se convertían en precipicios. En esta habitación, parecía que la ley de la gravedad había sido revocada, y la perspectiva tenía siete dimensiones. Si hubiera habido agua habría parecido fluir hacia arriba. Se sintió enferma y mareada, y tuvo que aferrarse a un pilar para permanecer erguida.
—Es imposible —susurró para sí mismo. Durante todo el tiempo que llevaba mirando al vestíbulo, éste había seguido alterándose. ¿Todavía seguirá cambiando, se preguntó aturdido, cuando nadie lo mira?
Con la espalda contra la pared, avanzó por la plataforma. "Si voy paso a paso", estaba pensando," llegaré allí. Si es que hay un allí."
Avanzó, esperando estar avanzando y no subiendo o pasando o atravesando, hasta que llegó al punto que, estaba bastante seguro, era el lugar donde había empezado. Sí, ahí estaba la escalera, tras él. Empezó a ir en el otro sentido, hasta que oyó una voz en alguna parte de abajo. Sabía de quién era la voz.
—Te he estado esperando —dijo ese alguien.
Tomando un profundo aliento, avanzó poquito a poco hacia el borde de la plataforma. Bajo él, aparentemente sentado en una pared vertical, estaba Chanyeol.
—¿Dónde está Sehun? —preguntó Baekhyun.
—A salvo. A mi cuidado.
—No está a tu cuidado.
—Oh, ¿y por qué no?
—He llegado hasta aquí. Estoy aquí.
Chanyeol rió ahogadamente.
—Pura suerte.
—Estoy aquí. Devuélveme a Sehun.
—No has entendido nada —le dijo Chanyeol—. No has respondido a ninguno de los acertijos del Laberinto. Ni siquiera sabes cuales fueron las preguntas.
—Ése no fue nuestro trato.
Chanyeol echó la cabeza hacia atrás y rió.
—Ahí tienes, justo como te decía. No has entendido nada.
—Te equivocas. He llegado a entender muy bien una cosa. Sólo finges esa confianza. Eso ya no me engaña. Estás asustado, Chanyeol.
—Y tú también.
—Sí.
Durante unos pocos segundos, se miraron a los ojos.
Entonces Chanyeol comenzó a moverse, en las siete perspectivas, y Baekhyun lo observó mientras se movía. Parecía caminar a lo largo de techos y subir escaleras que bajaban. Danzaba sobre paredes altas. Y mientras se movía le gritaba.
—¡Eres muy cruel, Baekhyun. Somos tal para cual, tú y yo. Yo necesito tu crueldad, al igual que tú la mía!.
Observándolo, Baekhyun sintió que sus rodillas comenzaban a doblarse.
Había caído en su trampa. No tenía ni idea de si estaba mirando arriba o abajo, de si la plataforma en la que estaba de pie era sólida o no.
Editado: 14.04.2022