Prólogo

El mundo ha cambiado. Todo se ha vuelto oscuro. El mundo tiene alta tecnología, pero a un precio muy alto. La ciudad principal, Zio está dividida en dos distritos, el Alto Distrito y el Bajo Distrito. En el Alto Distrito se encuentra toda la zona residencial de altos recursos, las personas viven cómodamente, o al menos eso se ve por fuera. La corrupción domina el Alto Distrito y controla todo lo que sucede ahí. Aun así, la vida es mucho mejor que en el Bajo Distrito. Este es un lugar de caos, donde no existen reglas y cada quien actúa a voluntad, no existe la justicia, es una jungla oscura donde solo los que están dispuestos a sacrificar todo por el control, logran sobrevivir. Los depredadores abundan en esta zona, humanos que han adquirido un virus que altera sus instintos y los convierte poco a poco en bestias salvajes. Para controlar el crecimiento exponencial de depredadores, existe la Asociación para la Protección contra Depredadores o APD. Todos aquellos que pertenecen a la APD les llaman cazadores y se encargan de mantener limpia la ciudad de depredadores, sin embargo, pocas veces viajan al Bajo Distrito.

Zio es un completo caos. Los depredadores son seres despiadados y matan a cualquiera que consideren un problema en su camino. Son criminales. Parece que lo único bueno que queda en la ciudad es la APD, los únicos conscientes de la situación real de Zio, solo ellos tienen realmente la convicción de hacer de este lugar en mundo mejor. No se sabe de donde viene exactamente el virus, es extraño, algunos dicen que fue un experimentado fallido, otros creen que lo crearon a propósito para reducir la población, pero lo que si es seguro es que terminó esparciéndose por todo Zio e infectando a cientos de personas inocentes.

Cuando una persona es infectada por el virus se convierte en un depredador, lo que significa que sus sentidos se desarrollan más allá de lo normal, su fuerza física aumenta, pero lo más importante es que tienen lapsos en los que pueden perder completamente el control. El virus muta con el tiempo y se apodera lentamente de la persona infectada, hasta que esta pierde por completo su humanidad. Los depredadores son un peligro para la ciudad, pueden llegar a matar a la persona que más aman en un estado avanzado de infección. Todavía no hay una cura, así que lo mejor que puede hacerse es capturarlos y mantenerlos en confinamiento. El Bajo Distrito está infestado de depredadores, y como no hay leyes en ese lugar, tampoco hay quien los controle, la mayoría de los cazadores que han entrado en ese territorio jamás regresan.

Aún se cuentan historias. Historias de que algunas veces hace muchos años, Zio fue una ciudad de paz, un lugar donde todas las personas vivían en armonía, una ciudad del progreso, donde la tecnología se utilizaba para el bien común y los dirigentes veían por el bien de la población. Los dos distritos eran uno y nadie tenía que preocuparse por el virus o los depredadores. La gente era solidaria, convivían como una sociedad. Pero esos tiempos han quedado atrás, ahora solo queda la dura realidad y la inútil esperanza de unos cuantos soñadores. No importa lo que digan, Zio es un lugar sumergido en su propio abismo.