Depredador

19: Reencuentro

—Syn... Syn... ¡Syn! —Xena exclamó, trayendo a su amiga de vuelta a la realidad.

—Lo siento, estaba... —Syn intentó buscar una excusa para explicar su distracción.

—Has estado muy dispersa los últimos días. ¿Qué te sucede? —preguntó Xena.

Syn se rascó la cabeza, incómoda.

—Lo siento, Xena, no sé qué me pasa, supongo que es todo este cambio...

—Pues será mejor que te concentres o jamás terminaremos de depurar estos documentos.

—Tienes razón, acabemos con esto.

—No entiendo por qué tenemos nosotros que depurar estas cosas —dijo Luke —Somos cazadores, no tenemos nada que estar haciendo aquí.

—Es porque afortunadamente la ciudad está en paz, sin depredadores que amenacen con perturbarla. Deberías agradecerlo —contestó Cypher.

—Prefiero estar en las calles, atrapando depredadores. No me pagan lo suficiente para esto —repuso Luke.

En eso, la puerta de la oficina se abrió y Quinn entró. Su expresión delataba que estaba preocupada por algo.

—Hola, Quinn. ¿Está todo bien? —Syn preguntó.

—Un depredador de bajo rango escapó —informó su compañera —No sabemos como lo hizo, pero la directora quiere que ustedes vayan a capturarlo. Será tu primera misión como cazadora élite, Syn.

—¡Vaya! Por fin algo emocionante —Luke se puso de pie inmediatamente.

—Dejen todo como está, continuaremos después. Ahora vayan por sus armas, los veo en la entrada —Syn ordenó a su equipo.

Todos salieron de la oficina rápidamente, excepto por Syn, quien tocó suavemente el hombro de su antigua líder.

—Tranquila, lo traeremos de vuelta.

—Sé que lo harán. Cualquier cosa llámame.

—Lo haré, no te preocupes.

El equipo se reunió en la entrada del edificio tal como Syn les había indicado. Juntos se dirigieron al estacionamiento y tomaron el auto de la líder, quien subió al volante. Cuando salieron del estacionamiento, Syn encendió un dispositivo que mostraba un holograma de la ciudad con un punto rojo que parpadeaba.

—Las fluctuaciones vienen de aquí. No está muy lejos —dijo la líder.

Más adelante, dejaron el auto estacionado en la orilla de la calle. Con su reloj, Syn iba rastreando al depredador con su equipo detrás de ella. Las fluctuaciones que emitía eran cada vez más intensas, mostrando que ya estaban cerca.

—¡Ahí está! —Kira señaló.

Al darse cuenta de su presencia, el depredador echó a correr. Todavía mantenía su forma humana, pero con garras que brotaban de sus dedos y colmillos afilados.

—¡No lo dejen escapar! —exclamó Syn —Roy y Cypher, vayan por la derecha. Luke y Kira, ustedes vayan por la izquierda. Xena, tú quédate conmigo —añadió al ver que el depredador se metía entre unos callejones.

Los miembros del equipo asintieron y tomaron sus respectivos caminos para acorralar al depredador. Este atravesó las calles a toda velocidad, haciendo todo lo posible por escapar de sus perseguidores, pero estos tenían la ventaja y no tardaron demasiado en alcanzarlo. Sin embargo, cuando lo tuvieron rodeado contra una pared sin aparente posibilidad de escapar, el depredador lanzó una bomba de humo con la que logró confundirlos y aturdirlos. Syn alcanzó a ver cómo se trepaba a un techo y luego de lanzarle una mirada, desaparecía entre los tejados. La castaña frunció el ceño y apretó los puños. No iba a dejar que se escapara tan fácilmente. Con un rápido y hábil movimiento, trepó por la pared y subió al tejado.

—Corre, Syn, en un momento te alcanzaremos —le dijo Xena.

La líder asintió y echó a correr sobre los tejados en dirección a donde se había ido el depredador. No tardó mucho en vislumbrarlo a distancia. Éste saltaba y se deslizaba. Unos momentos después, se dio cuenta de la presencia de la chica y le mostró los colmillos. Ella preparó su arma y le apuntó. Disparó algunas veces sin éxito. Las balas impactaban en los tejados o en los árboles, pero el depredador seguía ileso. Syn supo que si continuaba así no lograría nada. El depredador era muy hábil y muy veloz. En un momento, el depredador se detuvo al no poder seguir adelante, pues había un gran hueco entre el tejado donde estaba parado y el siguiente. Era imposible que pudiera saltar a esa distancia. Syn frenó en seco y le apuntó con su pistola, estaba segura de que había ganado.

—No intentes nada, no tienes a donde ir. Ríndete ahora y no te haré daño —le dijo.

El depredador gruñó y clavó su mirada enardecida en la joven cazadora. Ella preparó su arma por si era necesario disparar, pero cuando menos se lo esperaba, el depredador se dejó caer de espaldas. Syn se apresuró a asomarse desde el tejado y vio que estaba sano y salvo. Él levantó la mirada y se encontró con la de la chica antes de echar a correr de nuevo. Syn fue tras él, manteniéndose sobre los tejados para tener una vista más amplia de la ciudad. Con su agilidad pudo librar varios obstáculos sin perder de vista al depredador, el cual tomaba diferentes calles al azar con la intención de confundirla. Pero con su rastreador, ella siempre sabía dónde estaba. De repente, el depredador se detuvo de golpe al encontrarse frente a una calle donde los autos pasaban a gran velocidad. Syn aprovechó para saltar sobre él, derribándolo. Él gruñó y le rasguñó la pierna derecha. La cazadora ignoró esto y lo inmovilizó contra el suelo para después apuntarle con la pistola a la cabeza. Él rugió.

—Basta, no quiero lastimarte —le dijo ella.

—Eso es lo que todos ustedes dicen, pero nos tratan peor que basura —respondió él entre gruñidos —¿Acaso no lo sabías? No somos más que experimentos para ustedes, nos encierran en jaulas sin comida ni agua cuando lo único que queremos es sobrevivir a ustedes.

—¡Silencio! Ya tuve suficiente de tus mentiras. Los depredadores mataron a todos los que amaba, deberías agradecer que estamos buscando una cura. Si por mi fuera, todos ustedes ya estarían muertos.

—Tu odio no te deja ver la verdad frente a tus ojos, cazadora. Estás cegada por tu sed de venganza.




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