Silas detuvo el auto detrás de unos matorrales para ocultarlo en caso de que hubiera alguien alrededor, aunque eso era muy poco probable. Ambos se bajaron del vehículo, cerrando las puertas con seguro. Frente a ellos, en una gran hondonada rodeada de colinas albergaba las ruinas de un viejo laboratorio. En la parte superior, aún quedaban en pie las letras que indicaban a quien pertenecía: OTHER.
—¿Es aquí? —preguntó Syn a lo que Silas asintió —Es horrible —añadió ella.
—¿Qué esperabas? Hace años que nadie viene aquí. Vamos —enunció él.
Los dos bajaron por un lado de la hondonada que parecía más un cráter. Pronto se encontraron frente a la puerta desvencijada del laboratorio, la cual fue derribada accidentalmente por Silas cuando intentó abrirla.
—Menos mal que está vacío —señaló la cazadora.
Entrando en el lugar, las luces parpadeaban colgando del techo con cables rotos, el suelo y las encimeras estaban llenos de polvo, las ventanas rotas y las puertas caídas. Había vidrios rotos por todos lados y una que otra alimaña que había tomado ese lugar como su hogar. Luego de revisar esa primera parte y llegar a la conclusión de que no había nada que pudiera servirles, pasaron a la siguiente habitación. Revisaron los cajones y armarios, pero lo único que encontraron fueron vasos y tubos vacíos.
—¿Estás seguro de que hallaremos algo útil aquí? —inquirió Syn.
—Revisemos las oficinas —sugirió Silas.
Buscando las oficinas donde seguramente habían guardado documentos importantes, observaron y analizaron cada sala con la que se cruzaban, pero no habían dejado nada referente a experimentaciones. Cuando por fin llegaron a donde estaban las oficinas, se encontraron con que las puertas estaban cerradas con llave.
—Hay que buscar algo con lo que podamos abrir las cerraduras —dijo la castaña.
Silas procedió a sacar su pistola y dispararle a una chapa, la cual cayó al suelo, permitiendo que la puerta pudiera abrirse.
—O podemos hacer eso, está bien —Syn entró en la oficina.
—Tú encárgate de esta, yo revisaré las otras dos —indicó él.
La chica asintió para indicar que estaba de acuerdo. Empezó a revisar todo lo que estaba ahí, sobre los escritorios, en los botes de basura y en los cajones. A Syn le llamó la atención que hubiera tantos documentos sobre compra de productos ilegales y expedientes de depredadores en las primeras tres fases.
—Qué extraño... —balbuceó.
Apiló los papeles en un escritorio disponible para llevárselos después. Luego continuó explorando un archivero de metal donde encontró más expedientes. Estos parecían ser anteriores a los que ya había visto, pues los depredadores no pasaban de la primera o segunda fase. Los dejó a un lado para revisar el último cajón, pero estaba cerrado con llave. Syn buscó la llave por toda la oficina, pero no estaba. O se la habían llevado o la habían destruido. La chica tuvo que recurrir a su cuchillo, con el que destruyó la cerradura. Cuando el cajón se abrió, Syn vio que había una sola carpeta dentro en la que podía leerse "Proyecto Nova". La joven cazadora tomó la carpeta y la abrió. Dentro de esta, había papeles bien conservados acerca de un proyecto que buscaba crear una sustancia que fuera capaz de proteger a un humano del virus del depredador usando energía espacial. También había informes sobre los primeros resultados y la posible cancelación del proyecto. Por último, los expedientes que se encontraban al final de la carpeta coincidían con las narraciones y los perfiles de aquellos que habían sido sometidos al experimento. Syn cerró la carpeta y tomó los otros documentos para mostrárselos a su compañero.
—Silas, mira esto —dijo.
—¿Qué es?
—Aquí hay algo sobre un tal "Proyecto Nova". Estaban buscando ser inmunes al virus. Además experimentaban con depredadores, pero lo raro es que algunos no pasaban de la tercera fase y otros de la segunda.
—Déjame ver.
Syn le entregó la carpeta y los documentos. Silas observó primero los expedientes y comprobantes de pago de productos ilegales.
—Estas cosas vienen del Bajo Distrito y son tóxicas. Parece que querían crear alguna especie de veneno.
—Tal vez para exterminar a los depredadores.
—O para estimularlos —él tomó otra carpeta que estaba en una silla —Ven, siéntate.
Ella se acomodó en el suelo frente al chico. Silas le entregó la carpeta.
—Encontré esto bajo llave. Habla sobre la creación de un veneno rojo.
—El Elixir...
—Exacto. OTHER compraba estos productos del Bajo Distrito para crear el Elixir. En ese entonces se referían a él como un veneno rojo. Aquí están los primeros informes sobre las pruebas. Los depredadores se volvían locos, se destrozaban a sí mismos, eran verdaderos monstruos. Después lo perfeccionaron hasta que llegó a lo que es ahora —él explicó.
—Están locos. ¿Pero, por qué querrían estimular a los depredadores? No lo entiendo...
—Porque los depredadores son su creación más preciada.
—¿Qué?
Silas le mostró una última carpeta que en la cubierta decía "Proyecto Depredador". Syn la abrió y empezó a hojearla mientras él hablaba.
—Los depredadores fueron su idea. Necesitaban una manera de controlar el aumento de población en el Bajo Distrito, así que crearon el virus y experimentaron con él antes de soltarlo. Eso explicaría los depredadores que no pasaron de las primeras fases, el mismo virus los aniquilaba. Nos hicieron creer que había sido producto de experimentaciones ilegales en el Bajo Distrito así como el veneno rojo, y en realidad lo crearon apropósito. Pero se les salió de control y los infectados llegaron hasta el Alto Distrito. Supongo que después de eso se creó la Asociación de Protección conta Depredadores.
—Pero la Asociación tiene una alianza con OTHER.
—O tal vez fue creada por OTHER desde el inicio para encubrir todo.
Syn se llevó las manos a la boca. Todo estaba ligado y tenía sentido. No podía creer que hubiera estado trabajando para OTHER todo ese tiempo