Depredador

24: Instintos

—Silas, por favor, sé que puedes escucharme —Syn pudo sentir el aliento del depredador sobre su rostro.

La mirada escarlata de él estaba fija en los ojos bicolores de la joven. Gruñidos emergían de su garganta a través de sus colmillos afilados y puntiagudos. La cazadora respiraba agitadamente, con el sudor corriendo por su frente. Silas no podía reconocerla y lo único en lo su mente pensaba era en matar a cualquiera que se cruzara en su camino. Syn hizo un esfuerzo para apartarlo, pero él era demasiado fuerte en ese momento. Su mirada se posó en la herida de su abdomen y decidió patearlo justo en ese lugar para poder liberarse. Silas rugió y su herida empezó a sangrar más. Ella aprovechó para ponerse de pie y alejarse lo más posible. El depredador cojeó hacia la chica, agarrándose la herida con su garra. Syn sacó su cuchillo y le apuntó.

—No quiero lastimarte —le dijo, pero él no podía detenerse.

Silas gruñó de nuevo y se abalanzó sobre la joven. Ella logró apartarse a tiempo mientras él cavaba sus garras en la pared de metal. La chica sabía que tendría que esperar hasta que el efecto pasara. Pero al estar bajo los efectos de la última versión del Elixir, no sabía cuando tiempo tardaría en recuperarse. Por el momento, tenía que huir y probablemente en el laboratorio encontraría algo para calmarlo. Syn echó a correr con el depredador detrás de ella. Sin embargo, cuando abrió una puerta para salir de la habitación, otro depredador apareció frente a ella, bloqueando su paso. Aquellos hombres ya sabían que ellos estaban ahí y habían liberado a los depredadores por todo el sótano.

—Carajo —Syn tomó su Escama de Dragón y le apuntó al depredador que se acercaba lentamente a ella.

Más depredadores se dejaron ver detrás de éste, algunos mantenían su forma humana y otros ya mostraban señales de estar en una fase más avanzada, como escamas en la piel. Las bestias empezaron a atacar a la chica, pero ella les disparó a cada uno sin recibir un solo rasguño. Silas fue el único al que no le disparó, pero tenía que alejarse de él. Corrió a través de los pasillos del sótano. Más depredadores aparecieron, persiguiendo a la chica. Ella corrió tan rápido como pudo, disparando balas a los depredadores, los cuales, aparecían por todos lados. Syn llegó al pasillo rodeado de puertas.

—Me lleva... —dijo al darse cuenta de que la mayoría estaban cerradas.

Un depredador se lanzó sobre ella, a lo que la joven respondió con un disparo al cuello. La bestia soltó un rugido y se retorció en el suelo. Syn disparó esta vez a una de las puertas para poder entrar y buscar alguna especie de tranquilizante para Silas. El escuchar cómo se acercaban más depredadores, se apuró buscando entre los cajones y armarios. En uno de estos, encontró un frasco con una sustancia púrpura parecida a los tranquilizantes que se usaban en la Asociación, junto con varias jeringas. Rápidamente, antes de que los depredadores llegaran, tomó una pistola especial que se encontraba junto a la sustancia. Vació el líquido púrpura dentro de esta e inmediatamente se ocultó debajo de una mesa de metal. Siguiendo su olor, los depredadores entraron en la habitación. Syn preparó la pistola. Cuando uno de los depredadores saltó y derribó la mesa, ella aprovechó para dispararle un par de veces. En cuento los dardos impactaron en su piel, el monstruo se desplomó en el suelo. A los pocos segundos, abrió los ojos y su comportamiento cambió a uno más humano, al mismo tiempo que sus garras y escamas comenzaban a desaparecer. Syn disparó también a los otros depredadores, ocasionando el mismo efecto. Al ver que la sustancia funcionaba tal cómo ella esperaba, tomó los demás frascos y los colocó en su cinturón. Salió de la habitación para regresar al lugar donde había visto a Silas por última vez.

—¡Silas! ¡¿Silas, dónde estás?! —exclamó mientras corría.

Syn frenó en seco al ver los cuerpos de varios depredadores inmóviles a lo largo del pasillo. El suelo y las paredes estaban manchados de sangre. La joven notó que las heridas en los cuerpos eran de los mismos depredadores. Estos habían empezado a atacarse entre sí, lo cual le preocupaba, Silas podría estar herido. Luego de asegurarse de que él no estaba entre los cadáveres, ella echó a correr llamando a Silas. Disparó a algunos depredadores que se cruzaron en su camino, liberándolos de los efectos del Elixir.

—¡Silas, estoy aquí, ven por mí!

Syn avanzó por los pasillos, con la pistola lista para disparar en cuanto él apareciera. Al poco rato, se escucharon los gruñidos de un depredador. Con pasos lentos y silenciosos, la castaña se dirigió al lugar del que venían los sonidos. Entre las paredes ensangrentadas y las luces parpadeantes, la figura de Silas emergió de las sombras. Syn le apuntó con el arma. Él le mostró los colmillos. Cojeando, se abalanzó sobre ella, quien disparó varias veces en su dirección, pero ni un solo dardo logró rozar su piel. Syn recibió un rasguño desde el codo hasta la mano que la obligó a soltar la pistola. Silas la derribó, pero ella se apartó a tiempo para evitar otro rasguño. Intentó alcanzar el arma, pero las garras de su compañero se le clavaron en la pierna. A continuación, se colocó sobre ella y le agarró el brazo herido. Luego acercó su rostro al oído de la cazadora.

—Tu sangre... —murmuró —Es tan... llamativa.

—Silas...

—La... necesito.

—Silas, basta, no sabes lo que haces.

—Déjame probarla...

Syn, con su mano libre hizo un esfuerzo por alcanzar la pistola, pero sus dedos apenas y podían tocarla. Las fauces del depredador rozaron su cuello. La castaña podía sentir su respiración y su aliento. Al ver que no había manera de alcanzar la pistola, recordó que también se había llevado las jeringas con la misma sustancia púrpura. De su cinturón, tomó una y se la clavó a Silas en el dorso de la mano, pero antes de que pudiera inyectarle el tranquilizante, él la lanzó lejos. Tomó a la chica del cuello y la colocó boca arriba. Ella lanzó un grito ahogado. En su cinturón, buscó otro tranquilizante lo más rápido que pudo para evitar que él acabara con su vida.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.