Depredador

31: Hasta el final

Syn tomó a su amiga de la muñeca y le llevó a través de los pasillos de la Asociación. Xena estaba confundida al ver a Syn tan nerviosa. Ésta le había dicho que tenían que hablar urgentemente, pero en un lugar aislado, donde nadie pudiera escucharlas. Syn abrió varias puertas, buscando un lugar que coincidiera con lo que quería. Finalmente encontró el lugar donde almacenaban viejos archivos que después depurarían. Luego de asegurarse que nadie las había seguido, jaló a su amiga dentro del pequeño escondite y cerró la puerta.

—¿Syn, qué te sucede? ¿Por qué estás tan alterada? —preguntó Xena.

—Shhh, busca que no haya cámaras o micrófonos —le indicó Syn.

—¿Por qué habría algo de eso aquí dentro?

—Solo hazlo.

Cuando ambas estuvieron seguras de que no había manera de que los escucharan o de que alguien supiera que estaban ahí se miraron frente a frente.

—Ahora dime qué pasa. ¿Qué te pone tan nerviosa?

—Xena, lo sabe, la Directora lo sabe. Y Zephyr también.

—¿Qué cosa? ¿De qué estás hablando?

—Saben que Silas y yo entramos al laboratorio de OTHER. Y Zephyr… él… creo que me está espiando. Hace poco me encontré con él cuando venía de los sótanos…

—¿De los sótanos? ¡Syn, te dije que no fueras ahí! —Xena tomó a su amiga de los hombros.

—¡Shhh! Tenía que hacerlo —las manos de Syn temblaban —Xena, tienes que ayudarme, no puedo dejarlo en manos de los cazadores. Hasta la muerte parece poco en comparación con lo que le están haciendo. Por favor, Xena, eres la única en la que confío ahora.

—¿Y qué sugieres que hagamos? —inquirió la de cabello corto.

—No lo sé... no tengo un plan —Syn suspiró.

—¿Qué hay de los otros depredadores?

—No sé dónde están y no tengo forma de comunicarme con ellos.

—Sea lo que sea, si la atención está puesta en ustedes, no será fácil siendo sólo dos. Necesitamos a alguien más que nos ayude. ¿Tal vez el equipo?

—No puedo confiar en nadie, ¿qué tal si nos traicionan?

—Es la única opción que tengo. O quizás… —Xena pensó por unos momentos.

—¿Qué cosa?

—Su escondite, antes de que los atacaran. Tal vez hayan dejado aluna señal para reencontrarse.

—¿Eso crees?

—Es una opción.

Syn tuvo que admitir que su amiga tenía razón, era probable que hubieran dejado algo por si se separaban. Era la única opción que tenían y debían aprovecharla antes de que la situación pasara a mayores.

—Espero que tengas razón. Te veo en mi apartamento a la diez en punto. Cuida que nadie te siga —dijo.

Xena asintió. A continuación salieron de aquel cuarto y se reintegraron a sus actividades como si nada hubiera pasado. Todo parecía un día normal de trabajo, Luke quejándose sobre el trabajo de oficina, Cypher tratando de callarlo, Roy con su tranquilidad y buen ánimo como siempre…

—¡Adivinen quien regreso! —Kira entró de repente en la oficina sin previo avisas.

—¿Puedes no hacer eso? ¡Hiciste que todos mis papeles se revolvieran! Ahora tendré que empezar de nuevo —Luke exclamó molestó.

—Cierra la boca, hasta un depredador gruñe menos que tú —le espetó Cypher.

—Quinn está de vuelta —anunció Kira.

—¿Qué tal chicos? —la cazadora saludó a sus compañeros.

—¡Quinn! Me da gusta verte —Xena le dio un abrazo

—No quería empezar sin pasar a saludarlos antes.

La pelinegra aún traía una mano vendada y se le notaban unas cuantas cicatrices del accidente.

—¿Cómo te sientes? —Syn le preguntó.

—Cómo nueva. Bueno… casi, recuperar condición me tomará un tiempo.

Detrás de ella, Zephyr tocó la puerta para anunciar su presencia. Su expresión era seria como siempre, incluso intimidó un poco a Quinn, quien se apartó inmediatamente para que él pudiera pasar.

—Gracias —dijo el cazador sin siquiera mirar a la recién llegada —Syn, la Directora quiere verte.

Discretamente, la castaña revisó que todas sus armas estuvieran en su lugar. Luego, siguió a Zephyr. Xena se quedó mirándolos con una mueca de desagrado hasta que desaparecieron detrás de las puertas del ascensor.

—Te preocupa tu depredador —habló Zephyr con la mirada fija al frente —Tranquila, está en buenas manos —dijo y no se molestó en ocultar una leve sonrisa de satisfacción.

Syn entendió que había sido él quien le había causado tales heridas a Silas. Deseaba acabar con él, pero mantuvo la compostura, no podía arriesgarse. Sin embargo, contestó con voz seca.

—Ya veremos quien acaba en manos de quien.

En ese momento la puerta del ascensor se abrió, dejándoles el paso libre hacia la oficina de la Directora. Zephyr caminó detrás de la joven, como si la estuviera escoltando. Abrió la puerta de la oficina y ambos entraron. Al verlos entrar la mujer se levantó de su escritorio y con una falsa expresión de amabilidad se acercó a la muchacha.



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En el texto hay: cienciaficcion, romance, postapocalipsis

Editado: 19.12.2025

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