Depredadores Sueltos

Provocaciones

Dante

Veo a uno de esos chicos raros que Char me mencionó el otro día, tiene colgado el gafete de los nuevos, con el nombre de “Chase” escrito pésimamente, no sé si tiene problemas de escritura o hizo lo que algunos han hecho de escribir el nombre mal por los nervios o las prisas. No parece ser alguien imponente, se ve claramente nervioso y evita mirar directo a los ojos; pero podría jurar que su presencia me incomoda y no es solo porque es del grupo de los raritos, me da una sensación extraña. No es por criticar, pero se ve que no eligió su ropa al menos cinco minutos antes de salir, cada prenda es de un color que no combina con el de las demás y la ropa no está siquiera planchada.

— ¿Hola? —mierda, me quedé criticando su outfit por tanto tiempo que no noté que me estaba hablando.

— Ah, perdón, me quedé disociando —ojalá no se inscriba a este club, me moriría de vergüenza estar al lado del chico que critique con solo verlo.

— No, yo debí disculparme, ni siquiera estoy en este club, soy nuevo.

— Cierto, Charlie me habló de ti y del grupo en donde ibas —los raritos, espero que Chase sea el peor de estos o no podré con los demás.

— Son como mis hermanos, es una conexión única —con razón le inquietaban a Charlie, ¿serán un culto satánico o algo parecido? Lo creo posible.

— Eso debe ser genial, el lazo más cercano que tengo es con Charlie, es como mi hermano, soy hijo único y en ese entonces su hermano siempre estaba ausente, cuando nos conocimos conectamos al instante —recuerdo ese día tan bien, teníamos 11 años y en ese entonces Charlie era un niño hiperactivo que no dejaba de meterse en problemas e inventarse historias fantásticas, yo era un niño que prefería guardar distancia y hacía dibujos en mis cuadernos. Me vio dibujando un dragón y se montó una buena historia, la escribí al reverso de la hoja y nos organizamos en la escuela para juntarnos, dejamos de hacer eso hace años, pero seguimos siendo amigos.

— No podría decir lo mismo de ellos, pero me parece importante las conexiones humanas.

— Igual, son lo que me da mucha inspiración a la hora de crear algo —normalmente me motiva el mundo fuera de lo que era mi antigua familia, no quería crear algo proveniente del odio porque yo no quería que mis padres envenenaran mi arte.

— ¿Y cómo te llamas? Se me olvidó preguntarlo, me distraje con tu dibujo —una copia modernizada de Las Meninas de Velasquez, he trabajado en esto desde que inició el año, he reemplazado a las meninas con la princesa de Asturias y la infanta de España, me pareció divertido hacer una actualización de obras antiguas.

— Dante Anderson, soy de aquí.

— Chase Walker, vengo de… olvidalo —el chico es muy obvio, lo primero que debería hacer llegando a casa es hacer una bitácora de él.

— Y, dime, ¿estás interesado en el club de arte plástico?

— Sí, bueno, no realmente, quiero ver qué hay para saber qué elegir.

— Eso es bueno, luego no te dejan cambiar de club y es una tortura —Carson Swift pasó por eso, se inscribió en un club random y cuando descubrió que había un club de fotografía llegó a rogarle de rodillas al subdirector que lo cambiara sí o sí, al final logró su cometido porque el subdirector le tuvo mucha lástima.

Un chico de cabello rubio ceniza llega al club y al acercarse a mí siento un fuerte escalofrío recorriendo mi espalda, una sensación que ni con Chase sentí. Tiene una mejor caligrafía que Chase, su gafete tiene el nombre muy bien escrito de  “Ethan”.

— ¿Es que te encanta sacarme de quicio? Sabes bien que no hay que perder el tiempo en estupideces —con razón, el tipo es un pendejo, ¿Cómo es que Chase lo considera como su hermano?

— Solo estaba explorando el lugar.

— Más te vale —Ethan me mira directamente y me dan ganas de darle un puñetazo, me hace enojar y no sé porqué—. ¿Y tú qué estás mirando? Métete en otro asunto donde te llamen.

— Debiste pensarlo antes de interrumpir este pacífico lugar para humillar a este pobre chico.

— A ti no te interesa lo que le diga a él, deberías callarte y seguir haciendo tu porquería esa.

— Se llama arte, pero qué se puede esperar de alguien tan salvaje como ti.

Se acerca a mí de forma amenazante y…¿me olfatea? ¿Será un hombre lobo? Tal vez se estaba hiperventilando, pero sigue siendo raro. Está a punto de abrir la boca, pero Chase nos interrumpe.

— Ethan, ya deberíamos irnos, los demás nos esperan —Ethan le hace caso y se aleja de mí, no sin antes darme una advertencia.

— Vuelves a meterte conmigo y juro que te patearé hasta quedar irreconocible.

En cuanto se van toda la mala energía desaparece para dejar incertidumbre en su lugar, no tengo pruebas contundentes para acusarlos de nada, solo he conocido a los extremos de ese grupo, al más flexible y al más cruel; no me imagino como serán los demás. Cómo Charlie está ocupado en el periodico escolar, aunque no es miembro, voy con Scott a preguntarle sobre lo que pasó, necesito una respuesta y él es la persona adecuada para obtenerla. Cuando llego al último salón en donde imparte la clase de Letras Antiguas lo veo con Shane hablando, espero que él también se haya topado con esos raritos.



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En el texto hay: lobos, pelea, manadas

Editado: 18.09.2024

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