Depredadores Sueltos

Tratado de paz

Charlie

El lunes veo a Dante con esos homicidas, no sé como explicarle al señor Valentine que Dante quiere vengarse de ellos desde dentro. No me acerco a ellos por la pelea, han de seguir molestos conmigo.

— ¿Y por qué Dante ya no se junta contigo últimamente? —Danna me hace ver que esos chicos lo están apartando de mí, le han de estar lavando el cerebro.

— Quieren unirlo a su manada, le están lavando el cerebro.

— Pero él ya perte…

— No, no pertenece a una —detengo a Danna de delatar a Dante en el peor momento—. Todavía no ha sido mordido, ojalá así siga.

— Ah, sí, pensé que ya lo habían hecho.

— No, sigue siendo un humano.

Danna y yo nos sentamos juntos en Estadística, ahora con el maestro Philippe dando la clase, en donde debería estar Dante está Danna y donde se sentaba ella está Dante junto con Chase hablando. Me da tanta rabia. 

— Cálmate un poco, tu lápiz ya sufrió mucho —Danna me regaña en voz baja, estoy tan enojado que ya le partí la punta al lápiz.

Todavía no ha iniciado la clase y ya me quiero ir, pero mi opinión cambia al ver a Dexter Quinzel llegando, ha cambiado radicalmente de la noche a la mañana y eso solo significa una cosa. Alguien está reclutando a nuevos lobos. Dexter ha pasado de estar muy delgado y desaliñado a ser otro galán, no creo que en un solo día pase a tener músculos marcados en su camiseta blanca y tener cabello perfecto sabiendo que ayer parecía un estropajo. Lo intercepto antes de la salida y le digo que quiero hablar sobre la tarea, a lo que él accede sin problemas.

— Pensarás que estoy loco, pero ¿ayer te mordió un lobo?

— ¡Tú también eres como yo! 

— No, no lo soy, pero sé de ustedes soy un cazador.

— Deberías ver al señor Valentine, él me ayudó —pensaba que el profesor Valentine era un sujeto inteligente y cálido, pero veo que me equivoqué,  mandará a Dexter a ser sacrificado.

— No deberías decirlo en voz alta, es peligroso.

— Ya sé, él me dijo que era un secreto entre él y yo. ¿Y a qué te refieres con que eres un cazador?

— Cazador de demonios, aunque ya no puedo hacer nada de eso, en fin, recuerda mantenerlo en secreto.

Dexter está tan emocionado con su cambio que no está viendo el lío en el que se acaba de meter. No, no es tu problema, Charlie, no te metas en problemas, invita a Danna a un bar a pasar el tiempo. Me termina dando su número y me voy fingiendo que nada de eso paso. Ya en mi casa tengo más tiempo de agarrar la almohada y gritar en ella hasta cansarme, cosa que no dura mucho acompañada al sonido de la puerta abrirse y cerrarse delicadamente, mi madre ha llegado a casa. Antes de bajar me veo en el espejo y veo que mi ojo no se ve tan mal, ya no está tan morado e hinchado. Mi padre llega poco después e iniciamos a hacer la comida antes de que mi madre vuelva al trabajo en el hospital; no tarda en surgir el tema que todos estamos esperando.

— Y, bueno, hijo, ¿Cómo te ha ido con ya sabes? —es una pregunta trampa, mi papá sabe usar las palabras, espera a que suelte más información de la que debería.

— Danna y yo iremos a Coney Island, como Dante está en quién sabe donde pensé que era tiempo de reconectar con Danna sin meter el tema de ya saben qué.

— Tu director nos ha dicho que has mostrado arrepentimiento, eso me alegra —mamá se ve menos enojada que el otro día, eso ya es bueno, aunque no tengo esperanzas que me dejen ir pronto—. Aunque no estaría de más pedirles disculpas.

— Lo haría, pero ellos me evitan, lo han hecho desde que Dante se les pegó al grupo —después de que Dante me contará lo que pasó ayer no sé si sigue con ellos para destruirlos desde dentro o por miedo.

— Querida, tal vez deberíamos hacer un poco flexible el castigo, Charlie tiene algo que decir —papá sabe que no hay mucho de qué hablar, ni hablar de que no podemos ignorar un problema enorme.

— Josh, ya lo discutimos bien, si lo mimamos no aprenderá nada.

— Hoy hicimos una práctica en Biología, el profesor Artino nos trajo comida para que le hiciéramos pruebas de PH, nos dió un líquido que me dio nauseas, era tan apestoso como el perfume de la Señora Monroe —prefiero seguir con el castigo, no sé cómo ayudar a Dante, además, creo que me estoy tomando todo muy mal.

— ¿Ves, Josh? —mi mamá me sigue la corriente, ha de estar alegre por verme intentar ser normal—. ¿Y qué más hicieron?

— Estamos haciendo los primeros borradores del anuario escolar, como faltan algunos meses para publicarlo creímos que es buena idea iniciar de una vez con los preparativos para tenerlo listo con anterioridad —soy parte del comite estudiantil, dan créditos extras y con ello un pase a una buena universidad—. Queremos terminar este ciclo escolar, ha sido un año descontrolado y apenas vamos por mayo.

Y sí, en poco tiempo todo ha cambiado radicalmente.



 

Después de un fin de semana vacío sin haber visto a Dante, quien no se molesta en llamarme, agradezco volver a clases, no me veo tan magullado y lastimado; en el camino a la escuela veo a Dante acercarse con Chase, supongo que no tendré opción.



#3756 en Fantasía
#1620 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: lobos, pelea, manadas

Editado: 18.09.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.