- Respira, abre los ojos, 1, 2, 3.
Que pasa, me pesa el cuerpo, me duele la garganta y no puedo abrir los ojos.
- Respira, respira, respira.
- Valeria abre los ojos, Valeria me escuchas, Valeria, estás acá, vuelve, abre los ojos.
Ehh, de quienes son esas voces, ¿quien habla? ¿Donde estoy? Esta no es mi cama, esta no es mi habitación, donde estoy.
- Valeria abre los ojos, sientes esto, si me escuchas mueve un dedo.
Alguien me toca, muevo la mano pero me pesa demasiado, me pesan los ojos, me cuesta respirar, no sé dónde estoy, ¿qué pasó?
Nuevamente todo está en silencio, ya no se escuchan las voces que me piden que abra los ojos, ni siquiera está ella, con su horrible voz, solo hay silencio.
No se cuanto tiempo ha pasado, intentó abrir los ojos nuevamente, muevo mis manos, nuevamente una voz, no unos gritos, ¿que dice? ¿Doctora? ¿Es mi mamá la que grita? Esta vez sí veo un poco de luz, y una sombra que cubre algo de la luz.
- Valeria, abre los ojos, eso, tu puedes respira.
Apenas puedo enfocar un hermosa mujer está frente a mi sonriendo.
- Bienvenida, volviste, por momentos creíamos que te perdíamos, nos pegaste un susto de muerte.
¿Qué? De qué habla, porque mi mamá está llorando, qué pasó, intentó hablar pero tengo la garganta seca, no me salen las palabras, mi mamá se acerca y me toma la mano, aunque esta llorando se ve aliviada, hace algo que siempre esperé que hiciera, me abraza y me besa con fuerza, aunque no estoy muy segura de lo que pasa, me alegra sentirla cerca.
La cabeza me da vueltas, pero estoy recordando, ya estoy cayendo en cuenta de lo que está pasando.
Todo el dia, han pasado doctores y enfermeras, me revisan, me observan, me ponen cosas en el suero y me obligan a comer todo lo que me dan, en todo el día mi mamá no se ha separado de mí, solo lo hace para ir al baño, en un momento, llega una doctora diferente, se presenta como la Dra. Laura psiquiatra del hospital.
Le pide a mamá que nos deje solas, que quiere hablar conmigo pero sin su presencia, se levanta lentamente y sale de la habitación, no sin voltear a mirar unas tres veces, antes de abandonar la habitación.
La dra me sonríe todo el tiempo, me mira con condescendencia, ¿con lástima? Empezamos a hablar, me pregunta si recuerdo lo que pasó hace dos días.
¿Hace dos días, como así? Se supone que hoy es sábado ¿No?
La Dra me explica muy pacientemente que hoy es lunes, que estuve en coma durante dos días, por la sobredosis de somníferos que me tomé, me vuelve a preguntar por lo que recuerdo de esa noche.