Mi mamá me despierta y me dice que tengo que arreglarme para ir a mi primer sesión con la psicóloga, aunque no me hace mucha gracia, me levantó y me dirijo al baño.
-Hola, ¿me extrañaste? Porque yo sí, fueron muchos días los que me mantuviste en la sombra, me pregunto, para qué vas a ir a un psicólogo, no lo necesitas, no estás loca, el que seas una fracasada, no quiere decir que estés loca.
- Cállate, déjame en paz, no te necesito, no te quiero escuchar.
- Jajaja.
Cuando salgo del baño veo que mi mamá me alisto la ropa, un Jean y una camiseta -la verdad no me acordaba de esa ropa- me la pongo, me miro al espejo y veo que no estoy mal, bajo a desayunar para irnos a la terapia.
Mi mamá se ve muy feliz, mientras conduce canta las canciones que ponen en la radio, yo apenas la miró de reojo, no veo que la puede tener tan feliz.
Llegamos al consultorio, en la puerta está puesta la placa "Dra Ximena Correa, especialista en psicología clínica" -muy profesional- entramos y nos recibe una joven secretaria, hermosa por cierto, con una brillante sonrisa -me preguntó cuánto le habrá valido el diseño de sonrisa- mi mamá pregunta por la Dra Ximena, dice que tenemos cita -tenemos no, tengo- la secretaria nos pide que tomemos asiento, que está en consulta y apenas salga la paciente sigo.
Apenas nos sentamos, mamá toma una de las revistas que están sobre la mesa, yo no puedo dejar de mirar el consultorio, es bastante grande y bonito, se nota que es una mujer muy exitosa
- No como tú, que eres, has sido y serás una fracasada, así termines tu carrera, no vas a lograr ni una cuarta parte de lo que está Dra ha logrado, no tienes el potencial.
Los minutos pasan y me pongo mucho más nerviosa, no se que decirle a la Dra, no se que va a pensar de mí, me imagino que estará acostumbrada a tratar con personas como yo, pero yo no estoy acostumbrada a tratar con personas como ella.
- ¿Exitosas?
- Si, exitosas
Oops, creo que dije eso en voz alta, porque mi mamá me está mirando de forma extraña, cuando se dispone a decir algo, se abre la puerta de la oficina, sale una joven de aproximadamente mi edad, sonríe de oreja a oreja, detrás de ella, sale la Dra y le dice que la espera en la próxima sesión, que se porte bien y siga los pasos, se dirige a nosotras, me dice.
- ¿Tú debes ser Valeria, no? Vamos entra.
Mi mamá se levanta inmediatamente, y se dirige a la oficina, la Dra muy amablemente le hace saber que solo yo puedo entrar, que la consulta es solo para mí, y que está segura que me sentiré más cómoda si estoy sola con ella.
Las dos me miran, caigo en cuenta que sigo sentada, ni siquiera he sido capaz de levantarme, lo único que pienso es que es hermosa -joven, hermosa, exitosa, todo lo opuesto a mí-
-¿Cierto?, ves lo que te digo.
Me levanto lentamente, y entró al consultorio, la Dra le dice a mamá que nos tiene que esperar 45 minutos, que es lo que dura la sesión, mientra le dice eso, la detalló de pies a cabeza, morena, estatura media, cuerpo escultural, rizos perfectos, podría ser una reina de belleza, creo que a su lado me veo más pálida de lo que soy, o mejor aún, a su lado desaparezco por completo, lo que me faltaba, cuando se da la vuelta y me mira, tienes una sonrisa en sus labios, -que más se podía esperar, dientes perfectos-
Me invita a sentarme, -no es un diván como esperaba- pero sí es una silla bastante cómoda, se presenta.
- Bueno, soy la Dra Ximena Correa, psicóloga, ¿ pero creo que eso ya lo sabes? Y estoy aquí para ti, para que me cuentes de ti, de tus cosas, y que hizo que tomaras la decisión que tomaste hace unos días.
Vaya, bastante directa, me gusta no es como en la casa que hacen como si nada hubiera pasado, pero la verdad no me siento muy cómoda hablando con una completa desconocida, pero me acuerdo que si no hago esto, puede que no vuelva a salir de casa nunca -es irónico, siempre es una lucha salir de ella, pero cuando me amenazan con sacarme de la universidad, quiero hacer hasta lo imposible para que eso no pase.-.
- Vamos Valeria, ¿dime quien eres, cuéntame algo de tí, dime que piensas cuando te ves en un espejo, porque hiciste lo que hiciste?
Aunque no me había dado cuenta, estoy llorando, ella me pasa una caja de pañuelos, se levanta y se dirige a una pequeña nevera que tiene en su consulta, saca una botella con agua y me la pasa, se la recibo, tomó un sorbo de agua, la miró y decido empezar a responder a sus preguntas