Depresión

Capítulo 15

Subo a ducharme, a pesar de no haber dormido nada no me siento cansada, tengo un nuevo objetivo y nada me va a detener, ni siquiera ella… ni siquiera yo.
Cuando terminó bajó nuevamente a la cocina cojo otra galleta y me voy para la sala,a esperar que sea la hora de salir a la consulta, estoy ansiosa.
Cuando por fin mamá está lista, tomo mi bolso y salimos en el camino no decimos nada, creo que todo quedó dicho, pienso en lo que hablamos, pienso en todo lo que sufrieron mis padres y en lo fuertes que fueron al poder salir de esa situación.
 - Sí, eso es cierto, no como tú, que ni siquiera eres capaz de superar las cosas, lo dicho eres una fracasada, una inútil, una buena para nada.
Llegamos a la consulta y nos sentamos a esperar, mientras tanto mi mamá se toma un café que le brindó la secretaría, al cabo de un rato sale la Dra de consulta, estaba con la misma chica de la primera vez, una joven bastante bonita, me preguntó porque estará en consulta.
Entró con la Dra, ella me sonríe y me pasa mi habitual botella con agua, me pregunta cómo voy, cómo me he sentido, me encojo de hombros  y le cuento que decidí retirarme de la universidad, me pregunta que si me siento bien con la decisión.
 - La verdad no lo sé, pero creo que es lo mejor, necesito enfocarme en mi recuperación.
 - Me parece bien.
 - Anoche hablé con mi mamá, de la adopción de porque me escogieron entre tantos bebés, incluso entre tantos niños más pequeños que yo.
 - ¿Y que te dijo?
Le conté todo lo que me dijo; lo de la bebé, lo  de las almas rotas, que con mi llegada ellos sintieron que la vida les volvió a sonreír, que fueron felices de nuevo. Eso me alegra, saber que les he dado felicidad aunque yo no sé realmente lo que es eso, en real no se si creerlo, si alguien como yo soy capaz de brindar algo así.
 - No, no eres capaz, quién va a ser feliz a tu lado, como van a ser felices si por tu culpa tus padres están muertos, tú los mataste.
La cabeza me empieza a dar vueltas, siento que se vuelve a ir el aire, esa siempre ha sido un duda que he tenido pero nunca la había expresado de esa manera, las lágrimas corren por mis mejillas y el aire no me entra. La Dra está arrodillada a mi lado, me tiene cogida de la mano y me está diciendo algo, no sé qué, trato de enfocarme en su voz.
 - Respira, 1, 2, 3, 4, Valeria respira, mírame, Valeria toma un sorbo de agua…  vamos respira, toma aire llena tus pulmones, no dejes que te gane… eso vamos respira, no dejes de respirar…  ya vengo, voy al escritorio, mírame no me pierdas de vista.
En medio de tanta confusión que siento, trato de seguirla con la mirada y enfocarme en mi respiración, no puedo dejarme llevar otra vez, no quiero terminar en el hospital otra vez, veo que está hablando por teléfono ¿Con quién?
Al cabo de unos minutos entra la secretaría con una pocillo en la mano, lo deja sobre la mesa cerca a mí y se retira. La Dra lo toma y me lo pasa, me dice que me lo tomé caliente, que eso me va a reconfortar, me lo empiezo a tomar es un té muy dulce, para que me suba la tensión me dice ella.
Cuando estoy mejor, vuelve a su silla, me sonríe y me dice que eso es lo que debo hacer, respirar concentrarme eso en nada más.
 - Solo enfocate en tu respiración, en nada más, infla tus pulmones y llenalos de aire, así  como las últimas veces has estado acá te puede pasar cuando estés sola y no puedes darte el lujo de desmayarte, cuando te sientas mejor tomate algo caliente y dulce, eso te va a hacer sentir mejor ¿Cómo estás, más tranquila?
 - Sí, gracias.
 - ¿Qué pasó, porque te pusiste así? ¿Qué pasa por tu mente antes de un ataque de pánico?
 - Yo maté a mis padres, a los biológicos, por eso termine en un orfanato.
 - Eso no es cierto y lo sabes, pero ese tema lo vamos a ir viendo poco a poco, no te presiones, no tenemos afán.
El reloj timbra, se acabó la sesión nuevamente, la Dra me pide que les haga una carta a mis padres a los que amo y les cuente en ella que sentí cuando los vi por primera vez, para mañana, -quiero que avancemos en tu adopción y vamos a ir tocando lo demás con calma, cuando estés lista-.
 - No pasó nada, todo fue culpa tuya, naciste mala, todo lo que tocas lo dañas.
 - No soy mala, soy una buena persona, solo he tenido mala suerte 
 - ¿Que dijiste? ¿Con quién hablas? 
 - Ahhh, no lo siento habló conmigo misma.
 - Cada vez que sientas que los malos pensamientos te absorben, has lo que hiciste, repite que eres buena, tú no tienes la culpa de nada y recuerda que no eres mala, eres la mujer más buena y hermosa que existe.
Aunque no le creo mucho le sonrió, si no empiezo a creer en lo que me dicen nunca voy a salir de esta.
Salimos del consultorio nos subimos al carro y nos vamos a dar una vuelta a un centro comercial, mamá dice que va a hacer mercado y eso me sirve para despejarme y pensar en otras cosas, hablamos de varias cosas pero no tocamos nada de nuestra conversación anterior, hasta que no aguanto más y le digo.
 - Sí me quieres ayudar tienes que ayudarte tú también, te creo que cuando dices que yo les di la alegría que se fue con la bebé, pero ustedes también tienen dolores en el alma que no han sanado, me dejaron la responsabilidad de curarlos y ves que no he hecho el mejor trabajo, creo que todos estos días han hecho que sus temores se acrecienten, temen perderme como la perdieron a ella.
Voltea la cara y empieza a mirar los cereales, coge todas las cajas y las deja en su lugar, pero no me dice nada, así que continuó.

 - Te prometo que no voy a volver a hacer lo de la otra vez, voy a dar lo mejor de mi para salir de esta, no me voy a ir a ningún lado, pero necesito de la ayuda de ustedes, se que han hecho lo mejor que pueden, pero no podemos seguir ocultando nuestros sentimientos, por eso estoy en este punto, no quiero arrastrarlos conmigo y menos a Sofía, ella no se lo merece, así que hagamos un trato, cada vez que te sientas abrumada dímelo, igual yo, trataré de comunicarme más con ustedes, voy a estar muy juiciosa con mi tratamiento y vamos a salir adelante, te lo prometo.
Ambas estamos llorando, nos abrazamos y cojo la caja de cereales achocolatados  hace mucho que no como eso son muy dulces para mi gusto, pero sé que eso es bueno para ayudarme, mamá hace cara de acontecimiento y nos reímos. No estoy segura que me los vaya a comer pero bueno por algo se empieza.
Empiezo a sentirme cansada, se lo digo a mamá vamos a la caja, pagamos y nos dirigimos a la casa, me voy a mi habitación y ella me sigue, nos metemos en mi cama y nos quedamos dormidas inmediatamente, hasta que llega mi papá, Sofía había llegado hacía rato pero al vernos dormidas decidió quedarse en la sala viendo televisión, como no hubo comida, mi papá pidió pizza, cenamos, vimos algo de televisión, me tomé mi medicamento y me fui a dormir, al parecer voy nuevamente para arriba.
 - Hasta que yo lo decida, no te acostumbres, recuerda que yo estoy acá, siempre y que nunca vas a dejar de ser quien eres, porque ahora comas pizza y cereales no quiere decir que hayas cambiado.
 - Eso es cierto, pero cuando menos pienses voy a ser más fuerte que tú, y vas a ser un triste recuerdo, te lo prometo. 
 



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En el texto hay: esperanzas, famila, suicidio y depresion

Editado: 04.04.2020

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