Dereck, Un Diamante Incompleto.

CAPÍTULO 9

FELIZ LECTURA AMIGOS 

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Claver trataba de que aquella criatura no la viera, se escondió entre los huecos de las grandes piedras que estaban en las orillas, no eran de las que se podían escalar, pero si tenían pequeños huecos para no ser vista bueno igual aquella cosa era bastante grande, la cueva subterránea parecía ser su hogar y aunque pareciera que era demasiado pequeña para la criatura esta no lo sentía así.

—Flor Silvestre —Volvió a repetir y tomó la rama que Byron había puesto para que Claver subiera. Olió la rama y miró a su alrededor, Claver se comenzó a sentir tan a gusto con la calidez de las piedras que no se enteró cuando el gigante de piedra posó sus enormes ojos en ella; se asustó dando un paso hacia atrás, pero estaba entre las rocas así que solo se dio un golpecito en la espalda.

—No me mates, no me comas —Musito, parecía más bien un rezo que otra cosa Claver comenzó a tratar de huir de la cosa rocosa y este la miraba sin entender nada de lo que estaba pasando era la primera vez que veían alguien o algo como Claver. La sombra desde arriba buscaba una forma de distraer al rocoso para que Claver pueda subir, igual ya la rama había sido quitada de su lugar por la misma criatura así que sería mucho más difícil.

—¿Qué haces aquí? —Preguntó el gigantesco con su grave voz al parecer era muy cuerdo.

—Me caí —Claver algo tímida le mostró parte de su hombro lastimado, la piel machucada y morada.

—Déjame ayudarte, no deberías tener miedo hacia mí soy de los buenos —El gigante se sentó sin quitar la mirada de la chica, era la primera vez que tenía ese tipo de compañía y estaba muy sorprendido, ya que jamás lo hubiese imaginado.

—¿De acuerdo? —Claver estaba dudosa, pero más adelante percibió que aquella no tenía maldad así que poco a poco intento acercarse a la criatura de piedra hasta tocarlo. Se quedó maravillada por lo cálido que era.

—¿Quién es el chico que nos está observando? —Preguntó señalando hacia arriba.

—Mi amigo —Se sorprendió porque pensó que no lo había visto.

—¿Quieres que te ayude a subir?

¡—Si! Por favor —Contestó la chica afirmando con la cabeza.

—Con una condición —Claver sonrió al escuchar aquello de este gigante. Suponía que debía ser masculino casi todos siempre pedían algo a cambio.

—Diga usted. —Me puedes traer más de estas hojas, son mis favoritas —Levanto la rama para mostrarle.

—Oh, claro que sí —El rocoso abrió sus manos para que ella subiera y esta caminó hasta la grande mano sentándose. La subió hasta arriba sacándola del lugar.

—No puedo salir de aquí, vez —Le mostró una conexión que había en su espalda con la parte de atrás de la cueva subterránea, era como raíces que salían de su espalda y se adentraba entre la pared de la cueva subterránea ella suponía que era hasta llegar a la tierra.

—Entiendo —No era un monstruo en sí, era más bien el corazón de este lugar, tal vez el corazón del bosque; entonces pensó que él era demasiado importante aquí. Byron y Claver recolectaron muchas ramas con la hoja que el gigante había pedido—. Él no tiene mucho espacio ahí abajo —Comentó Claver tirando las ramas hacia abajo lo suficiente para que el rocoso se entretenga; las tomó y empezó a comer poco a poco, hoja por hoja.

—He pasado por aquí varias veces y nunca lo vi, aunque en realidad solo pasaba como sombra era obvio, pero estar ahí es su función así que no te preocupes; si él está ahí no está desamparado créeme estoy seguro de que algo o alguien le ayuda en su alimentación.

—Eso espero. Se ve muy hambriento. ¡Hey adiós! —Adiós, y cuídate de los cocos.

—¿Qué? —El rocoso puso las ramas a un lado y volvió a dormir, Claver y Byron empezaron a caminar —. ¿A qué se refería con eso? 
—Claver yo sé dónde está el diamante porque fue mi padre que lo escondió, pero en realidad no sé mucho sobre este bosque tengo poco tiempo aquí.

—¿Cómo poco tiempo? Pensé que viviste aquí desde que naciste.

—Antes vivíamos en lovely cuando Jorge I era rey cincuenta años atrás. Pero ya sabes que pasó bueno, no sé si te contaron sobre el ataque y el cambio de reyes, cuando entro Alicia sacó a todas las bestias, seres y no humanos de la ciudad mandando que no pasaran la frontera. Ninguna frontera en realidad solo nos engañó para que todos nos quedáramos escondidos en el bosque, empezó a cazar y matar todos aquellos que salían de aquí. Hasta que nosotros los no humanos, las bestias, criaturas y todo ser existentes se acostumbraron a vivir en la oscuridad del bosque pero claro los pocos que quedaron.

—Eso es horrible Byron, ¿Por qué hizo eso?Nadie a mencionado eso en lovely, ni siquiera los historiadores —Claver respiró profundo —. No me lo puedo creer; ustedes tienen todo el derecho de estar en la ciudad no solo allá sino en cada parte de la isla. Nunca me hubiese imaginado algo así  los historiadores  cuentan otra historia —Claver agarro su cintura indignada.

—Es obvio Claver, ¿Quién hablará? ¿Los que tienen puestos? ¿Los ancianos que están bien acomodados? ¿Los ancianos pobres que temen a que sus familias sean masacrados tan solo por hablar? No lo creo.

—¿Ella los mataría? —Claver abrió los ojos en sorpresa.

—¿La reina Alicia? Mujer es que acaso no conoces a tu reina. Mataría a cualquiera que se interponga en su camino, haría cualquier cosa para lograr su objetivo.

—¿Entonces es ella? La mujer que montada en una bestia mancha el castillo de fuego y muertes ¿Es ella? Ahora todo tiene sentido, el sueño o pesadilla que me he hecho en todo este tiempo sobre el rey que muere a espada por una mujer.

—No te puedo confirmar si es ella o como murió el rey, estaba muy joven y por alguna razón mis recuerdos mientras voy creciendo van desapareciendo.

–Pensé que solo me pasaba a mí.

—¿En serio, también te pasa? Oh rayos.

—Dicen que es por la maldición. ¿Sabes de eso?




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