Derivé

Capítulo 23

 

—Según mi app del clima, mañana será un día soleado —Alba miró con ojos emocionados hacia Minie.

—Pues sí, por eso elegimos este día. Revisé cada pequeño detalle. Si la boda de mi hermano y mi mejor amiga está en mis manos; todo debe salir perfecto —soltó Morin desde una esquina de la habitación.

—¿Ahora son mejores amigas? Dos meses nos vamos y la vida se pone loca, he —Alda las miró, sentada cómodamente en el borde de la cama de Morin.

—Es que hemos pasado tanto tiempo juntas… —Morin miró hacia Minie con aire soñador.

La rubia solo pudo emitir una sonrisa ligera, en su intento de mantenerse inmóvil. Los ayudantes de Alba seguían sus indicaciones sobre colocar alfileres en los lugares en que se necesitaban cambios.

—Que Morin no te engañe, Minie. En realidad, Alba es la más agradable de las tres —siseó Alda, su semblante desinteresado le recordaba a Bastian.

—Eso es verdad cariño —aseguró Alba, sus labios pintados de rojo y el vestido llamativo era lo que la ayudaban a diferenciarla de su hermana gemela.

Minie sonrió, sintiéndose cómoda entre ellas.

—¡Claro que no! No les creas nada Minie, ellas siempre se unen en mi contra —aseguró Morin, dividiendo su atención entre defenderse y meter todo lo que Minerva necesitaría en una maleta.

—Morin siempre ha sido la llorona —soltó Alda, sus ojos castaños barrieron el vestido de Minie —. Te queda muy bien —le aseguró, como si intentase calmar sus ansias por observarse en un espejo.

—Bueno eso sí que es verdad… lo de Morin siendo una llorona —susurró Alba, sonriendo con dulzura.

Minie podía creer todo lo que decían, pero estaba demasiado confundida entre la bruma de voces. Las cuatro personas a su alrededor esperando instrucciones de Alba no ayudaban a su tranquilidad.

—Deberías ir a hacer la maleta, Alda. ¿O llegarás en leotardo y mallas? —enunció Mor con un tono burlón muy parecido al de su hermano.

Definitivamente estando entre ellas sólo podía pensar en Bastian Campell. Y era un fastidio.

—¿Ves lo que te digo? —soltó Alda al pasar por su lado, dirigiéndose a la salida después de reír como loca.

—Mi hermana es un poco extraña, pero es buena —le aseguró Alba. Luego miró hacia su equipo de trabajo y todos parecieron enderezar sus cuerpos de golpe —. Esto es todo chicos, trabajen rápido, que en unas horas nos vamos, asegúrense de hacer costuras limpias y revisen la medida de la cintura. ¿Vale? —Minie los observó asentir.

Y entonces salió de aquel vestido. Después de que todos la viesen en ropa interior unos minutos atrás, ya no sintió la misma vergüenza. Se limitó a vestirse en silencio mientras los ayudantes de Alba salían de la habitación, llevándose el vestido con ellos.

Las chicas llegaron una noche anterior. Morin le había llamado en ese mismo instante, diciéndole que enviaría a su chofer en la mañana, para que Minie pudiese ir a la prueba del vestido.

La convivencia con Bastian había sido normal. Se veían en el hospital y eran silenciosos la mayor parte del tiempo. A menos que alguien los viese, porque en ese caso, Minie debía interpretar su papel; llena de sonrisas y ojos enamorados, que eran un poco más que una actuación, no podía evitarlo.

La boda se llevaría a cabo en unas horas. Y la verdad era que no necesitaba prepararse tanto; sabía que sólo era una escena más que añadir a su experiencia.

Los últimos días había ido a la Academia Campell en cada oportunidad que tuvo. Aquello era algo que auténticamente la hacía completamente feliz. Se enfocaba en observar todo el tiempo, aprendiendo en silencio y se preparándose mentalmente para el momento en que llegase su oportunidad de demostrar su talento.

Seguía manteniendo en secreto su relación con Mariel Campell de sus dos compañeros; Aries y Azul. Le parecían tan agradables. Aun así, cuando Mor preguntó si los quería invitar a la fiesta, ella había negado. No tenía invitados y habría sido mucho más doloroso si pensaba en ello, así que solo lo ignoró.

—Alba, ¿Cuáles zapatos debe llevar? —Morin miró hacia su prima. Mostrando las dos opciones, que lucían igual de costosos a los ojos de Minie.

—Que lleve los bajos, así estará más cómoda. Además, podremos bailar toda la noche —dijo con una mirada cómplice.

—¡Todo listo! —gritó Mor en cuanto cerró la maleta —Bueno, solo falta el vestido, pero ese es tu asunto —lanzó hacia Alba —. Ahora podemos hablar de la despedida de soltera… hay un bar en el centro del poblado en donde está la hacienda. Podremos ir ahí esta noche —sonrió con suficiencia.

Morin definitivamente había pensado en todo. La primera de sus comandas, había sido realizar la boda en año nuevo. Cuando hagamos la cuenta regresiva estaremos en una doble celebración; la boda y el inicio de una nueva oportunidad, había dicho con voz cantarina.

—A mi me encanta la idea… ¿Minie?

—Si, suena bien.

Pensaba en lo mucho que deseaba ver a su abuela. Todos los días iba a visitarla antes de ir a la academia, pero, al día siguiente estarían lejos, festejando su boda falsa en un poblado rústico y bonito, alejado de su ciudad. Minie no podría sostener la mano de Annabelle el día de su boda y… era triste.




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