Volvimos al pueblo después de pedir que lavaran mi auto, era realmente desagradable lo que había sucedido ahí dentro.
Dimos un largo paseo por el pueblo tomadas de las manos. Pasamos por una pintoresca librería victoriana y compramos una cantidad impresionante de libros para ambas, algo que compartimos con mi hija es la pasión por la lectura. Paramos en algunas tiendas a comprar ropa y decidimos comprar un regalo para Felix, uno que eligió India: una taza con el puerto dibujado a mano y en la parte de atrás pidió que le grabaran "Al mejor papá del mundo. Mami está bien"
Cuando leí lo que grabo en la taza mis ojos se inundaron de lágrimas, India es una niña muy madura para sus apenas siete años, desde que comprendió que algo conmigo no andaba bien, siempre estuvo a mi lado. Cada vez que llegaba de una quimio ella solo se recostaba a mi lado y sujetaba mi mano, era tan pequeña aun usaba su chupete y mamá no podía ni siquiera cambiar sus pañales. Ella no decía una sola palabra salvo: Ya vas a estar bien mami. India siempre fue mi luz al final del camino, ella me motivaba a seguir, me daba fuerzas, quería verla crecer y ser feliz, quería ser quien la consolara en su primera decepción amorosa y quien le acomodara el velo antes de su boda. Esa tenía que ser yo y para serlo debía sobrepasar esa situación.
— No llores mami— volvemos a guardar la taza en la bolsa— Ya paso y estamos bien— sujeta mi mano y tira de ella para que caminemos al puerto.
En la esquina se frena y me mira con el ceño fruncido.
— ¿Qué pasa?— pregunto riendo
— Te amo— y estira sus brazos para que la abrace.
— Te amo India, con toda mi alma...
Caminamos rápido al puerto, estábamos muertas de hambre y encontramos un precioso Restaurante con una terraza gigante con vistas al rio. El lugar se nota es popular porque estaba llenísimo de gente, elegimos almorzar afuera, el día esta soleado y apenas caluroso, ideal para comer a orillas del rio.
Mientras esperábamos la comida, pedimos unas limonadas de fresa para ambas y yo intentaba comunicarme con Felix que no respondía su celular, es probable que en la planta no tenga señal o que lo haya dejado en el despacho.
— Le deje dos mensajes a papá— sonrío cuando me mira ansiosa— y otros veinte de texto debe haber dejado su celular en la oficina.
— No importa, ya lo veremos, la estamos pasando bien ¿Verdad?
Su comentario solo me provoca acunar su mejilla y dejar un beso en su frente — Yo la estoy pasando genial y quiero disfrutar de esto antes que me cambies por tus amigas y te de vergüenza salir conmigo...
Se ríe y me guiña un ojo — Nunca mami...
Mientras charlábamos de la escuela, las amigas de India y sus clases de Ballet, el entrecejo de mi hija se contrae y la observo curiosa: — ¿Qué pasa?
— ¿Ese no es papi?— señala una mesa que tengo a mis espaldas y si, lo reconozco.
Me pongo de pie y camino con India de la mano, primero pensé que podría tratarse de un almuerzo de trabajo hasta que veo a la mujer a su lado, Felix esta con el brazo apoyado en el respaldo de su silla y ella lo mira como una mujer enamorada, en ese momento me freno y obligo a India a hacer lo mismo y me mira preocupada.
En la mesa no solo están ellos, hay dos niños menores que India y una pareja de gente mayor.
— India, cariño— me vuelvo hacia su rostro nerviosa— vuelve a la mesa.
— ¿Por qué? — pregunta y observa mi mano cuando esta comienza a temblar.
— Por favor cariño...— Asiente y camina hacia la mesa en la que estábamos sentadas.
Él no me vio por lo que me acerco despacio, en ese momento ella levanta su mano y con una enorme sonrisa coloca la mano de Felix en su vientre, está embarazada. El sonríe la mira a los ojos y deja un beso en sus labios.
— Felix...— susurro con la garganta a anudada parada frente a ellos.
La mujer levanta la cabeza y me observa , sus ojos se abren como si hubiera visto a la mismísima muerte frente a ella.
— Eva— Felix esta pálido y solo me mira.
— ¿Qué pasa Felix?— pregunta la mujer mayor que se dio vuelta a observarme
— ¿Papi?— pregunta uno de los niños en la mesa que no debe tener mas de tres años dirigiéndose a mi marido.
— ¿Papi?— pregunto viendo a Felix mientras las lagrimas caen por mis ojos.
— ¿Quién es esta mujer?— pregunta el hombre poniéndose de pie en un tono molesto.
— Su esposa— respondo sin mirarlo.
— Eva, podemos hablar en otro lado.
— ¿Recuerdas a mi amiga Sara?— la voz de India nos toma por sorpresa a ambos...
— India... ¿Qué hacen aquí?— pregunta Felix cada vez mas nervioso.
— ¡La recuerdas! — Grita mi hija interrumpiéndolo y haciéndome dar un respingo. Mi hija sujeta mi mano y observa fijamente a su padre— El papá de Sara les hizo lo mismo y Susi, su hermana mayor intento dormirse con pastillas...— en ese momento llevo la mano a mi pecho, la angustia me duele tanto que siento me falta el aire— ¿Acaso no viste como sufrieron ellas? ¿Por qué nos harías lo mismo?
En ese momento miro a mi hija, a mi GRAN hija de siete años. Es demasiado buena para este mundo, es demasiado grande para el padre que tiene, no la merece y apenas se si una madre como yo la merece.
— Vamos India...— me giro y la mujer que estaba en la mesa sujeta mi brazo.
— ¿Dónde vas? ¿Quiero saber quién eres y porque hacen este escándalo delante de mi hija embarazada?