Con una sonrísa bañada en encantos,
con caricias de ensueño, que me quitaban el aliento
llegaste a mi vida, y todo por un juego.
Siempre hay un ganador y un perdedor.
Yo gané, pero perdí mucho en el proceso.
Yo te tenía y me quedé solo con recuerdos y lamentos.
Era un juego para ti, y uno para mi,
el próposito era ver quién sabía amar menos.
Al final fuimos los dos los que caímos en el juego.
A.M