Desafiando al destino

Capítulo: 11

Gina

Me quedo mirando los ojos de Ángelo durante demasiado tiempo, aguanto la respiración cuando él se acerca más a mí y mi mirada viaja hacia sus labios, sería tan fácil besarle, por años he fantaseado con eso y ahora estoy tan cerca de su boca, pero si lo besara solo ganaría de su parte un momento demasiado incómodo y estoy segura de que un rechazo, él lo hace todo por mi padre, para que este no se vea afectado por sus acciones, dice que dejó a Sia, pero estoy segura de que en algún momento casado conmigo o no volverá a estar con ella, es una mujer hermosa que claramente le gusta y yo solo soy la mujer que conoce desde niña y que está embarazada de otro, con lentitud me alejo un poco y él me suelta haciendo que la burbuja en la que estaba desaparezca.

—Gina entiende

—Ya entendí Ángelo —susurro dejando de mirarle —y sé que en esa fiesta habrá muchos problemas para mí, pero debo afrontar esas consecuencias de mis actos sin herirte a ti, ¿acaso no entiendes que si le dices a mi padre que este hijo es tuyo él te va a odiar? Perderías a un amigo por mi culpa —miro sus ojos y es claro que me comprende

—¿Y qué harás?

—Enfrentarlo —me encojo de hombros —y si decide rechazarme como hija voy a entenderlo

—Él quiere que trabajes para mi Gina por tu estadía en esta casa

—Mañana comenzaré —asiente con lentitud

—No te preocupes, estoy seguro de que no irá a la empresa y ahí muy pocos te reconocerán como hija suya

—No te preocupes, nadie sabrá mi apellido —sonrío triste volviendo a la cama —¿y después puedo seguir viviendo aquí? Al menos hasta que consiga algo más.

—Por supuesto Gina, diga lo que diga tu padre voy a ayudarte

—Gracias —murmuro mirando mis manos, sé que papá estará muy decepcionado y de solo imaginarlo el estómago se me revuelve.

—No tengas miedo —miro a Ángelo, él sigue mirándome —estaré a tu lado en esa fiesta —no digo nada y él suspira, le veo caminar hacia la puerta y cuando sale de la habitación dejo entonces salir mis lágrimas.

Camino por la empresa al lado de Ángelo, algunos me miran con curiosidad y evito mirarles a los ojos, sé que nada será fácil así como también sé que aunque no quiero estar aquí debo hacerlo, nadie más me dará trabajo con un embarazo tan avanzado, Ángelo abre la puerta de su oficina y entro en ella.

—Trabajarás desde el frente —miro hacia fuera a través del cristal viendo un escritorio frente a su oficina, él camina hacia su silla —y debes firmar el contrato que tu padre trajo ayer —camino hacia él y me siento en frente —no te daré trabajo pesado, aunque sí te mandaré a hacer mucho café —él sonríe

—Como quieras jefe —su mirada impacta en la mía al decir la frase y Ángelo se mueve inquieto en su silla

—Preferiría que solo me llamaras Ángelo

—Eso me hace recordar a cuando te decía Ángel guardián —ambos reímos

—Odiaba eso

—Era una niña —sonrío —y estabas siempre vigilando mis pasos —mi voz se apaga recordando eso, él siempre estaba con Susan, estúpidamente pensé que le gustaba estar conmigo y solo hacía lo que mi padre pedía

—Gina

—Es pasado —miro sus ojos —¿dónde firmo? —me muestra donde y luego de leer un poco dejo mi firma plasmada en el papel —¿café?

—ya sabes como me gusta —le sonrío y a paso rápido salgo de esa oficina.

Espero paciente que el café esté listo y miro mi reloj, miro mi teléfono cuando suena y sonrío leyendo el mensaje de Alejandro con quien pienso cenar esta noche en su casa, no pude negarme a su invitación y me recuerda que aún debo hablar con Ángelo sobre eso.

—Veo que eres la nueva secretaria —me giro con el café de Ángelo en la mano y miro a Sia que me mira con una ceja alzada

—Así es

—Soy su novia —ella se presenta sonriendo, Ángelo me dijo que habían terminado

—Lo sé —sonrío

—Sé que Ángelo puede que se case contigo —niego rápido —no me engañas —ella se acerca a mí —veo como le miras y como actúas y si crees que con esa forma de niña buena vas a gustarle andas muy mal —ríe

—No quiero gustarle

—Me encantaría creerte Gina, pero Ángelo me ha hablado mucho de ti y de niña inocente veo que no tienes nada —sonríe mirando mi vientre

—Debo llevar el café

—Solo quiero que te alejes de mi novio —sus manos van a su vientre —Ángelo aún no lo sabe, pero estoy embarazada —mi boca se abre y cierra sin poder hablar, hace solo pocos días que salen.

—Sia

—Sé lo que piensas, pero él y yo ya salíamos antes de que llegaras —mi corazón late apresurado queriendo salir de aquí —no le digas, quiero darle una sorpresa.

—Felicidades —espeto con poca voz viendo sus ojos brillando y su enorme sonrisa

—Gracias G. —paso por su lado caminando rápido, la cabeza me quiere estallar y mi corazón no se controla, ¿tendrá un bebé? Ángelo será padre, definitivamente no puedo casarme con él, no puedo aceptar que se aleje de Sia por mi culpa.

—Oye pequeña —mis pasos se detienen cuando Alejandro coloca sus manos en mis hombros y miro sus ojos —¿estás bien? Estás pálida —él quita el café de mis manos y me doy cuenta de que estas están temblando

—Estoy bien

—Siéntate —me hace sentar en una silla frente a la oficina de Ángelo —no deberías trabajar en tu estado

—Yo

—Esto yo se lo llevo a Ángelo —Alejandro sonríe —tómate un minuto ¿sí? —asiento con lentitud y veo como entra a la oficina, desde mi puesto puedo ver a Ángelo ahí y solo tarda segundos este en caminar hacia mí.

Me miro frente al espejo viendo mi reflejo en este y doy un largo suspiro, volteo hacia la puerta cuando Ángelo entra y sus pasos se detienen al verme.

—Waw —expresa recorriéndome completa con la mirada —estás hermosa —me ruborizo rápido y aparto la mirada, él carraspea —¿a dónde vas? —lo miro, su mirada ahora es de pura confusión

—Iré a cenar con Alejandro a su casa —veo como su mirada cambia por completo

—Te sentiste mal todo el día Gina, no deberías salir




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