Desafío de Amor

14. Fantasías de niña

Emily

— Por ahora te has salvado Sofía – no digo nada para no empeorar la cosa — ¡y tú! – me señala y me encojo en la cama — recuerda que eres mi gallinita de los huevos de oro – arrugo las cejas porque no entiendo nada de lo que habla.

— ¡Si Argelia, ya lo sabemos! – Sofía le sonríe como boba y ella asiente — creo que ya Emily debe descansar – me mira y dejo de masticar, también de respirar.

Ella nunca me ha pegado, pero no sé si estoy a salvo. Es una señora malvada que se parece a la madrastra de los cuentos. Mi pobre Nana también necesita descanso los círculos que rodean sus ojos no deben ser buena señal, pero como ella es muy fuerte no lo menciono para evitar que se ponga incómoda. Tampoco termino la hamburguesa.

— Nana – levanta el dedo índice para que espere.

Abro los ojos con la mirada pegada al plato esperando que haga sea lo que sea, no tengo miedo o quizás si un poco porque la Bruja puede pegarnos y como somos huérfanos nadie nos defiende. Cierra la puerta y por el sonido salto en la cama. Cierra con pestillo para que no entre ningún monstruo.

— Muy bien tesoro, ahora… ¿qué ibas a decirme? – su rostro se relaja y sonríe radiante.

— Solo quería darte de mi hamburguesa – ella abre y cierra la boca como un pececito, yo me encojo de hombros.

— ¡Gracias mi niña preciosa! – me quita el plato y lo acomoda en la mesita — deja ver si Joira aun se encuentra en la salita de espera – cierto, golpeo mi frente.

Olvidé por completo a Joira, bueno es que creo que no he podido pensar mucho, con los golpes y la visita de… mi futuro padre. Sonrío.

¡Hasta se parece a mí con el cabello rubio!

Sería bonito tener un papi como él, aunque parece amargado, pero debe ser porque no tiene hijos. Mejor así no peleo con nadie.

¡Ay, el papel que me dio con su número de teléfono!

— ¡Uf, por un momento pensé que te había perdido! – beso el trozo de papel y estoy demasiado entretenida sonriéndole que no escucho la puerta.

— Me avisas si te habla el trozo de papel por favor – escucho la voz de joira y salto de nuevo en la cama. Sonrío.

— Es que mi futuro papá me dio su número – ella abre mucho los ojos y la Nana – a quien no había visto – pone los puños en la cintura.

¡Oh, ooh creo que no le ha gustado lo que dije!

Normalmente no es gruñona, ni regañona, pero creo que esto no lo está tomando muy bien. De verdad que se la nota cansada y sin fuerzas, solo espero que aquí pueda descansar un poco al menos de la bruja y sus odiosidades.

— Ese hombre no va a ser tu padre Emily, no digas esas cosas por favor – gruñe.

— Pero es que me ha dicho que quiere ayudar…

— Te dije que no, solo son fantasías de niña – me interrumpe.

— ¡Pero Nana, tu no entiendes! – le enseño el papel — él me dio esto y dijo que lo llamaras – insisto, pero tiene cara de molestia.

— No vamos a llamar a nadie Emily, solo te dejé con él para que Argelia no nos molestara, pero no porque desee su ayuda…

— ¡Pero me va a regalar la casa! – pone los ojos en blanco y niega ¿Qué le pasa? Ella no es así. Lloro y más cuando arruga el papel, lo tira al cesto — ¡no lo hagas Nana por favor, él lo prometió! – le digo entre lágrimas, se acerca y tapo mi rostro con la colcha. Sollozo con fuerza.

— Él no va a regalarle una casa a una niña como tú Em, entiéndelo – se expresa con rabia — Si no te adoptan, jamás saldrás de ese horrible lugar – la voz de mi nana que en este momento se volvió mala, se quiebra — ¡te amo demasiado para permitir que pases más del tiempo necesario en ese sitio! – destapo mi cabeza, sus lágrimas corren mojando su pálida y arrugada cara.

— ¡¿Y tú?! – mis sollozos son cada vez más fuertes — ¡¿qué pasará con todos los chicos?! – la garganta me duele — ¡debo cuidarlos! ¿Por qué no lo entiendes?

— Porque tienes seis años y es a ti a quien necesitamos cuidar…

— ¡No, no quiero, no! – vuelvo a cubrirme con la colcha por completo.

No la quiero a la Nana por ahora, es mala por botar ese trozo de papel, ese que me ha dado el señor que quiere ayudar, él quiere ayudar. Lloro porque no quiere aceptarlo, también porque no quiero que me adopten esas personas que no me gustan, lloro y no dejo de llorar.

***

En mis sueños…

El hombre vestido de rojo tira de mi brazo, la mujer que es una vampira quiere sacarme la sangre con una aguja y grito, grito pero no me escuchan. Me lanza al desván y al girar todos mis amigos están dormidos con piquetes en el cuello, muevo a Joira y no despierta la sacudo con fuerza gritando su nombre. Escucho gritos fuera del desván y miro hacia arriba cuando la puerta se abre, cae un cuerpo más grande que el mío… mi Nana. Lloro sobre su cuerpo que no se mueve y grito muy fuerte; escucho una voz que dice “llámame, Emily, llámame”.

Despierto sobresaltada, con mucho sudor, sed y miedo. Mis ojos están mojados y entonces lo recuerdo ¡el número!

1(973)9507381




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