Mientras acomodaba mi mochila en la fila para ir al Quicentro norte, la vi. Y ella me vio. Y por un momento sostuvimos nuestras miradas. Luego ella se acomodo en la fila paralela; se veía más pequeña, más fea y más desaliñeada de lo que recordaba. Y eso fue todo lo que vi, porque después me adelanté en la fila y esperé. El bus llegó.
2 años de un amor que pensaba ideal; qué ahora parecían una risa leve, de algo de lo que me reía como con pena de mí mismo. Como diciendo: "¿acaso esto pasó? ¿Acaso fue real? ¿Ella estuvo conmigo?", y no por desprecio a ella, sino porque no parecía más que una alucinación que alguna vez tuve. Solo por eso.