Capítulo Catorce

06 de junio, 2016.

Definitivamente me siento muy afortunada de tener a Elías en mi vida. Todos estos días ha estado más cariñoso de lo habitual.

En lo que vamos de junio ya hemos comenzado con la monografía para presentarla o defenderla en noviembre. Tenemos poco tiempo y no podemos estar perdiendo más tiempo. Es por ello que el día de ayer hablamos todos para quedar en el mismo grupo y poder avanzar y hacer las cosas que la maestra de literatura nos indique.

Es extraño que la maestra no se ha aparecido. Es la quinta vez que lo hace. Dos horas en las que prácticamente estaremos libres.

Estamos sentados en suelo, en el fondo de la sección, reacomodando nuestro tiempo para hacer un trabajo de sociología. Elías está ayudándole a Kira en unos trabajos de matemáticas. No puedo evitar estar volteándolos a ver cada minuto. Se que dirás que estoy celosa, pues si, si lo estoy ¿y qué?

–¿Estás comenzando a creer, Carol? –pregunta Moisés mientras observa su celular.

–Te puedo decir que sí está enamorada de él –digo mirándolos nuevamente–. Ve como lo queda viendo. Es la manera en la que lo observo casi a diario.

–Sabemos que Elías no sería capaz de dejarte por ella. Él si está muy enamorado de vos –dice Jolene dándome una sonrisa.

–¿Les parece si volvemos a lo que estábamos? –pregunta Solange.

–Ok –decimos al unísono.

Es hora de recreo. Moisés y Elías están sentados en la mesa, mientras que nosotras vamos a comprar. Sigo pensando en las cosas que me han dicho de Kira. No es que desconfíe de Elías, o quizás si lo hago, pero ¿por qué’ ¿por qué lo estoy haciendo si Elías me ama? Son solos los malditos celos de verla cerca de él.

El maestro de las dos últimas horas no vino. El director del instituto llego a nuestra sección a sacarnos, puesto que ya no tenemos clases. Tengo que regresar unos libros que preste a la biblioteca.

–¿Me acompañas a la biblioteca Jolene? Solo iré a dejar unos libros y prestaré otros –le digo y asiente.

–Te espero afuera –dice Elías dándome un beso.

–Está bien –digo y doy la vuelta.

Caminamos a la biblioteca. Entro y lo primero que hago es darle los libros a la bibliotecaria. Luego con Jolene busco otros libros que quiero leer. Y unos que otros para la investigación de la monografía. Jolene busca unos libros que leerá.

Damos los libros a la bibliotecaria y los anota en libros por entregar. Salimos de la biblioteca. Me dirijo al baño.

No aguanto mis hombros por la cantidad de libros que cargo así que, saco tres libros para hacer menos pesada la mochila. El portero nos abre a las dos y, al salir, me, me es difícil poder creer lo que estoy viendo.

Kira y Elías besándose, no, esto no puede estar pasándome justo ahora. Mi corazón late demasiado rápido. Estoy enojada, triste, dolida ante lo que veo. Mierda como duele.

Dejo caer los libros que tenía en las manos. Mis lágrimas no las puedo contener. Llevo mi mano derecha a mi boca y con la izquierda seco mis lágrimas. Elías voltea a verme sorprendido, ve a Kira con enojo y antes de que él me dirija la palabra comienzo a correr lo más que puedo.

–¡Carolina, espera por favor! –grita él, pero no me detengo.

Detengo un taxi y doy la dirección de la casa. El taxi arranca y veo a Elías golpear una pared. No puedo contenerme más y comienzo a llorar más.

Llego a mí a casa y lo primero que hago es entrar directo a mi cuarto. Mi madre me saludo, pero yo no le respondí. Tiré mi mochila en la mesa, me recosté en mi cama y no puedo, no puedo quitarme eso que he visto.

Mamá golpea la puerta constantemente, pero no quiero abrirle. Quiero estar sola, sola en mi cuarto, sola con mi dolor, sola alejada del mundo. No quiero ver a Elías.

Poco después llega nuevamente mi madre diciendo de que Elías está afuera esperándome.

–Dígale que no estoy de ánimos como para recibirlo. Dígale que estoy dormida –digo entre sollozos.

Elías

(Media hora antes)

Estamos Moisés y yo esperando a Carolina con Jolene. Hablando estábamos, cuando Moisés me da señal de Kira aproximándose.

–Hola chicos –nos saluda Kira con una sonrisa.