Han pasado más de treinta años desde la desaparición de nuestra hija. Perdón, no me he presentado: mi nombre es Antonella, y soy la luna de la manada Azul de Luna. Mi compañero y alfa de la manada, el gran Dorian, es el amor de mi vida. Sin embargo, desde aquel fatídico día en que nuestra pequeña desapareció, nuestra existencia cambió para siempre. ¿Qué habrá sido de ella?
Aunque tengo otro hijo, Diego, quien heredará el liderazgo de la manada como futuro alfa, el vacío que dejó mi cachorra sigue pesando sobre nosotros.
—Mamá —me dijo Diego con suavidad—, sé cuánto echas de menos a mi hermana. Han pasado treinta años, y ninguno de nosotros ha podido superarlo, pero debemos intentar aprender a vivir con su ausencia...
—¡No! —le respondí, dejando que la furia y el dolor se desbordaran en mi voz—. Mi cachorra sigue allá afuera, lo siento en mi corazón. Rezo a la diosa Luna cada noche, suplicando su ayuda para encontrarla. Mi pequeña Cristal... ¿dónde estarás?
Recuerdo:
Cristal era apenas una bebé de días cuando decidimos celebrar su llegada con toda la manada. La alegría inundaba nuestro hogar; todo era ilusión y dicha. Pero esa noche de felicidad se transformó en nuestra peor pesadilla.
Subí a la habitación para tomar en brazos a mi pequeña, pero ella no estaba allí. Ni mi mejor amiga que era la encargada de cuidarla también había desaparecido. El único rastro era un reguero de sangre que conducía hacia la ventana. El miedo me paralizó. Me arrodillé junto a la cuna vacía, incapaz de contener el grito desgarrador que salió de mi pecho.
Dorian, que había sentido mi angustia, intentó calmar a su lobo mientras subía las escaleras a toda prisa. Pero yo no podía responderle; las lágrimas me ahogaban. Cuando llegó a la habitación, olfateó desesperadamente, buscando el aroma de su hija. Al no encontrarlo, perdió el control. Gritó órdenes a los guerreros para que rastrearan cada rincón del territorio, pero todo fue en vano.
Al amanecer, encontraron el cuerpo sin vida de mi mejor amiga, mi amiga, aunque era una omega, era también mi confidente y parte de nuestra familia. Ese día, no solo perdí a mi hija, sino también a alguien que era como una hermana para mí.
holi holiii empiezo un nuevo libro, espero que os guste 😊