Caos, esa palabra definía por completo mi vida justo ahora, porque recibirte y encontrar un trabajo en otra ciudad sólo quería decir una cosa, realizar la temida mudanza.
Viajar, ver departamentos, contestar las mil y un llamadas de mamá preocupada y además de todo tratar de no perderme, era demasiado, sólo quería conseguir todo rápido, era urgente, comenzaría a trabajar en una semana.
Lo único bueno era la independencia, un departamento para mi sola, con un baño propio, ya no más esperar a que los gemelos salieran del baño, adolescencia pura es lo que los definía.
Departamento 19, piso 6, cocina, una pequeña sala de estar, una habitación y un baño, nada ostentoso, sólo el privilegio de una vista increíble de la ciudad, definitivamente valió la pena, porque no todos podían tener toda la pared de la habitación con vidrio de techo a piso.