Trabajar todo el día no era lo mejor del mundo, pero si hacías lo que amabas no era demasiado, pero lo único que pedía era poder llegar a casa, tomar una tasa de té y poder dormir temprano, hasta que mi alarma, el bebé Tom me despertará, pero está vez no pasaría, ya que al llegar a mi piso todo el pasillo estaba inundado de gritos, la vecina del 17 invitó a sus amigos ruidosos, otra vez.