Yoman abrazó con fuerza a la mujer que lo sostenía en sus brazos. Alguien le había dicho que su papá quería verlo, pero que debía salir a escondidas del hombre que lo cuidaba o se metería en muchos problemas si se daba cuenta. Sin embargo, nadie lo veía cuando pasaba, porque gritaban con mucha fuerza a los corredores que estaban en la línea de meta y quiso ir para estar más cerca de su papá.
—Tranquilo, cariño —la mujer se levantó del suelo cuando los carros dejaron de pasar cerca de ellos—. ¿Estás bien?
—¡Yilda! —gritaron detrás de ella, antes de que él pudiera decir algo—. ¿Qué demonios fue eso?
—Hay algo aquí —ella tapó el rostro del pequeño entre su cuello y hombro, colocando su mano en su cabeza—. Este niño estaba caminando como si nada por la pista —señaló—. ¿No se supone que debe estar en un lugar apartado?
—No se sabe nada —su compañero mencionó.
Un grupo de guardias se acercaron a ellos para darles apoyo. El rostro de Yilda posiblemente estaba en todos lados, pero intentaba que las cámaras no la captara tanto. Caminó rápidamente hacia el interior, puesto que lo menos que quería era que el pequeño sufriera algo.
—Hey —Yoman escuchó la voz de su tío hablarle—. Estoy aquí, pequeño.
—Tío Logan —el pequeño sacó al fin su rostro—. Tenía mucho miedo, en verdad lo siento.
—No es nada, no es nada —Logan miró a Yilda—. ¿Qué sucedió?
—Si le dijera que sé qué pasó, le mentiría —confesó ella, pasando su mano por la espalda del pequeño—. Lo vi caminar por las personas, como si nadie lo estuviera viendo y la puerta que daba a la pista de mantenimiento para los carros estaba abierta…
—Entiendo —él se pasó una mano por el rostro—. Ahora mismo su padre está en la carrera, por lo que por el momento no se puede enterar de nada —Logan observó al pequeño—. No debiste salir.
—Es que el señor me dijo que mi papá me quería ver…
—Escúchame, cariño —llamó su atención—. Ahora mismo están pasando cosas que por lo visto no sabes y me temo que ahora más que nunca debes quedarte aquí con ella.
—Pero…
—Sí, es lo que haremos es mantenerlo aquí hasta que termine la carrera —le informó Logan—. Voy a investigar con las cámaras de seguridad, porque Azriel permitiría que su hijo sea visto por las cámaras.
—¿Y qué hago con él? —preguntó Yilda, aun con el niño en sus brazos—. Tengo que trabajar.
—Te voy a pagar las horas extras que esto se requiera —le indicó él—. Por favor, trata de no mencionar nada de esto y de mantenerlo en secreto.
—¿Mi rostro aparecerá en las cámaras de este sitio? —fue su pregunta—. No deseo que piensen algo que no es.
—¿No quieres que sepan que salvaste la vida del hijo corredor número uno del momento? —Logan parecía incrédulo—. ¿Eres real?
—Lo soy.
—Es raro —él se mostró pensativo—. Esperen aquí.
Logan le dio unas indicaciones a Yilda acerca del cuidado del pequeño, antes de salir de ahí. Ella miró al niño, este le devolvió la mirada. Yoman tenía pecas en su rostro, las mismas que ella, y parecía ser un niño muy inteligente. Su labio inferior tembló al verlo más detenidamente, puesto que se imaginó en su momento que podía ser su pequeño después de todo.
—¿Quieres ser mi mamá? —preguntó Yoman, de golpe y sin anestesia—. Tienes el mismo cabello que yo.
—¿Qué dices qué dijiste? —chilló dejando al niño en el sofá, pero este hizo un puchero—. Escúchame, no soy tu mamá…
—Pues mi papá y yo hicimos un trato —levantó su dedo—. Él me busca una mamá que juegue conmigo, me da hermanos y yo soy el mejor hijo de todos —él dijo como si nada—. Pero tú estás aquí, y hueles rico.
—¿Me oliste también? —Yilda no cabía de la impresión—. Suenas igual a Joshua…
—¿Joshua? ¿El hijo de Niklas con la tía Nancy? ¿Conoces a ese niño del demonio? —el pequeño cruzó sus pequeños brazos—. También me vas a cambiar por él, todos lo hacen.
—No, no —ella trató de que no llorara—. Joshua es un niño complicado, tiene un problema en su corazón que lo debilita…
—¿Se va a morir cómo yo? —sus ojos se cristalizaron—. Lo siento…
—¿Qué te vas a morir?
—Mi papá se puso triste cuando fuimos al hospital por un chequeo médico —Yoman arrugó un poco la nariz—. Eres demasiado bonita.
—Y tú eres un niño encantador —le acarició la mejilla con cuidado—. Muy distinto al cavernícola de tu padre —ambos rieron—. Puedes estar tranquilo, tu tío Logan vendrá en un momento y podremos decirle que quieres ver más de cerca a tu padre.
Yoman asintió y le hizo una seña para que se sentara más cerca de él, sin embargo, en cuanto su trasero tocó el sofá, el niño se trepó contra su cuerpo en señal de que no se podía mover de ahí por más que quisiera. Ella no supo que más que hacer, solo lo abrazó y lo meció un poco en sus piernas. Vio en la pantalla la carrera, las cámaras hacían un buen trabajo, sin embargo, no vio por ningún lado a Niklas ni a su amiga.
Esa familia de los Lemann era muy disfuncional, al grado de que ellos mismos se echaban leña al fuego en muchas cosas.
—Hay una área que mandé a reservar para que estés con Yoman —Logan se asomó en la puerta—. Nadie los molestará ahí y es seguro.
—Yo no puedo…
— Sí, solo será un momento.
Yilda no tuvo más remedio que ir con él hasta dónde estaba esa área y sentarse con Yoman en sus piernas otra vez. En un punto determinado de la carrera, imaginó que él le diría a Azriel lo que pasó, pero este no mencionó nada al respecto.
—¿Puedo decirte, mamá? —preguntó Yoman, llamando su atención—. ¿No quieres tener un hijo así de bonito?