Logan estaba a la espera de que dijera algo, pero lo más seguro es que iba a explotar en cualquier momento. En sus manos tenía algo que lo sacó de contexto por completo, al grado de que ya no sabía siquiera lo que podía hacer.
—¿Ella me está demandando? —preguntó sin creerlo—. ¿Es una broma? —revisó las hojas—. Apenas se registró hoy.
—Pues sí —Logan se sentó a su lado en el sofá—. Ella fue a una de las mejores firmas de abogados de todo Reino Unido, está decidida a dejarte sin nada.
—Iba a ir hoy a disculparme y me demanda por… —leyó lo que decía el documento—. Medio millón de libras —dejó los documentos a un lado—. Tiene pruebas.
—Pues sí, las tiene y más las de ganar —le respondió su amigo, negando con la cabeza—. ¿Quieres un abogado? Esa firma que la sigue de cerca con la demanda es de armas tomar. Es una extensión de los Richter y más que vienen de la casa real.
—No estaba pensando en ese momento en todo lo relacionado con ella —echó su cabeza hacia atrás—. En lo único que pensaba era en que mi hijo estaba en peligro. Odio todo esto.
—Un escándalo como este, si llega a los medios, le dará otro plan de voto a tu ex —Logan se quedó un momento en silencio—. Aunque no queramos, tienes que buscar los medios para que Yoman se quede en el país con alguien.
—Ya me dijo que no quiere irse a otro lado —levantó ambas cejas—. Estoy realmente jodido con mi propio hijo, al grado de que ya no sé.
—Busca a alguien de confianza que lo cuide en los pocos días que estés fuera del país —le dijo Logan—. Es difícil, sin embargo, tu hijo tiene una enfermedad que no cualquier persona la puede lidiar y tu ex no está dispuesta a perder la belleza por eso.
—Esa mujer que molesta en todo lo que hace —se puso de pie—. ¿Puedes creer que no ha venido siquiera a saber cómo está su propio hijo? ¿En qué está molesto? ¿Qué le duele o algo parecido?
—Jassie siempre ha sido así de manipuladora, todavía me pregunto qué le viste hace años —su amigo lo siguió de cerca—. Escucha, sé que no quieres saber nada de mí, pero ese fetiche que tienes con las pelirrojas, déjalos.
—No me gustan las pelirrojas —rodó los ojos—. ¿Ya sabes en dónde será la próxima carrera y cuándo? —cambió de tema, no quería hablar más del asunto.
—Será en Estados Unidos y dura tres días seguidos —Logan hizo una pequeña pausa—. Puedes llevarte a Yoman si gustas. Aun así, debes llevarlo a revisión médica por si las moscas.
—Sus resultados ya los tengo todos en su mayoría y las cosas no van del todo bien con él —se apoyó de la mesa del comedor—. He querido darle lo mejor a mi hijo, una buena vida… algo que nunca tuve y solo lo empeoro.
—Quizás debas buscar una pareja —su amigo se encogió de hombros—. Es un niño inteligente, sabe bien todo.
—Siente celos del hijo de la novia de mi hermano —aclaró—. Incluso, mi abuelo Gian tiene preferencias por ese niño.
—Azriel…
—¿Papi? —ambos adultos fijaron sus miradas hacia las escaleras—. ¿Ya vamos a salir?
—Sí, iremos a salir justo ahora —sonrió de lado—. ¿Listo?
—¿A dónde iremos? —Yoman dejó salir un pequeño bostezo—. ¿Iremos de viaje?
—Iremos directamente al hospital —se giró para su hijo—. ¿Estás bien?
Yoman decayó mucho al escuchar hablar de su madre, sin embargo, no dijo nada más al respecto. Logan se fue en su auto hacia dónde estaban los de su equipo para saber qué demonios querían hacer en los próximos días. Para su gran desventaja, los próximos cinco meses eran de puros viajes y su hijo iba a iniciar la escuela pronto.
—¿Veremos a la señora bonita? —Yoman movió sus pies desde el asiento trasero—. No, ella no es bonita. Es hermosa.
—Lo es, es hermosa —asintió hacia su hijo—. No sé, ella ya no trabaja en ese hospital.
—Escuché que era tu culpa —Yoman frunció el ceño—. No sé por qué haces ese tipo de cosas.
—Voy a disculparme con ella y vas a ayudarme —le dijo a su hijo, y este enarcó una ceja—. Ella te verá, dirá que eres un niño muy bonito y me quitará la demanda que tiene.
—Ojalá que le deje, así aprendes a no enojarte con todos, sin razón alguna —Yoman se cruzó de brazos—. Yo la quiero como mi mamá. Es más bonita y tiene muchas pecas como yo y su cabello es muy largo.
—Bastante largo —siguió, de manera pensativa—. Ayúdame y prometo que ya no me verás enojado.
—Te ayudaré solo si tú no me dejas viajar más contigo —Yoman le habló de manera seria—. Puedes preguntarle al tío Niklas. Él tiene un hijo y aunque ese niño me da miedo, también está enfermo como yo.
—Veré que se puede hacer en ese caso —levantó el meñique hacia su hijo y él correspondió.
Condujo hasta el hospital, le envió un mensaje a su ex de que estaría ahí y que por si las moscas, ella también para que fuera a la hora de sus visitas. Su pequeño odiaba pasar tiempo con su madre, pero muy a su pesar, esa mujer aún tenía un video en el cual lo comprometía y lo dejaba mal parado en todo momento. Estacionó en un sitio un poco apartado, le quitó el cinturón de seguridad con el mismo cuidado y lo dejó en el suelo.
Yoman tomó su mano y ambos caminaron hacia la recepción. La chica le indicó que podía pasar, puesto que ya los estaban esperando.
—Hola —la doctora sonrió hacia ellos—. Tengo todos los resultados de los exámenes restantes que le habías hecho a su hijo la vez pasada.
—¿Y está todo bien? —preguntó inquieto—. Me había dicho que eran para descartar algo más.
—Hubiese sido mejor que no trajera a su hijo —la mujer miró al pequeño un momento—. Sin embargo, las cosas se ven bien en cierto modo, aun así, debe saber que no es una victoria del todo dulce.