-Hija, mi cielo…despierta- escuché que mi padre me susurraba-Mia, pequeña, llegarás tarde al colegio-dijo suavemente- Alex te está esperando abajo.
Y esto último fue suficiente para que saliera de mi sueño, al abrir mis ojos y sentarme rápidamente en la cama, vi al mejor hombre que he conocido en toda mi vida sentado en mi sofá. Mi padre estaba allí mirándome, con sus ojos azul intenso, que por fortuna heredé. Su cabellera castaño claro y brillante. Me observaba con su cara de “otra vez”, amo esa cara.
-Siempre lo mismo Mia Verónica- me dijo con voz de fastidio, pero no pudo ocultar su sonrisa.
-Papá, me conoces hace 16 años, sabes que jamás cambiaré- le respondí levantándome de la cama y dándole un beso en la mejilla.
Me dirigí hacia mi baño personal y tomé una ducha rápida, me vestí con unos jeans claros y mi blusa color turquesa de mangas cortas, pues en mí escuela no era necesario el uniforme, y bajé a la cocina, donde estaba Alex, mi novio hace 1 año y 6 meses.
- Buenos días, princesita- me dijo con bastante sarcasmo en lo último
- Ja, Ja… pero qué gracioso Alex- le respondí igual de sarcástica y acercándome hacia él para besarlo.
- Buenos días Mia- saludó mi madre con su voz fría arrastrando las palabras y analizándome de arriba abajo.
- Buen día, madre.
- ¿Se sirve jugo, señorita Mia? – me preguntó Rosa, una de las sirvientas de la casa. La conozco desde que tengo memoria, me conoce más que mi madre y no dudo en que quizás me quiera más que ella.
- Muchas gracias Rosa- le dije con una sonrisa.
Luego de tomar mi desayuno con Alex nos dirigimos a la escuela, ambos vamos a la misma clase al igual que todos nuestros amigos. No podríamos tener una vida más perfecta, pertenecemos a la comunidad más adinerada de todo el país, nuestros padres nos aman, nos amamos entre nosotros, si lo deseamos, podemos escapar a la playa un fin de semana, nuestros padres son dueños de las empresas más grandes… en resumen, tenemos todo lo que podríamos desear.
- ¿Cómo está mi pareja favorita? – gritó Vivianne, mi mejor amiga, que movió el cielo, el mar y la tierra para que Alex y yo pudiéramos estar juntos. Simplemente es la mejor de todas. Tiene una hermosa cabellera rizada de color castaño, con ojos café oscuro, es alta y delgada, tiene un cuerpo sensacional.
- Hola Vivianne, ¿sigues sin poder conquistar a Ben? – la molestó Alex, Vivianne lleva un tiempo algo obsesionada con el capitán del equipo de fútbol, quien ni siquiera sabe de su existencia según ella, aunque yo no lo creo así. Ben juega como número 9 en el equipo.
- Cállate Alex- le espetó ella- cuando me refiero a cómo está mi pareja favorita, estoy hablando de Mia y su cabello, idiota.
No pude contener la risa, Alex y Vivianne son mejores amigos hace más o menos el tiempo que ella y yo somos amigas. Y siempre me hacen reír con sus peleas.
- ¡Hola!, creí que llegarían tarde- dijo apareciéndose de pronto Caroline, otra de mis amigas- ¿no piensan entrar? - preguntó señalando la escuela. Caroline tiene su cabello negro azabache, liso y largo. Es más pequeña que Vivianne y yo la supero por 3 centímetros, pero con los tacones que usamos casi no se notan. Sus ojos son de un café muy oscuro. Generalmente anda acompañada de su novio Tom, pero hoy no es así. Sinceramente no entiendo por qué siguen juntos, Tom la ha engañado al menos 3 veces, pero creo que ella lo ama enserio; o al menos eso dice, a mí no logra convencerme de ello, pero, en fin, es mi amiga y le prometí apoyarla en todo.
- ¡No entren sin mí! – se escuchó un grito a 1 cuadra de distancia, era Samuel, mejor Amigo de Alex, alma de la fiesta y el más impuntual de todos. Él y Alex forman parte del equipo de fútbol. Se conocen de toda la vida. Samuel es más bajo que Alex, pero más alto que yo y él ama sacármelo en cara, tiene su tez clara, ojos color ámbar y cabello café. Su vida amorosa es un desastre total, pero dice que solo se vive una vez.
Este es mi grupo de amigos, no los cambiaría por nada del mundo, pero falta Michael, mi mejor amigo, creo que hoy llegará tarde, lo cual es muy raro en él.
Decidimos entrar en la escuela, este promete ser un gran día. Fuimos directo hacia la sala de ciencias, pues es nuestra primera clase del día, amo ciencias, es mi ramo favorito. Al llegar al aula ya había más alumnos, nosotros nos sentamos al fondo, es nuestro lugar y todos los demás lo saben.
- Buen día alumnos- dijo entrando en el salón la maestra Eliza- espero que se encuentren todos bien y que hayan recordado hacer su tarea.
En ese momento tocaron la puerta y entró alguien, era Michael.
- Con permiso maestra, disculpe el atraso…tuve un…inconveniente- se excusó Michael dirigiéndose hacia su asiento con nosotros.
- Sí si Michael, adelante- le contestó la maestra.
Cuando hubo llegado a su lugar la maestra continuó dando su clase.
- Hey, Michael, ahora dinos el nombre de tu “inconveniente”- lo molestó en un susurro Samuel.
- Idiota, sólo me quedé dormido- le respondió Michael con una mueca.
- ¿Tú no piensas saludarme? – le dije con gesto de ofendida
- Hola Mia, la mejor amiga que pueda existir en todo el mundo- me alagó. No pude evitar sonreír.
Michael es quien tiene la piel más clara de todo el grupo, sus ojos son café claro y su cabello es tan claro que parece blanco.
Ya había pasado bastante tiempo de la clase, yo estaba tomando apuntes sobre la teoría del Big Bang. Cuando de pronto se abrió la puerta y hasta allí llegó mi día perfecto y prometedor. Entraron Sofía y Olivia, chicas que me odian y aman hacer todo lo posible por arruinar mis días. No se molestaron en saludar a la maestra Eliza ni disculparse por interrumpir la clase. Son muy groseras, no tienen ni el más mínimo ápice de educación o clase. Tomaron asiento la una junto a la otra en unas sillas a 2 filas de nosotros.