Desastrosa Perfección

Capítulo 4

Alex

 

 

- Alex, hoy no asistiré…tengo cosas que hacer- me dijo con voz somnolienta mi novia.

-Está bien-respondí-te amo, cuídate

-Adiós-cortó

En los últimos días Mia se ha estado comportando un poco extraño, a pesar de que ya me perdonó por la pelea que tuvimos, siento que hay algo más.

-Hey, ¿sabes dónde está Mia? Necesito hablar con ella- preguntó Samuel, mi mejor amigo de toda la vida

-Hoy no vendrá… ¿hablar sobre qué?

-Sobre nada importante- contestó

-¿le ibas a pedir consejos sobre chicas a mi novia? -pregunté burlesco.

-Algo así-soltó él- pero pasando a otro tema… es hora de la pregunta random del día. -Odiaba “la pregunta random del día”, jamás sabía lo que Samuel preguntaría, y por lo general no era nada dentro de lo normal. Solté un suspiro

-¿Debe ser ahora? -cuestioné.

-Sí, ahora. -afirmó tajante y no esperó a que yo hablara para hacer su pregunta- ¿cuál ha sido el mejor sexo de tu vida? -Sabía que sería algo totalmente indiscreto.

-¿y se supone que debo responder?

-Si no respondes… -se quedó pensando por un momento- le contaré tu secreto a quien menos te esperas-finalizó

-Eso es chantaje-protesté

-Velo como quieras- repuso sonriente

-Está bien, contestaré… -dije fastidiado y considerando mis opciones- mi mejor sexo fue… uhhm… en la playa, dentro del océano a las 3 de la mañana. -dije-ahora tú, contesta lo mismo.

-Es fácil- dijo como si estuviera hablando del clima- fue en un jacuzzi, a espaldas del novio de la chica…fue adrenalina pura- comentó.

-Espero que al menos haya sido una chica de nuestra categoría-puntualicé

-¿eso importa? -preguntó- amigo, hay que vivir sin que nos importen las clases sociales- no podía creer que estuviese diciendo aquello. Samuel tenía la mala costumbre de entrometerse con chicas de clases sociales inferiores a la nuestra.

Estaba a punto de rebatirle, cuando mi celular sonó indicando un nuevo mensaje. Lo saqué del bolsillo de mi pantalón para leerlo.

 

Julieta Capuleto

“Hey

¿Te parece si salimos esta tarde?

Oí que Mia se quedará en su gigantesca casa disfrutando de ser la princesa mimada que es”.

 

Me limité a sonreír ante el mensaje de mi bien apodada “Julieta” y respondí rápidamente:

 

“Me encantaría, nos vemos en el mismo lugar de siempre”

 

Guardé mi celular en mi bolsillo nuevamente y me dirigí con Samuel a nuestra primera clase del día.

-¿por qué sonríes tanto? -interrogó Samuel.

-Porque la vida es maravillosa, mi gran amigo- repuse- ¿hablaste con Alice? -pregunté

-No la nombres o aparecerá sonriendo del brazo de Stolzenbach- dijo en un susurro

-¿no se supone que ella salía contigo?

-No, -repuso- era algo sin compromisos, pero no compartiré nada con el idiota de Ben.

-Tu vida amorosa es un asco- dije riendo

-Cállate- espetó, y seguimos caminando por el corredor.

 

 

 

 

 

Cuando salí de la escuela, me despedí de Samuel y el resto, subí a mi auto y me dirigí hacia el lugar acordado con mi bella Julieta.

Jamás me cansaré de llamarla así, ella lo odia y eso lo hace aún más divertido.

¿La razón de que la llame así?, muy simple: lo nuestro es igual o incluso más secreto y prohibido que lo que tenían Romeo Montesco y Julieta Capuleto.

Hace un tiempo que nos vemos a espaldas de todos, sobre todo de nuestras parejas.

Sé que Mia jamás me perdonaría si se enterase, pero somos muy cuidadosos respecto a eso. Por otra parte, sé que Mia no desconfía de mí.

Soy consciente de que lo que estoy haciendo está mal, pero no puedo evitarlo, y ya es demasiado tarde para detenerlo.

Todo comenzó con un simple giro de la botella, (del cual Mia no tiene idea, claro.) en una fiesta del equipo de fútbol.

Fue todo tan de prisa que no me di cuenta cuando ya no podía dejar de pensar en ella, y al tiempo me di cuenta de que el sentimiento era mutuo.

Pero, no podíamos dejarlo todo y de la noche a la mañana ser pareja, había personas que saldrían lastimadas de por medio. Y también teníamos la responsabilidad de mantener nuestras relaciones actuales por temas de estatus y negocios de nuestros padres.

Suena injusto, pero así es nuestra vida, por eso decidimos vivir nuestro amor en las sombras y fingir a los ojos de todos que solo somos amigos o simples conocidos.

Salgo de mis pensamientos cuando me encuentro llegando a nuestro lugar de encuentro.

Al principio de todo, acordamos que nuestros encuentros serían aquí, en un apartamento de la madre de ella. Tiene muy poco uso, y casi nadie sabe de su existencia.

Estaciono mi auto, y me dirijo al ascensor, pulso el botón con el número 5 y espero a que comience a subir.

Cuando el ascensor se detiene, camino por el corredor hasta llegar a la puerta con el número “171” y toco el timbre. No pasan ni 2 minutos cuando la puerta se abrió y ante mi apareció mi querida “Julieta” sonriendo de oreja a oreja.

-Hola- me saludó y acto seguido me atrajo hacia sí y me besó profundamente. Luego de un rato nos separamos- ya estaba extrañando esto- susurró.

-También yo- contesté entrando en el apartamento y abrazándola por la cintura.

-¿qué tal estuvo ese súper fin de semana con tu súper novia en su súper casa gigante? -preguntó con un pequeño tono de burla

-Fabuloso- respondí con sarcasmo, ella rió.

-Yo pienso-comenzó- que lo que tu necesitas es relajarte- siguió mientras me hacía sentarme en el sofá y comenzaba a masajear mi espalda.

-También lo pienso- comenté. Pero fue en ese instante que comenzó a sonar mi celular, solté un bufido de fastidio y lo revisé, era Mia- Dame un momento- le susurré a la chica a mis espaldas- Hola amor- dije contestando el teléfono.




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