No podía sopesar lo que estaba pasando, esto tenía que ser una broma o un sueño. No podía ser cierto, quizás lo había dicho por educación, o tal vez era para no hacer sentir mal a Brenda, una forma sutil de decir las cosas porque de verdad parecía una broma lo que estaba pasando a nadie lo contratan así, necesitaba una entrevista hablar con recursos humanos, esto era una tontería, intente no reírme por la ridiculez de la situación, esperaría que se fuera para ir a mi trabajo.
― Disculpen señoritas. ― Dijo Alexander mirándome a los ojos, tenía una mirada cautivadora, no podía negar que me estremecía bastante. ― Debo terminar mi reunión. ― Brenda y yo asentimos con la cabeza mientras él se dirigía a la puerta de la sala de reuniones.
― Por cierto, señorita Blakes la espero mañana a las 7:00 AM muy puntual, Brenda por favor informa de eso en recursos humanos y has todo el papeleo correspondiente. ― Ahora me trataba con más tú y ahora era de usted, eso sí me pareció raro, ese cambio tan diferente en cuestión de segundo; pero me quede atónita por lo que acaba de pasar Alexander volvió a ingresar a la sala. Mire a Brenda si poder procesar lo que acaba de pasar, aun no lograba sopesar las cosas que estaban ocurriendo, abría la boca para intentar decirle algo a Brenda, pero me era imposible.
― Perdóname Lauren, de verdad no sabía que hacer la verdad fue un momento de desesperación, sé qué lo mejor debió ser haberte preguntado antes y hablar todo con calma de verdad lo siento mucho por todo lo que acaba de pasar. ― Mire a Brenda que estaba avergonzada conmigo.
― No te preocupes, pero todo eso debe ser una broma de Alexander, a nadie le dan trabajo de esa manera es demasiado extraño. ― Me reí y Brenda negó con el cabeza muy rápido.
― Lauren lo siento si piensas que es una broma, pero Alexandro Mills jamás hace bromas en el trabajo, bueno creo que no sabe lo que son las bromas y no sería capaz de burlarse de algo tan importante como ser la asistente de él. ― la sonrisa que tenía en mi rostro se desvaneció al escuchar a Brenda decir eso.
― ¿Entonces me estás diciendo que tengo un trabajo nuevo aquí en imperios Mills? ― Brenda asintió contenta. ― ¿Y será la asistente personal de él? ― señale hacia la puerta donde había entrado Alexandro. Ella volvió asentir, miré la puerta cerrada de la sala y pensé unos segundos si aceptar era una buena idea, pero había caído en cuenta de algo que me hizo sentir muy mal de golpe.
― ¡Brenda! ― Grite exaltada. ― Por mi culpa perdiste tu trabajo, no lo puedo aceptar si eso te va afectar a ti, sería muy cruel de mi parte aceptarlo.
― ¡Lauren cálmate! ― Dijo Brenda muy tranquila. ― Claro que no Lauren, la verdad ser la asistente de Alexander es agotador y si él dijo que no iba a perder mi trabajo quiere decir que no lo perdí. ― Escuchar que Brenda tenía trabajo aun me hizo sentir más serena, pero al decirme que el ser la asistente de Alexandro era agotador no me daba la tranquilidad que esperaba.
― Espera, no es para que lo tomes a mal, es agotador para mí, soy algo olvidadiza y torpe, realmente me gustan los trabajos que no son tan exigentes cuando lo tome la verdad pensé que sería diferente pero estoy segura que tú si estas hecha para esto, se nota que tienes tenacidad yo realmente no la tengo. ― Brenda muerde su pulgar. ― La verdad me tuvo mucha paciencia, demasiada para todas las cosas erróneas que hice, en serio no se como me soporto tanto tiempo, la verdad la paciencia de ese hombre es increíble.
― ¿Cuánto duraste trabajando para él? ― Pregunte con curiosidad.
― Desde el primer día que fui a Starbucks hasta hoy.
― Pero eso son menos de tres semanas. ― Ella asintió.
― Pero Lauren este trabajo no sirvo, para esto hay que tener nervios de acero, tener calma y son cosas que no tengo, pero creo que tú si, por eso te ofrecí el puesto, y la verdad no quería estar más tiempo cerca de él arruinando las cosas. ― Suspire un poco aliviada pero aún me encontraba preocupada.
― De acuerdo Brenda debes decirme que tengo que hacer, desde lo más fácil a lo más complicado para poder cumplir correctamente con eso no se si te parece que sea después de mi turno porque ... ― Mis ojos se abrieron al darme cuenta que estaba volada de mi trabajo. ― debería estar trabajando. ¡Rayos! ― Golpee mi frente.
― Si quieres regresa a las cinco a esa hora te tendré todo preparado para mañana, no te faltara nada y te dejare todo organizado. ― Asentí y salí corriendo hacia la cafetería. La chica de la entrada del piso quince ya no estaba, cosa que agradecida porque era bastante mal mirada, tome el ascensor el descenso se me estaba haciendo tarde, salí de ese edificio con mucha prisa, estaba segura que tendría problemas por demorarme tanto.
Al llegar a ella, la gerente estaba muy molesta por mi pequeña ausencia, me observo desde que entre y zapateaba las baldosas con sus tacones. Estaba con sus brazos cruzados y no me apartaba la vista ni un segundo, no sabía que decir o hacer. Solamente camine hasta el mostrador para colocarme mi delantal y gorra para seguir trabajando, debía pensar en que cómo renunciaría al terminar mi turno.
― ¿Esta no es su hora de comer o si lo es señorita Blakes? ― La mire sin responder, dure más de media hora fuera de mi puesto, entendía su molestia pero se estaba pasando de grosera, su tono de voz era inapropiado y todos los clientes nos estaban mirando y murmurando todos en ese lugar ya sabían que me estaban regañando ni siquiera mis padres me regañaban tan feo. La verdad eso me molesto un poco, muchos de mis compañeros habían tenido faltas muchos más graves que yo y no les había dicho nada, la peor de todas que esta mujer paso por alto fue cuando vio a Dan y Sophie teniendo relaciones en el baño de empleados, recuerdo que cerró la puerta, acomodo la blusa y no dijo nada. Pero a mí solo por faltar 30 minutos me estaba menospreciando y tratando muy mal cómo si me acabara de robar dinero o algo peor.