Desastrosamente Enamorados

Capítulo 3 "Almuerzo"


Estaba tan nerviosa que me costo dormir, a las 5:30 a.m. ya me encontraba arreglada y lista para ir a mi nuevo trabajo, ese día me puse un traje gris un poco serio con unos tacones negros y me maquille muy poco, agarre mi cabello en una cola de caballo  y me fui directo al trabajo. Al llegar al edificio, me encontré con Brenda, me dio las ultimas cosas que necesitaba, ella se quedó en el quinto piso, mientras yo iría hasta el piso quince. Salí del elevador y me encontré con una recepcionista, que me miro de arriba abajo.

― Buenos días. ―Iba caminando a la puerta de cristal para poder entrar al piso.

― ¡Querida! ¿Tú para donde crees que vas? ― Dijo furiosa mientras se ponía de pie y se ponía frente a la puerta, hizo un gesto de desaprobación con su boca.

― A trabajar. ― Dije mirándola.

― No me hagas reír, media vuelta y te largas de aquí. ― Me chasqueo los dedos.

― No soy un perro. ― le dije molesta, tendría que buscar a Brenda y decirle que me ayude; me gire y me golpe con alguien. ― Lo siento. ― Dije sin mirar a la persona.

― ¡Buenos días señor Mills! ― Escuche a la señorita hablando. ― Estaba sacando a esta niñita que se trato de meter, no se cómo entro en el edificio, pero me encargare de eso. ― Refunfuño contenta.

― Señorita Blakes ¿Esta bien? ― Asentí, Alexander sonrió y miro a la mujer algo enojado. 

― Verónica ella es mi nueva asistente, Brenda lo dejo todo listo, Nina ya lo sabe me sorprende que usted no lo haga, espero no tener más inconveniente con más cosa por hoy. ― La expresión de la chica cambio de golpe.

― Si señor Mills lo siento. ― Dijo Verónica volviendo a su puesto de trabajo.

― Señorita Blakes, vamos que tenemos que empezar a trabajar. ― Caminamos rápidamente hasta su oficina. ― Buenos días Nina.

― Buenos días señor Mills. ― La mujer ni siquiera levanto la mirada y seguía escribiendo en su computadora; entramos en su oficina.

― Bueno este es su primer día y  veo que no está mi café.

― Perdón Señor Mills ya voy por él. ― Dije mientras caminaba a la puerta.

― ¡Lauren espera! ― dijo y me frene. ― Por hoy te lo paso, siéntate por favor. ― Tome asiento frente a él. ― Hoy va hacer un día muy tranquilo solo tengo dos reuniones, en las cuales espero que estés presente, para la hora del almuerzo necesito que vengas conmigo y la tarde hasta ahora será tranquilo ¿Alguna pregunta? ― Asentí un poco nerviosa.

― ¿Qué preguntas tienes?

― Perdón señor Mills, no, no tengo ninguna pregunta. ― respondí más tranquila.

― Has una reservación Sinfonia’s Alfredo. ― saque la pequeña agenda que tenía en el bolso.

― ¿Cuántas personas?

― Solo dos. ― Respondió muy relajado.

― Ya mismo me encargo de eso. ― dije poniéndome de pie.

― Lauren mi café. ―Asentí, había olvidado donde estaba la maquina de café que me había dicho Brenda. ― La maquina esta detrás del puesto de trabajo de Nina. ― Sonreí y salí de la oficina, alcance a escuchar que se reía.

― Hola buenos días soy Lauren. ― Dije mirando a la secretaria de Alexander. Ella por fin levanto la mirada sobre sus gafas, era una mujer que pasaba los 50 años, parecía molesta.

― ¿Tu eres la nueva asistente? ― Asentí, se apartó del escritorio giro su silla y se puso hacer el café. ― Lauren espero que puedas con esto, Brenda me hablo mucho de ti, este trabajo no es tan  malo el señor Mills es una persona muy carismática.

― Me aterroriza un poco verlo. ― Solté sin pensarlo, me cubrí la boca al decir eso.

― No te preocupes eso nos ha pasado a todas e incluso a algunos hombres no se puede negar que Alexander es muy apuesto. ― Nina sonrió. ― Mientras cumplas con tu trabajo a la perfección no tendrás problemas con él. ― Me dio una taza de café recién hecha. ― Llévale el café y te espero para que tú también tomes. ― Asentí muy contenta, llevé el café caliente con cuidado, Alexander se encontraba revisando algo en su computadora. Me agradeció por su café y siguió haciendo cosas no lo interrumpí y fui con Nina a tomar café.

Hice las cosas que me habían pedido, estuve con él en las reuniones y hacer la reservación para Sinfonia’s Alfredo, ese restaurante era sumamente costos, y decían que la comida era deliciosa, eran las 11:50 a.m. había pedido la reservación para las 12:30 era el tiempo que tomaba en irse del edificio al restaurante si salía de aquí a las doce en punto, esperaba que Alexander fuera muy puntual. Agradecía que la reunión que tuvo se cancelara, su socio no se presento y eso me dio un trabajo mucho más relajado. Me levante de mi escritorio para avisarle de la reservación, toque la puerta y entre.

― ¿Qué pasa Lauren? ― Levanto la mirada un segundo para ver quién era y volvió la vista a unos papeles.

― Señor faltan diez minutos para las doce y su reservación es para las 12:30. ― Dije tachando esa tarea.

― Muy bien Lauren te espero a las 12:00 en punto en el elevador. ― Asentí no muy segura.

― ¿Si señor? ― y salí de su oficina, recogí mis cosas y tome mi bolso, quizás el necesitaba algo más para su reunión de almuerzo, prepare todo y espere que fueran las doce y llegara.

― Verónica nos vemos a las dos de la tarde. ― La mujer asintió y me miro muy mal. El elevador llego y abrió sus puertas.

― Señorita Blakes. ― Entre al elevador y el me siguió, cada piso iba deteniéndose, Alexander quedo muy pegado a mí, tanto fue que lograba escuchar las pulsaciones de su corazón, llegamos al primer piso.

― Recuérdame salir cinco minutos antes siempre pasa esto. ― Dijo.

― Si señor lo hare. ― Acomodé mi vestido y lo seguí, la verdad era que estaba empezando a dar mucha hambre.

― Ya llego Dylan, podemos irnos. ― «¿Podemos?» caminé detrás de él, abrió la puerta del mercedes y  muy confundida me subí.

― Buenas tardes. ― Salude al conductor.

― Hola, buenas tardes. ― Me saludo el muy contento.



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En el texto hay: jefe, amor, negacion

Editado: 11.06.2022

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