Deje mi copa vacía sobre la mesa, estaba algo mareada odiaba beber alcohol y el vino siempre me daba mucho sueño, tome mucha agua para intentar que el mareo se me quitara; solo esperaba que pudiera seguir con mi trabajo todo lo que quedaba del día.
― Disculpe señor no era mi intensión molestarlo. ― dije intentando verlo a los ojos, pero no lo logre, bebi demasiado rápido una parte de mi empezaba a odiarme por haber hecho eso, me hubiera tomado una sola copa muy despacio pero no pude conterme.
NARRA ALEXANDER.
Odiaba que alguien me preguntara sobre mi vida privada, era algo que molestaba mucho, mis amigos nunca la nombraban y los pocos nuevos no sabian de su existencia, aun era complicado hablar de ella y Lauren no es la persona con la que quisiera abrirme,ella es solo mi asistene; el ambiente se torno algo tenso para ambos; tome un poco más de vino mientras escuchaba como Lauren se disculpa.
― No tienes porque disculparte solo es un tema muy personal. ― Me quede callado no quería seguir hablando de eso. Mire a Lauren que miraba su copa vacía y parpadeaba mucho, creo que fue mala idea darle el vino.
― ¿Disculpe señor la pasta carbonara es para usted o la señorita? ― Me pregunto la mesera que traía nuestra comida.
― Para ella. ― Con mucho cuidado la mesera coloco el plato de pasta frente a Lauren, miro a la chica y sonrió, tenia las mejillas rojas. Solté un pequeño bufido al verla así, lleva muchos años sin ver las mejillas rojas de una mujer por el alcohol. La mesera coloco mi plato con cuidado y sirvió más vino. Lauren agarro la copa y sonrío, bebió de un solo y la mesera volvio a llenarla.
― No deberias seguir bebiendo. ― Dije preocupado colocando la servilleta sobre mis piernas.
― Estoy bien señor Mills en serio, no tiene porque preocuparse soy una mujer adulta que se sabe cuidar. ― Tomo su tenedor y comenzó a comer. Parecía que el vino había soltado la lengua de Lauren.
― ¿Cómo es tener cuatro hermanos? ― Pregunte cortando un pedazo de carne.
― La verdad nuestra crianza fue apretada conmigo somos cinco y yo soy la cuarta, mis papas tiene una casa no así una super mansión, una casa muy normal con un solo baño. ¿Sabe lo que es tener un solo baño y que todos estemos enfermos?
― Realmente no, en mi casa había dos baños y solo éramos mis papas, mi hermano mayor y yo, así que no me imagino cómo seria eso. ― Dije tomando un poco más de vino.
― Te envidio Alex. ― Los ojos de Lauren se abrieron cómo si se le fueran a salir de sus orbitas al notar que me decía Alex, se cubrió la boca asustada. ― Perdóname Alex. ― Se desespero aún más, creo que el vino la estaba relajando mucho, era mejor que no tomara más. ― Lo siento Señor Mills, lo lamento mucho.
― Lauren por favor cálmate. ― Dije soltando un pequeño bufido. ― No me molesta que me digan Alex fuera de la oficina, si lo haces ahora no me enojare en la oficina nunca lo hagas por favor.
― Lo siento el alcohol me vuelve una boca floja. ― Dijo cubriendo sus mejillas con sus manos.
― Pero no habías bebido nada cuando me dijiste que tu mejor amiga te llama Lollipop. ― Las mejillas de ella parecian que iban a explotar por decir eso. ― Tranquila. ― Me reí. ― Mi hermano me decía Aborto de teletubbie y a veces me dice así no lo ha dejado de hacer. ― Lauren no puedo evitar reírse con mi comentario, creo que a nadie le había dicho ese pequeño detalle, pero eso ayudo a que se tranquilizara mun poco.
Lauren parecía una chica muy divertida, almorzar con mis anteriores asistentes fue tan diferente, una ni atención me puso y estuvo pegada al celular todo el almuerzo, otra solo se limitaba a respondes con monosílabos y Brenda parecía asustada y la mitad del almuerzo hablo con su novio. Era la primera vez que lograba hablar tanto con una de mis asistentes o con una mujer; ver a Lauren sentada moviendo las manos me recordó un poco a Gabriela. Pero intente no pensar en ella ya era tiempo necesario para acabar con eso.
Lauren tomo la misma cantidad de copas que yo, estaba muy roja cuando pague la cuenta y parecía algo somnolienta.
― Lauren ya podemos irnos. ― Con mucha dificultad agarro todo lo que había traído. Con un pequeño gesto agarre su mano; guarde la pequeña libreta y su celular en mi bolsillo, no solté su mano; movía su cabeza negando cómo si intentara volver en sí. Ya en la calle esperamos a que Dylan llegara por nosotros, le abri la puerta y entro al auto se sento y se escurrió en la silla.
― Lauren ¿Qué es lo siguiente en mi agenda? ― Saqué la agenda y se la di. La observo algo extrañada, la tomo con dificultad y la abrió pasando pagina por pagina, me estaba comenzando a sentir mal por servirle tanto vino.
― Tiene una reunión a las cuatro de... la tarde ― Se pauso parecia que no lograba procesar lo que quería decir.― si es la cuatro y creo no, no creo ... es lo único que queda para este día. ― Dijo con dificultad, cerro la agenda la dejo a su lado izquierdo, se puso el cinturón de seguridad y se acomodó contra el apoyacabeza.
― Dylan por favor a la oficina. ― Dije muy serio.
― Si señor. ― Dylan arranco y Lauren luchaba por no dormirse, movia sus manos intentando darse un poco de aire y no caer dormida; pero a los cinco minutos no puedo contra el sueño y se quedó profunda, por el movimiento del auto, su cabeza se movia de lado a lado algo fuerte y no pude evitar, estirar el cinturón y con cuidado acostarla sobre mis piernas si se movia de esa manera podria vomitar. Al acomodarla quedo muy tranquila, era mejor que durmiera un poco antes de regresar a la oficina la ayudaria.
― Dylan mejor vamos a un Baskin-Robbins.
― Si señor. ― Dijo Dylan algo confundido. Pude notar que arqueo una ceja al verlo por el espejo retrovisor.
― Pero a uno lejos de la oficina por favor. ― él solo se limito a asentir. Lauren seguía profunda sobre mis piernas, Dylan manejo aproximadamente por treinta minutos y por fin detuvo el auto.