La atmosfera del auto se volvió desagradable, Alexander parecía incomodo al escuchar lo que acaba de decir, se que era mejor guardarme mis cosas, a él no le debería interesar lo que me paso realmente, pero por otro lado deseaba decírselo, lleva tiempo sin poder confiar en alguien, y Alexander me daba esa seguridad quizás podrías estar cometiendo un grabe error al revelarle algo tan fuerte de mi pasado.
— No tienes que decirme sino quieres. — Intento cambiar de tema, parecía que notara que era un tema que me afligía demasiado y que si me hacia sentir realmente mal, pero no podía seguir siempre escapando de ese tema, tenía que afrontarlo y debería dejar de ocultarlo así fuera con Alexander lo haría.
— El y yo nos conocimos en la secundaria. — Me pause unos segundos.
—¿Estás segura que quieres contarme? — Asentí segura. —No quiero presionarte, perdóname si no es un tema agradable para ti es tu vida y no quiero inmiscuirme en ella sino lo deseas. — Negue con la cabeza.
— El primer día de secundaria lo vi por primera vez, era el chico que cualquier chica quisiera tener en la adolescencia, era capitán de un equipo, las mejores notas, era atractivo, su sonrisa era perfecta, no había chica que no estuviera botando baba por él, miento, Sam lo detestaba realmente siempre lo hizo nunca le gusto mi relación con él, pero al verme feliz dejo pasar ese detalle. — Pude notar que Alexander arqueo una ceja cómo si no entendiera de lo que estaba hablando. — Era muy popular, muy guapo parecía modelo sacado de una revista juvenil y aparte era mayor un año.
— ¿cómo se conocieron? ¿le gustaste desde el principio? ¿Qué paso? — la desesperación de Alexander me hizo sonreír y soltar una pequeña risa, era tan diferente tratar con el fuera del trabajo, de verdad es completamente otra persona. No podía negar que Alexander me gustaba un poco.
— Tranquilo te diré todo, ¿Pero podemos ir a comer? tengo hambre. — Alexander hizo un gesto de desaprobación con su boca.
— De acuerdo, pero no me dejes con la intriga. — Dijo resignado.
— No lo hare. — Dije sonriendo, el me devolvió el gesto, era demasiado apuesto cuando sonrie, nos bajamos del auto y notamos que a media calle había una pizzería. No estaba muy segura que lograría al contarle todo mi lo que paso con mi ex , pero creo que sería algo bueno.
— ¿Qué paso ese primer día? — Pregunto Alexander colocándose a mi lado y metiendo sus manos en los bolsillos del pantalón.
— Todas las chicas hablaban de él, Sam sabia de él, pero yo ni siquiera sabía cómo se llamaba, recuerdo que cuando la campana sonó para ir a nuestros salones Daniel paso frente a mí y guiño un ojo.
— ¿Se dio cuenta de ti desde el principio? — Alexander se detuvo sorprendido frente a la entrada de la pizzería.
— No exactamente, a él le gustaba Sam no yo. — Me bufe al recordarlo.
— Buenas tardes ¿Mesa para cuantos? — Dijo un chico con una amplia sonrisa, Alexander con una suaves sonrisa mostro dos dedos. Nos dieron una mesa cerca a la ventana, era redonda y con un sofá, me corrí para quedar cerca de la ventana, no pensé que Alexander se sentara tan cerca de mí; nuestras piernas se separaban por apenas unos centímetros.
— ¿Qué más paso? — Apoyo el codo sobre la mesa y me miro.
— Las cosas en secundaria fueron muy normales él intento muchas veces salir con Sam, pero ella simplemente lo rechazaba, luego pasamos a preparatoria y Sam no lo aceptaba para nada en lo abosulto. — dije jugando con mis dedos.
— Pero … — Alexander titubeo un poco. — ¿Cómo terminaste saliendo con él entonces? —
— Me pidió ayuda para salir con Sam pero le termine gustando por mi forma de ser y esas cosas, cuando me invito a salir acepte y me di cuenta que también me gustaba muchísimo, todos en la escuela hablaba de nosotros porque era la novia de él, Daniel siempre me llevaba flores, peluches, chocolates y le decía a todo el mundo que me amaba; las cosas no fueron muy raras durante los primeros años, el se graduó antes que yo y durante el año que me faltaba por terminar siempre estuvo muy pendiente de mí, incluso me presento a sus amigos e íbamos a fiestas, juegos, eventos y demás cosas de la universidad.
— Pero eso no suena tan terrible. — Alexander se cruzó de brazo. En ese momento llego una mesera para tomar nuestra orden.
— Hola buenas tardes ¿Qué les gustaría ordenar? — Pregunto muy cordial.
— Yo quiero una limonada. — Dije sonriendo.
— Yo igual y nos podrías traer una pizza grande de … — Alexander me volteo a mirar. —¿De que la quieres? — Me pregunto con dulzura.
— Pollo con champiñones. — Dije sin siquiera preguntar.
— Mitad pollo con champiñones y la otra mitad pepperoni, gracias. — Dijo Alexander regresando las cartas a la chica que anoto todo y se marchó. — Lauren por favor continua. — Su atención se centró nuevamente en mí. — ¿Qué paso? Para que todo se volviera terrible porque lo que me has dicho no parece tan malo.
— De acuerdo, no en ese momento todo era perfecto hasta que un día mis amigos hicieron una fiesta y nos invitaron incluso para ese día compré un vestido era azul algo corto, ajustado era hermoso me había encantado, pero no pude usarlo. — Al recordar cómo termino mi vestido me dio algo de tristeza.
— ¿Te quedo pequeño? — Alexander pregunto y no pude evitar sonreír y reír. Negue con la cabeza.
— No realmente, cuando estaba arreglada me dijo que ese vestido no era apropiado que si iba así no iría conmigo que parecía una cualquiera, peleamos por unos minutos y al estar tan enamorada no me di cuenta de ese peligro, me cambie, esa noche termine usando un pantalón negro con un saco cuello tortuga del mismo color, en la fiesta todo estaba bien hasta que mis amigos querían hablar conmigo, Daniel me agarraba muy fuerte y no me soltaba, Sam esa noche me dijo que no le gustaba el comportamiento de él hacia mí, cómo una tonta lo defendí.