Desastrosamente Enamorados

Capitulo 14 "Nueva York"

La idea de Alexander me había encantado, pasar tiempo con él sin que nadie nos molestara era realmente increíble. Así que simplemente asentí contenta, me beso al aceptar y salí de su oficina para preparar todas las cosas para poder irnos juntos. Compré los tiquetes, cuando tuve que hacer la reserva en el hotel, estaba por colocar una sola habitación con una cama doble, pero me arrepentí, Alexander y yo aun no habíamos estado juntos y seria raro dormir juntos, así que opte por dos habitaciones, solo esperaba que no se molestara.

― ¡¿Es en serio?! ― Verónica entro a mi oficina gritando y muy alterada.

― ¿Qué te sucede? ― La observe algo alterada.

― ¿Es en serio? ― Suspire

― ¿Qué cosa? ― Inquirí, sin saber de que estaba hablando esta mujer.

― Maximiliano Mills acaba de llamar y decir que estará la otra semana. ― Parpadee sin entender el punto de Verónica.

― Si, Alexander no estará la otra semana y por ende Maximiliano tendrá que estar aquí, no le encuentro algún problema a eso. ― Verónica se adentro más a mi oficina y con sus manos golpeo mi escritorio muy enojada.  ― Eso no es lo importante.

― ¡Dios! ― Resople algo molestas.  ― Verónica tengo mucho trabajo. ― Era cierto tenia que cambiar toda la agenda de Alexander. ― No puedo estar prestándote tanta atención.

― ¡Tú vas a ir! ― Grito histérica.

― Si ¿Qué con eso? ― Su mirada no se apartaba de la mía, se notaba que no le gustaba para nada que tuviera que pasar tiempo con Alexander.

― No te metas con él. ― Arqueé una ceja.

― Es mi jefe. ―Dije intentando volver a trabajar, Verónica cerro mi laptop reaccioné rápido para que mis dedos no quedaran atrapados.

― Eso ya lo sé, también es mi jefe, pero yo llevo mucho más tiempo trabajando aquí y ese hombre siempre me ha interesado mucho y no porque una niñita que lleva solo un par de meses trabajando para él me lo va a quitar, tu amiga Brenda se nota que no te lo advirtió.

― Mira Verónica. ― Me levante ya muy enojada quedamos a la misma altura. ― Estoy aquí para trabajar, tú deberías hacer lo mismo. ― Una parte de mi empezó a pensar si en algún momento Alexander y yo habíamos dado alguna señal de que estábamos juntos.

― ¿Me crees estúpida? ― «Si»

― No.

― Eres la primera asistente con la que sale a almorzar, siempre lo hace una sola vez, y están casi el 100% del día juntos, me voy a casa y ustedes siguen aquí disque. ― hizo unas comillas en el aire. ―” Trabajando” ― Esta situación me estaba comenzando a molestar más.

― ¿Crees que me como el cuento de que no te estas revolcando con el jefe?

― ¿Disculpa? Yo no he hecho nada con Alexander. ― No había estado con él eso si era verdad.

― ¡Ay por favor Lauren! ― Se cruzo de brazos, su ceño estaba muy fruncido y se cruzo de brazos.

― Tú quieres tener un aumento o alguna mierda, no te culpo estar con Alexander Mills es un sueño, pero no te voy a permitir que sigas revolcándote con él para tu beneficio, me voy a encargar de que te saquen de aquí.

― ¡Señorita Heard! ― Alexander grito demasiado fuerte que sentí un escalofrió por mi espalda, estaba furioso. Verónica se puso pálida como un papel; se giro lentamente y miro a Alexander. Él estaba rojo de la rabia que lo estaba consumiendo.

― Señor Mills … esto es que … ― Verónica titubeo.

― ¡Nina! ― Alexander grito, se escucho en todo el piso. En unos instantes Nina estaba en mi oficina algo sorprendida. ― Necesito una nueva secretaria para el piso. ― Dijo sin quitarle la mirada a Verónica.

― Señorita Heard, no creo tener que decirle que esta despedida.

― Señor por favor no. ― Verónica intento salvarse. ― Es un malentendido.

― ¿Un malentendido?  Usted estaba diciéndole a la señorita Blakes que se revolcaba conmigo ¿Me equivoco? ― Ella negó con temor.

― Espero que con lo que voy a decirle sea claro, la señorita Blakes es mi asistente personal la necesito a mi lado para todo lo que haga en el ámbito laboral, muchas veces ha tenido que ir a almorzar conmigo porque tenemos reuniones y ella toma apuntes de dichas reuniones. ― Mintió. ― Nosotros nos quedamos trabajando en las noches. ― Otra mentira. ― Esta empresa se mantiene donde esta por el trabajo de todos no porque el jefe se la pase revolcándose con sus empleadas.  ¿Alguna pregunta?

― No señor. ― Verónica estaba a punto de llorar.

― Le recomiendo que se ponga a buscar otro empleo, no puede usarnos como referencia laboral. ― Alexander estaba siendo algo cruel.

― Señor. ― Lo interrumpí. ― Verónica lleva tiempo trabajando aquí a pesar de este percance hizo un buen trabajo. ― Los ojos de Alexander se fijaron en mí y no parecía que le gusto que lo contradijera.

― Señorita Blakes por favor no se meta. ― Asentí algo avergonzada.

― Señorita Head, recoja sus cosas vaya a recursos humanos y espere unos días su liquidación, Nina encárgate de todo. ― Nina asintió; Alexander se marcho a su oficina y nos quedamos las tres en mi oficina.

― Verónica has lo que dijo el señor Mills y ve a recursos humanos. ―  Nina estaba muy seria.

― ¡Señorita Blakes! ― Grito Alexander muy molesto, tuve que correr a su oficina pude ver que Verónica se quedo llorando en mi oficina junto a Nina.

― ¿Si señor? ― Dije al entrar, estaba algo nerviosa. ― Cierra con llave. ― hice exactamente lo que me había dicho y camine hasta el escritorio, su rostro se relajo un poco y suspiro.

― No hables muy duro. ― Susurro. ― ¿Estas bien? ―  Agarro mi mano y la beso de una forma muy cariñosa, y asentí.

― Si, pero tenías que … ¿Despedirla? ― Titubee.

― Lauren, se que fue algo drástico, pero no puede meterse de esa manera en mi vida personal, tenemos que tener mucho cuidado con todo y seguir disimulando como siempre. ― Se inclino un poco y me beso.

― Seguiré arreglando tu agenda. ― el asintió y me guiño un ojo.



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En el texto hay: jefe, amor, negacion

Editado: 11.06.2022

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