Intente llamar a Alexander todo el día, pero su celular estuvo apagado, estaba realmente preocupada. Estaba planteando si seria bueno ir a su casa, pero el clima no lo permitió. Llovió toda la tarde y noche, no podía hacer nada más ese día así que hablaría con él en la oficina no tendría otra opción.
Me desperté algo molesta, no había podido dormí muy bien, y lo que había pasado tanto con Daniel y Alexander me tenía algo inquieta. Era una nueva semana y tal vez lo que había sucedido era un mal entendido por la desagradable sorpresa de Daniel en mi casa, una parte de mí quería llamar a Sam para contarle lo que había paso, pero no estaba segura si fuera una buena idea, pero llevaba varios días sin hablar; necesitaba hablar con ella, quizás la noche sería una buena opción para ello, esperaba no olvidarlo.
Note que se me estaba haciendo algo tarde, tome un sorbo de zumo de naranja, agarre todo lo que necesitaba para ese día y salí corriendo de casa para poder llegar lo más pronto posible al trabajo, al llegar a las 6:30 a.m. espere a Alexander en su oficina con dos tazas de café de la cafetería, pero al ver que había transcurrido una hora y no llego, deje las tazas en su escritorio y me puse a trabajar, intente volver a llamarlo y se disparaba directo a buzón no entendía muy bien que era lo que estaba pasando.
― Hola buenos días ¿Tú eres Lauren Blakes? ― Levante la vista de mi computador para ver al hombre frente a mí, me sorprendió muchísimo el gran parecido que tenia con Alexander.
― Si Soy yo ¿Quién eres tú? ― Pregunte sin poder aparta la vista de aquel encantador hombre; tenia unas cuantas canas, sin barba y sus ojos eran muy similares a los de Alexander.
― Disculpa, Soy Maximiliano Mills, el hermano de Alexander.
― Un placer conocerlo señor Mills. ― Dije poniéndome de pie y estrechando su mano.
― A mi hermano y papá les gustan que les digan Señor Mills, a mi me puedes decir Max. ― Asentí un poco confundida.
― Si estas buscando a tu hermano me temo que no se encuentra y realmente no sé dónde se encuentra.
― Esta en Londres, vengo a remplazarlo estos días.
― ¿Londres? ― Inquirí algo preocupada, Alexander no me había dicho nada de eso.
― Si, tiene problemas allá y se fue esta mañana. ― Maximiliano me miro de arriba abajo. ― Pero tú deberías saber eres su asistente personal.
― No sabía que se había ido a Londres, por eso me encuentro algo confundida, pero debe ser por problemas de trabajo.
― No te preocupes, Alex se pone raro en estas fechas. ― No entendí muy bien ese comentario, pero no me atreví a preguntar. ― Bueno Lauren, me pasas cualquier llamada o si hay alguna reunión por favor me avisas. ― Asentí algo extrañada, Alexander era muy complicado y ahora parecía que no íbamos a hablar por un largo periodo de tiempo.
Pasada las 11 de la mañana por fin me llego un mensaje de Alexander, me emocione mucho al ver su nombre, pero mi corazón parecía que se detuvo al leerlo.
“Maximiliano Mills estará a cargo de la compañía durante estos días regresare el jueves, por favor tener todo preparado para mi regreso. CEO Alexander Mills”
Odiaba que pusiera la palabra CEO, no se lo respondí; borre el mensaje y me puse a trabajar como Maximiliano me había dicho que lo hiciera pero mi mente no me lo estaba permitiendo mucho; en un momento todos los recuerdos de los últimos cinco meses que llevaba trabajando con Alexander me vinieron a la mente y eso si contar los dos que llevábamos saliendo, lo extrañaba pero me estaba doliendo un poco su comportamiento, pensé en ir a recogerlo al aeropuerto pero no sabía a qué hora regresaría el jueves.
Durante toda la semana, el trabajo fue lo más tranquilo de todo, Maximiliano no salía de la oficina a menos que fuera para reuniones o para irse, todos parecían algo desilusionados de que Alexander regresara, pero quería verlo necesitaba hablar con él, no había sabido nada de él en los pasados cuatro días, el miércoles se me hizo un día largo y eterno en un momento pensé que el tiempo se había detenido.
― Señorita Blakes cuando termine por favor venga a mi oficina por favor. ― La inexpresión de Alexander hizo que me asustara un poco, al llegar esta mañana siguio de largo no me saludo y se habia encerrado en su oficina, en serio que me molestaba que estuviera así.
― Si señor. ― Dije mientras mi corazón pego un brinco muy fuerte, sentí la adrenalina recorrerme todo el cuerpo, esto era algo demasiado fuerte; me levanté algo agitada y asustada. Caminé lo mejor que pude, mis piernas parecían de hule. Entre a la oficina, Alexander estaba de pie mirando por la ventana, aclare mi garganta para que supiera que estaba ahí con él.
― Siéntate por favor. ― La expresión de Alexander me estaba poniendo cada vez más incomodada.
― ¿Alex que sucede? ― No resistí y tuve que preguntarle.
― Lauren por favor… no hagas esto más difícil... es muy complicado
― ¿Qué? ― Me levante de la silla exaltada. ― No se nada de ti desde el domingo, abandonaste mi departamento, te he intentado localizar y tú hermano llega a decirme que te fuiste a Londres y solo me envías un mensaje que tenga todo listo para cuando regreses.
― Sí Lauren eso fue lo que te pedí.
― Pero Alex tú y yo… ― Me interrumpió.
― Lauren nosotros no podemos estar juntos. ― Soltó mirándome a los ojos sin siquiera parpadear.
― ¿Que? ― Titubeé ― ¿Esto es una broma? ¿Alex esto tiene con que Daniel fue a mi casa? ¿Qué fue lo que ocurrió?
― Estamos en este momento en horario laboral. ― Masajee mis ojos, en serio no estaba entendiendo lo que estaba pasando.
― Si Alex lo sé, pero quiero saber que es lo que pasa te desaparece y ahora me sales con que no podemos estar juntos. ― apoye mis manos sobre su escritorio para verlo mejor, el repito mi acción, pero ahora estaba enojado.
― Lauren, no puedo estar contigo no tengo que darte más explicaciones lo que hemos hecho estos últimos meses ha estado mal. ― Me miro sin apartar la vista. ― Así que no se que tan profesional puedes ser. ― Se aclaro la garganta. ― Tú puedes decidir si quieres seguir siendo mi asistente personal o puedo pedir que te transfiera de departamento y por favor para ti no soy Alex soy Señor Mills.