Los días se estaban volviendo tediosos, Alexander me exigía demasiado trabajo, mis horarios de salida sobrepasaban las nueve o diez de la noche, lo único que hacia bueno Alexander por mi era que le pedía a Dylan me dejara en casa al terminar. Cada día era más difícil que el anterior, cada vez eran más y más ordenes de Alexander para su dichoso evento.
― ¿Ya esta el salón reservado? ― Asentí mientras seguía revisando las invitaciones, era un evento para 300 personas, esto era demasiado, pero tenía que hacerlo no iba a desistir por este trabajo; sin parar de llamar y escribir lo hice hasta la hora del almuerzo, tenia demasiada hambre, cerre mi laptop y me puse de pie.
― ¿A dónde crees que vas? ― Alexander estaba de pie en la puerta de mi oficina muy molesto.
― Es hora de almorzar y tengo hambre esta en mi contrato que tengo una hora para almorzar.
― Te doy veinte minutos, necesito ahora terminar un trabajo.
― Lo siento señor Mills, pero en el contrato que firme con usted, cito textualmente “La hora del almuerzo consta de una hora y no podrá ser interrumpida”
― En una hora te quiero aquí. ― Entro a su oficina y dio un fuerte portazo; pude notar que Nina no se encontraba. Sali de la oficina rápidamente, no quería demorarme mucho en regresar y menos con el genio que Alexander tenia ese día, era mejor almorzar en el restaurante de la empresa, hice la fila y pedi el almuerzo que ofrecían, se veía demasiado rico. Me sente sola en una mesa junto a la ventana, se podía ver gran parte de la ciudad desde ahí.
― Señorita Blakes. ― Frente a mi estaba Andrew Garner con inconfundible sonrisa, estaba vestido un poco más informal, llevaba unos vaqueros azules, una camiseta blanca y una chaqueta de cuero, lo mire sin decir una sola palabra.
― ¿Te comieron la lengua? ―Pregunto sin apartar su mirada de encima.
― Lo siento señor Garner. ― de verdad estaba siendo muy grosera.
― Lauren te había dicho que no me dijeras así. ― Se sentó en la silla vacía frente a mí.
― Lo lamento Andrew. ― Dije intentado sonreír.
― ¿Oye que pasa? ― Pregunto algo consternado. ― Las veces que te he visto siempre tienes una sonrisa de oreja a oreja, parece que te hubieran arrebatado el alma o algo.
― No es eso solo que he tenido mucho trabajo. ― No se porque le dije eso.
― ¿Qué ha pasado con Alexander? ― Inquirió.
― Solo que tengo más trabajo del habitual por su dichoso evento.
― Ya se de que evento hablas, el de beneficencia y contratación. ― Me sorprendi un poco al ver que Andrew sabia de que trataba.
― Si ese mismo.
― Todos los años asisto, invitan a mis padres, pero siempre sin falta voy en nombre de ellos y cada año intento hablar con Alexander, pero es imposible el simplemente se reúsa, incluso una vez intente donar dinero, pero el cretino de tu jefe no me dejo y se molestó hasta me lo devolvio.
― Comprendo. ― no tenia idea de que estaba hablando. ― Pero parece que este evento es demasiado importante para Alexander y no puedo cometer ningún error.
― Lo harás bien, ni que tuvieras que hacerlo tu sola.
― Lo estoy haciendo sola.
― Alexander no cambiara jamás. ― Andrew negó moviendo la cabeza.
― ¿A que te refieres?
― No importa, no es nada relevante. ― Me miro a los ojos y sonrió. ― Más bien que te parece si te invito a cenar no se ¿hoy? ― La pregunta de Andrew me había dejado atónita. ― No es nada romántico es más bien dos amigos yendo a cenar para conocerse más ¿Qué dices? ― Mire a Andrew sin saber que responder, antes Alexander no quería que me acercara mucho.
― Lauren en serio solo es una simple cena, te vez algo cansada, iremos a cenar donde tú me digas y te dejare sana y salva en tu casa.
― De acuerdo. ― No estaba muy segura porque acepte, pero creo que me serviría distraerme un poco de todo el trabajo que tenía.
Alexander se marcho hecho una fiera antes de las cinco de la tarde; no le puse mucha atención y simplemente me dediqué a seguir con mi trabajo, quería adelantar lo que más pudiera antes de irme, no me detuve por dos horas hasta que Nina me interrumpió.
― ¿Lauren te vas a quedar hasta tarde? Alexander se marchó.
― Gracias Nina no lo había notado, recogeré mis cosas y me iré. ―La mujer me sonrió y se marchó dejándome completamente sola.
La agenda del día siguiente de Alexander ya estaba lista era mejor dejársela en su oficina, deje todo listo para que solo fuera colocarla sobre su escritorio y poder irme; entre a su oficina y camine hasta el escritorio, habían unos papeles con su letra tachados no se entendía muy bien lo que estaba escrito, en uno solo alcance a leer “soy un idiota” deje la agenda en el centro del escritorio cuando levante la mirada, Alexander estaba parado en la puerta algo agitado, sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo, los dos nos mirábamos sin decir una sola palabra, se estaba generando un silencio muy incómodo, quería salir corriendo de ahí.
― Lauren ¿Qué haces aquí? Ya es tarde.
― Estaba dejando su agenda para el día de mañana. ― Dije caminando hacia la puerta para irme.
― Lauren espera. ― Dijo Alexander cuando cruce la puerta, no me gire para verlo.
― Gracias. ― Dijo sin ton ni son.
― No hay de que señor Mills es mi trabajo.
― Lauren de verdad te pido perdón esto es difícil para mí es un tema delicado.
― No hay nada que perdonar, disculpe, pero tengo una cita. ― Antes de que pudiera decir algo más salí corriendo.
― ¡Espera! ― Escuche mientras cruzaba la puerta de piso, el ascensor se abrió y Andrew salía de él, lo tome del brazo para que volviera a entrar y oprimí el primer piso para que se cerrara y desaparecer por lo menos unas cuantas horas de Alexander.
― ¿Qué fue todo eso? ― Pregunto Andrew mientras descendíamos.
― Alexander me iba a dejar más trabajo y hui de él. ― Era una mentira, pero no quería saber nada más de ese hombre por lo menos hasta el día siguiente.