Me desperté esa mañana muy temprano, al girarme note que Alexander dormía plácidamente, estaba profundo, no podía negar que ese hombre me encantaba y estaba perdidamente enamorada de él, mientas seguía observándolo mi intercomunicador comenzó a sonar, se me hizo algo raro porque no esperaba a nadie, me levante de la cama corriendo para que el ruido no despertara a Alexander.
― ¿Lauren? ― escuche la voz de Andrew al otro lado.
― ¿Qué necesitas?
― ¿Podemos hablar? Necesito explicarte lo que paso.
― Andrew no hay nada que explicar, la verdad no deseo verte y no quiero estar contigo es mejor que te vayas a tu casa.
― Lauren por favor no quiero perderte. ― Oprimí el botón sin saber que decir.
― Es mejor que te vayas a tu casa Garner. ― Alexander contesto por mi y se fue a la cocina.
― ¿Estas con Alexander?
― Eso no es asunto tuyo adiós Andrew y colgué. ― Camine hasta la cocina y Alexander se estaba lavando las manos y preparando para cocinar, me senté en una de las sillas del mesón para observarlo, a pesar de que la noche anterior había venido hasta mi casa tenia aun muchas dudas, no sabría cuantos días duraría el así de amoroso como fue la primera vez que estuvimos en Japón.
― ¿En que piensas? ― Me pregunto mientras rompía unos huevos.
― La verdad estaba pensando en nosotros. ― Le dije yendo directo al grano.
― ¿Qué cosas pensabas?
― Alex no quiero que pase lo mismo de la ultima vez ¿Cómo puedo estar segura de que no vas hacerme la misma canallada? ― en ese momento sentí un vuelco en el corazón, las piernas me temblaban como si fueran gelatina, pero necesitaba saber que iba a pasar entre nosotros y si de verdad el quería estar conmigo. ― Te comportaste como un cretino.
― Lo sé. ― Dijo sin quitar los ojos del sartén. ― Fui un completo idiota contigo Lauren y créeme que no merezco un perdón por eso, pero el domingo que fui al cementerio me llevé una sorpresa.
― ¿Qué ocurrió? ― Pregunte intrigada.
― Me encontré con la mamá de Gabriela. ― Sentí un vacío dentro de mí. ― Me dijo que se sorprendía que aun siguiera yendo a la tumba de su hija que lo valoraba mucho pero que no debía seguir haciéndolo.
― ¿Qué? ¿Por qué no? ― pregunte algo sobresaltada.
― Ella me dijo que sabía cuánto había amado a Gaby, que fui el mejor hombre para ella, pero que la vida solo nos quiso juntos un pequeño periodo de tiempo, a pesar de nuestra historia de amor no duro tantos años, ella sabia que el amor que sentía por Gabriela siempre iba a perdura a pesar pero que tenía que hacer mi vida, Gabriela me amaba y ella lo que menos quisiera era verme guardando luto eternamente.
― Fuertes palabras.
― Así es. ― Suspiro. ― Me pidió que siempre guardara a su hija en mi corazón pero que tratara de volver a ser feliz, tener una familia como lo teníamos pensado y seguir creciendo como seres humanos, que si seguía carcomiéndome la mente con Gaby nunca iba a darme cuenta de las personas que llegaban a mi vida y que quizás podría llegarme alguien sorprendente, pero por esta como me encontraba la podría perder. ― Apago la estufa y sirvió dos platos con huevos para cada uno. ― Y sabes tiene razón casi pierdo a una mujer maravillosa por eso.
― ¿Qué quieres decir?
― Veras Lauren, cuando empecé a salir contigo estando en Tokio en serio me gustabas muchísimo, y con el pasar de los días ese sentimiento fue creciendo, más, más y más, cada día me sentía dicho de tenerte a mi lado hasta una noche que la foto de Gabriela se cayo de mi mesita de noche y se rompió y al verla destrozada sentí que la traicionaba que si estaba con otra mujer la estaría traicionando por eso cambie contigo quería eliminar todos esos sentimientos de mi sistema, pero en realidad no pude verte todos los días me lo complicaba más.
― ¿Por eso me querías cambiar de departamento?
― Así es, pero luego paso lo del cementerio y esa tarde me di cuenta que tenía que hacer lo que fuera para poder recuperarte.
― ¿Así fuera golpearte con Andrew?
― Así me tuviera que golpear con Andrew. ― Los dos reímos por un periodo corto de tiempo.
― ¿y Natasha?
― Ya te había dicho que es una amiga, y la verdad pensé que seria una buena estrategia para alejarte de mí.
― ¿El día que fui a tu casa a dejar el traje tú sabias que ella estaría allí?
― Así es, ella duerme con un oso y siempre se levanta tarde, fue una porquería lo que hice. ― Alexander se levanto y camino hasta donde estaba para agarrarme las manos.
― Lauren de verdad perdóname por todas las cosas malas que te hice pasar fui un desgraciado y creo que ni tu perdón merezco, pero, aunque suena estúpido tenia miedo de enamorarme de alguien más. ― Me agarro las manos y las beso, no sabia que decirle en realidad me sentía entre la espada y la pared, a pesar de que habíamos hablado una parte de mi lo odiaba y otro lo amaba demasiado era una situación muy complicada.
― También sé que renunciaste y puedes irte sin ninguna queja, pero creo que esto te interesara, mi madre tiene una amiga que necesita un administrador hotelero, le comenté de ti y mi madre le encantaste tanto que dijo que iba hacer todo lo posible para que pudieras trabajar allí.
― ¿El hotel queda en la ciudad?
― Si y te pagaran muy bien. ― Sonrió, pero parecía algo dolido. ― Mucho mejor que lo que te pagaba y podrás estar libre de mí.
― Me parece una buena oferta Alex y creo que la tomare, pero cambiaste el tema y la verdad tengo tantas preguntas y tantas dudas de nosotros, yo también tengo miedo de lo que nos pueda pasar no quiero que pasan unos días y me salgas con que me odias o que tienes otra novia no quiero volver a pasar por esa situación otra vez.
― No lo harás te prometo que no volverá a ocurrir.
― Alex y ¿El anillo? ― Se quedo mirándome extrañado unos segundos, me soltó y se fue a la habitación un momento, no estaba comprendiendo que estaba pasando cuando regreso tenía su celular en las manos.