Capítulo 6

—Que sorpresa, tengo la impresión de que últimamente te estoy viendo muy seguido —Ángelus miró a los dos hombres que estaban en la cama con su hermana Marva, ella sonrió y se cubrió su cuerpo con una sábana —¿Qué deseas Ángelus?

—Saludar a mi hermana —Ella curvo sus labios en una sonrisa y camino hacia su cuarto de baño para vestirse, de vez en cuando se alimentaba con la energía sexual de los humanos, Ángelus suspiró y caminó hacia el mueble donde tenía el licor su hermana, no era de beber muy seguido. Se sirvió una copa y se sentó mientras daba sorbos a su bebida.

Marva miró a los hombres que descansaban desnudos en su cama, les indicó con su mente que debian irse, adoraba el poder que ejercia sobre los humanos, los de su especie por lo general eran territoriales y no compartían a su mujer con otro. Ellos se pusieron de pie y se vistieron a regañadientes, se acercó a ellos y los beso profundamente. Luego los despidió, camino hacia su hermano que estuvo en silencio todo este tiempo, se sirvió un trago y apoyo sus codos en la barra.

—No soy tu hermana favorita ¿Qué haces aquí?

Ángelus sonrió

—Tú tratas más con humanos ¿Cómo puedo hacer que una relación se destruya?

Marva enarco una ceja.

—La traición —su hermana lo miró con burla —Odian que los engañen con otras personas, pero no creas que son leales, no todos lo son.

—¿Traición? —sonrió, su familia era experta en la traición, por ello inició todo y hoy tenían siglos de existir, su padre traicionó a su hermano Abel.

—Pero no la que estas pensando —Marva apura su bebida y pone el vaso con fuerza —¿Sabes lo que pasa en nuestra especie cuando hay infidelidad? —asiente y su hermana ladea un poco su cabeza —De esa traición es de la que habló.

Ángelus desvió la mirada un momento hacia la cama desarreglada de su hermana, un vampiro no compartía su pareja, si se enteraba que había sufrido una infidelidad está debia morir de la peor manera la mayor de las veces, lo hacia empalada para pagar la afrenta a la que había sometido a su pareja.

Marva se puso de pie y rodeó con los brazos a su hermano, miró su rostro perfecto 

—No es propio en un humano matar a la pareja infiel, pero pasa, no lo niego. Usualmente se separan cuando viven una traición, viven su dolor, su drama y siguen con su vida.

Ángelus asiente, su hermana inclina su rostro y lo mira directamente a los ojos.

—Si vas a jugar con la humana, debes hacerlo bien, nadie va a creer que tiene algo contigo si odias que te toque ¿porque no matas al hombre?

—Sabes los términos de padre, solo puedo matar a un humano que quiera dañar a Keitha, de lo contrario no.

Marva suelta una carcajada.

—Si no fueras tan correcto con tu palabra, te importaría poco lo que dijo padre, aquí estás en dilema, buscando como separar a una humana de su amante —Ángelus no tuvo que decirle a su hermana a quien quería separar, la primera generación se caracteriza por tener un canal mental donde se comunican los hermanos más cercanos, los que se visitan más a menudo, Marva podía escuchar los pensamientos que Ángelus le permitia y el querer separar a Jakob y Keitha era uno que Marva podía saber.

La segunda generación al separarse de Cain, habia perdido la unión del canal con la primera generación y no se podían comunicar, salvo que construyeran uno para comunicarse, algo poco probable por el odio que existía entre ellos.

—Conquista a la humana y preparala para llevarla ante padre.

Ángelus soltó el aire y se puso de pie

—Pensé esta misión seria fácil, pero me equivoque, debo trabajar conmigo mismo antes de actuar.

Su hermana se encogio de hombros, realmente no era su problema lo que pasaba con Ángelus, no le importaba en lo absoluto.

Ángelus camino hacia la puerta, antes de salir miró sobre su hombro a su hermana y se marchó con tantos pensamientos llenos de ira hacia Keitha Powell.

***

—Debo confesar que el trayecto hacia casa fue una agonía para mí —Nikolett levantó la mirada hacia su sirviente Zlatica, recostó su espalda en el alto respaldo de su silla, y lo observó en silencio. Su sirviente continuó sirviendo el café —Esperaba la aparición de Ángelus en cualquier momento, sentía su olor y nos atacaría, estaba preocupado por la niña Deeanna, aún no sabe pelear 

—Mis sospechas fueron confirmadas —Nikolett tomó su taza se café y la llevó a sus labios —Mi hija nació con el don de borrar nuestro olor —Zlatica abrió la boca, pero no gesticula palabra.

—Amo, pero sólo usted tenía el don.

Nikolett sonrió ya que su genética, su cuerpo por ser hijo de la segunda generación, tenía el don de ocultar su olor a los de su especie, el haberse revelado les había dado beneficios, aunque también cosas negativas, su piel no soporta la inclemencias del sol, podía recibir los rayos de este, pero de una manera tenue. Sabía que muchos de sus hijos estaban muriendo por los fuertes rayos 

—Mi hija también lo heredó —sonrió y desvío la mirada hacia la gran ventana; llevaba semanas de completa calma, pero está noche todo iba a cambiar, se reuniría con sus hijos, debía saber como estaba todo, el oler a Ángelus en Arkridge lo había puesto en alerta.

—¿Significa que Ángelus y la primer generación no podrán olerlo? —Nikolett asintió.

—Sabes bien que pasé vigilante, por si acaso Ángelus sentía a Deeanna, pero esto no pasó, mi hija puede ocultar su olor y su naturaleza, el mejor regalo que podamos tener, nuestra separación a permitido una mejor generación, con mejores poderes algo que nunca tendríamos con el maldito de Cain.

Zlatica asintió, hace un siglo cuando despertó aquella noche con el cuello destrozado odiaba a la raza de Nikolett, tenía una vida por delante, pero fue despojado de ella de una manera cruel, iba a casarse con una hija del carnicero, tenía una pequeña granja de hortalizas, y gallinas, con la venta de las hortalizas y los huevos podía mantener a su futura esposa, la amaba con locura, un día antes de la boda fue atacado en el camino, la rueda de su carreta se atasco en el fango, y no pudo sacarla, vio a los dos hombres que se le acercaron en el solitario camino y se alegro porque recibiría ayuda para sacar la carreta, algo que nunca pasó, solo fue un plato de comida para ese par, lo atacaron y le drenaron la sangre, sintió como la vida salio de su cuerpo, el dolor y ardor en su cuello, el sonido espantoso que hacían esos dos hombres, nunca lo iba a olvidar.