—¿Ángelus? —Islay Iversen frunce el ceño y se acerca a su hermano —¿Pasa algo?
Él no respondió a lo inmediato, miró nuevamente su móvil.
—Los humanos no pueden vivir sin estar en el móvil —frunce sus labios y vuelve a tocar la pantalla para estar seguro de que no había recibido ningún mensaje.
—Así es, son adictos al móvil, ¿pero que tiene que ver contigo?
Ángelus con furia dejó caer el móvil en la mesa y apoyo ambas manos en ella.
—Debo saber si la humana esta bien —miró sobre su hombro a Islay.
—Por supuesto que lo está... Marva la cuida... pensándolo bien, llama mejor a Keitha.
—¿Llamar? No tengo un canal mental de comunicación con ella...
—Me refiero a llamarla por aquí —Islay levantó el móvil de la mesa y lo extendió, lo miró a uno y luego al otro —Hazlo.
Tomo el móvil, buscó en los contactos a Keitha, marco su número, pero la espera lo estaba desesperando, colgó cuando salto el buzón.
—Localiza a Marva a lo inmediato —Busco su gabardina negra, la ato a su cintura.
—¿Qué haces? —su hermano lo mira sin comprender
—Debo cerciorarme que ella esta bien —su hermano lo sujetó del brazo.
—¿Estás loco? Afuera esta lleno de vampiros tratando de cazar a Padre, si te ven cruzar los cielos, te perseguirán.
Se soltó de la mano de su hermano, camino hacia la ventana que daba al patio, los caballeros de la noche estaban dispersos cuidando el castillo, las esposas de Caín estaban en el castillo, sus tesoros y sobre todo su esposa amada, de las cincuenta esposas, él amaba sólo a una, —era la única que sabía de su morada o eso creían, ella estaba siendo custodiada.
—¡No lo hagas!—miró a su hermano antes de saltar en la oscuridad, Islay lo vio subir a lo alto del cielo y luego desaparecer.
¿Qué rayos le pasaba a Ángelus?
*****
Tyr Edwards tomó su mano y la ayudo a subir las escaleras hasta llegar a la puerta de entrada.
—Nos vemos mañana a la misma hora —sujetó su rostro y paso su dedo pulgar sobre sus labios —Keitha eres bellisima.
Ella estaba como en un sueño, Tyr le parecía más bello, se había sorprendido a sí misma pensando en cómo sería tener hijos con él, se los imagino preciosos, ella aún no estaba lista para ser madre, pero sus pensamientos en toda la tarde fueron en lo maravilloso que sería ser la madre de los hijos de Tyr.
Él iba a besarla, pero se detuvo, sintió la presencia de un vampiro...la de Marva.
—Nos vemos mañana... por favor no hables de nuestros encuentros aún, me gustaría que la primera persona que se enteré sea tu madre y por mi boca.
Subió rápidamente a su auto y se marchó.
—¿Todo bien amo?
—¿La sentiste? —resoplo molestó —A partir de mañana, beberé pequeños sorbos de la sangre de Keitha, establecere una unión con ella, debo saber lo que piensa, lo que siente, lo que hace, al estrechar mi unión con ella, nunca conocerá a Caín.
*****
—¿Dónde estabas?—Marva estaba agitada, miró a la humana con furia, ella había ocacionado problemas con Ángelus, le había detallado todo lo que le haría una vez la tuviera frente a él.
—Salí a caminar —se dejó caer en la cama, se sentía cansada, de repente estaba somnolienta, se puso en posición de feto y cerró los ojos.
Marva la mira furiosa, antes de asesinarla mejor la enviaba a dormir.
Camino hacia la ventana y se sentó en el alféizar, su mirada se centra en la hermosa luna que había esa noche, sus pensamientos se remontaron al pasado expresamente a mil años atrás, a una noche similar a esta.
Él tan guapo y oscuro, diferente a ellos, creía que eso la había atraído y la había hecho por primera vez sentirse atraída verdaderamente por un hombre. Sus facciones generalmente eran duras, pero con ella no pasaba eso, lo veía sonreír, esa noche la tomó de la mano, se sentaron en el prado y besó su mano, ella cerró los ojos.
—Tu padre jamás aprobaría una relación conmigo —abrió los ojos.
—En algún momento lo hará —él negó y la soltó.
—Eres una princesa de descendencia directa de Caín.
—También eres un príncipe —él río.
—Se dice que mi padre no es hermano consanguineo de Caín, son hermanos por las criaturas que ahora son.
—Mi tío es un príncipe, digno hermano de Caín, no he escuchado tal rumor y si lo fuera, padre jamás se negaría a una unión entre su hija y su sobrino, puede ser en dos lunas, será luna de fresa, perfecta para una unión. Hablaré con padre que bendiga nuestra unión.
Él se puso de pie
—Huye conmigo —lo miró sin entender.
—¿De qué hablas? Quiero tener mi ceremonia contigo, si huimos eso no pasará, padre jamás me dará su bendición.
—¿Importa la bendición de Caín? Marva, estoy empezando a sentir cosas por ti que nunca he sentido por alguien, Caín nunca aprobara nuestra unión, no soy como el linaje de él, soy diferente y lo sabes.
Se puso de pie.
—Intentemos la ceremonia y si dice que no, huimos.
Él soltó una carcajada que le sonó a cruel.
—Sabes bien lo que pasará si dice no, Caín jamás permitirá que huyas conmigo, mi buen amigo se esta pudriendo en los calabozos del castillo de tu padre, por que tuvo la desfachatez de poner sus ojos sucios en una princesa. Me doy cuenta que no estas segura de lo que sientes por mi, creo es mejor que terminemos, hoy será la última vez que me verás, voy a marcharme, somos indignos ante tu padre, no somos bien vistos por toda la Descendencia y eso ya nos hartó a todos.
—Nikolett... por favor, no lo hagas, realmente siento algo por ti.
—No es amor Marva, no vale la pena —se giró y luego desapareció ante ella.
Llevó su mano a su mejilla y se dio cuenta que nuevamente una lágrima habia escapado, Nikolett se rebeló ante Caín, odiaba con todas sus fuerzas a su padre, su tío había muerto en manos de Caín por que él aseguraba que sabía de la rebelión y no había hecho nada por evitarla, porque también él quería el trono, su tío se negó ante la acusación, murió y no dejó de declararse inocente.