Descendencia Cain [saga Cain # 1]

Capítulo 14

—¿Por qué la has traído? —Islay miró con el ceño fruncido a Ángelus —Este no es el lugar adecuado para un humano, no sin Caín.

Él no respondió, su mirada estaba fija en la pequeña mesa que estaba en el jardín, Keitha estaba cenando,  la cocina se había vuelto un caos, debían preparar alimentos para un humano puro, no necesitaba sangre, nada suave que no dañara el estómago de un vampiro.

Ella llevaba el pedazo de carne de ternera con desconfianza a su boca, no dejaba de mirar hacia todos lados.

—¿Ángelus?

—¿Qué has sabido de Caín? —desvió la mirada hacia Islay.

—Nada, no hemos sabido nada de Caín —levantó la cabeza hacia el cielo, este estaba totalmente cubierto por manchas negras dando vueltas en círculos —Han llegado los príncipes —Islay miró a Ángelus —Tus hermanos están aquí ¿Qué harás con ella?

Ángelus se movió a la velocidad de la luz hacia ella, cuando vio que las manchas empezaron a descender con rapidez, antes que terminaran de descender escucharon el rugido de advertencia de su hermano Ángelus, el más temido del clan.

Los príncipes se detuvieron ante Ángelus y la humana, ella desprendía un delicioso olor a comida.

—¡Hermano! —escuchó decir, sus hermanos no dejaban de pasar su lengua por sus labios.

Ángelus rugio, dieron un paso hacia atrás, no sabian que estaba pasando... el guerrero oscuro, el despidiado no podía estar protegiendo a una humana... él los odiaba, les tenia asco...

—Todos aquí saben de lo que soy capaz... —rugio, sus orbes se habían vuelto rojo sangre... sus colmillos habían crecido, las uñas de sus manos se habían vuelto garras —Ella es mi protegida, el que se atreva a tocarla dejara de existir en mis manos... príncipes y princesas han sido destrozados por mis manos y no dudaré en hacerlo una vez más.

Los príncipes guardaron silencio, sabían muy bien de lo que estaba hablando Ángelus.

—¿Por qué la has traído a nuestra morada? —preguntó uno.

Islay camino hacia Ángelus, sus hermanos entendieron el mensaje, estaba con Ángelus, él lo apoyaría en lo que había contra ellos.

—En menos de cuatro horas nuestros hermanos los que faltan estarán aquí, somos trescientos hombres y ustedes solo dos  ¿Qué nos puede detener?.

— Es la humana de la profesia que le recitaron a Caín —se escuchó la exclamación de los príncipes —No solo morirán por mis manos... también en las de Caín.

—Deben vigilar el castillo —el general les dice a los príncipes —Fueron convocados para proteger el castillo.

Islay no sentía en lo absoluto afecto por sus hermanos, los más jóvenes, a su parecer eran hijos de humanas que no habían sabido criarlos, eran caprichosos, desobedientes, por eso no eran tratados como Ángelus, él, Marva y su hermano Judah, los caballeros oscuros no los trataban con el mismo respeto que a ellos.

Sus hermanos jóvenes miraron a Ángelus y luego a Islay, sonrieron con burla, pero se giraron.

—No puedes fiarte de ellos —Islay se giró hacia su hermano, él no le prestaba atención, Keitha había salido del circulo de sus brazos y lo observaba en el estado en que un humano jamás los miraba.

—Ángelus —ella no se movía, sus ojos miraban sus manos que se habían transformado, sus ojos inyectados en sangre.

—Keitha... —ambos esperaban que ella saliera huyendo de ahí.

—¿Ibas a pelear con trescientos vampiros por mi?

Islay no evito enarcar una ceja, no estaba enfocada en la poca belleza de su hermano en estos momentos, si no en que iba a pelear por ella.

—Debemos marcharnos, llévame a casa por favor, tu vida peligra por mi culpa, si algo te pasa jamás me lo perdonaré.

—¿No te asusta mi hermano? —ella miró a Islay como si estuviera loco.

—¿De qué hablas? —se encogió de hombros —Subeme a tu espalda y vamonos de aquí.

—Creo la humana tiene razón —Keitha miró a Islay con molestia.

—¿Humana? Tengo un nombre, soy Keitha —Ángelus estaba en silencio, suspiró y se dio la vuelta para darle la espalda a Keitha, volvia a su estado natural, una vez volvió a ser él se giró hacia ella.

—Llévala al hotel Ángelus, saca a Keitha del castillo.

—Está es mi casa, igual debe volver cuando padre despierte, puedo defenderla.

—Aún no tienes el poder de Caín, sabes bien que él influye en todos y hacemos lo que él dice sin abrir la boca. Saca a la hum...Keitha del castillo, los príncipes no son de fiar, pueden hacerle daño.

—Islay...—protesto Ángelus.

—No quiero estar aquí Ángelus, donde soy vista como un complemento para una receta de cocina.

Él apretó los puños con fuerza, la miró y luego a su hermano.

—Me iré solo porque ella lo esta pidiendo.

—Me doy cuenta de eso querido hermano —Islay apretó su hombro —Deberías compartir tu cama con ella, así borraras su olor y ningún príncipe la tocará.

La mirada de Ángelus relámpaguea llena de furia.

—Sácame de aquí —Keitha sentía miles de miradas encima de ella, sentía escalofríos que le recorrían el cuerpo, estaba segura que detrás de los arbustos habían vampiros acechandola.

Él se inclinó un poco y ella subió a su espalda, aferró sus brazos a su fuerte cuello, pegó su cabeza en su espalda y cerró los ojos, solo deseaba estar en el hotel en las cuatro paredes de cemento.

Sintió el viento moviendo su cabello, se negó a mirar, no deseaba saber que los estaban persiguiendo.

*****

—¿Qué significa esto? —Jo miró a Eugina y luego al anillo en  la superficie de su escritorio 

—Estoy terminando contigo —él frunce el ceño y se pone de pie.

—Ya lo habíamos hablado, estaba superado mi desliz con esa mujer ¿Cómo puedes terminar la relación?

Jo Morrison miraba a Eugina confundido, debía ser una broma, ella lo amaba con locura, no podía estar terminando con él.

—Terminamos Jo, no me busques, déjame en paz —se giró y corrió hacia la salida, no deseaba que la siguiera, ni que la buscará, ella no quería saber nada de él.



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En el texto hay: misterio, cain, vampiros amor

Editado: 16.04.2023

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