—¡Syacha Darra! ¡Alejalas!
—¡Mi rey, yo acabaré con ellos!—Abel esta apunto de atrapar a Keitha, pero los hombres de Nikolett lo impiden.
—Te ayudaré Caín a que las sombras se vayan, pero con una condición.
Caín ruge furioso
—¡Te estoy ordenando que las alejes!
Syacha camina hacia él, secando sus ojos, Ángelus estaba mal herido, pero iba a sobrevivir.
Caín levanta la mirada hacia ella.
—Alejaré las sombras si desde hoy te olvidas de Ángelus y Keitha.
—¡No! —ruge furioso, pero palidece cuando ve a su hermano acercarse a él.
—¿Porqué lo hiciste hermano? ¿Porqué me mataste?
Retrocede como un animal herido, odiaba a las sombras y su tormento, lo torturaban con el asesinato de su hermano.
—¡Alejalas!
—Conoces la condición, ni siquiera tu sabueso puede hacerles daño, si lo hace, te juro que nunca tendrás mi ayuda.
La angustia de Caín crecia al escuchar la voz de su hermano preguntar porque lo había matado, su sangre también gritaba ¿Porqué lo hiciste?.
Esa era la debilidad de Caín, una que hasta ese momento sólo Syacha Darra sabía, el verdadero motivo por el que Caín caía en un sueño profundo por meses, dónde realmente podía descansar del tormento de las sombras. Keitha las había atraído al hablarle de ese día, al acusarlo de asesinato.
—¡Pueden irse!—Syacha asiente, hace una seña a Nikolett para que saquen a Ángelus de ahí.
—¡Promete que tu sabueso no les hará daño!
Abel se retorcía en brazos de los hombres de Nikolett.
—Mi rey, acabaré con ellos.
Caín no soportaba el tormento, cómo pudo se puso de pie, caminó hacia Abel, este sonrió a su rey cuando lo vio, su sonrisa se borró de su rostro al sentir como su corazón era traspasado por la punta de la cola de Caín, miró a su rey sin entender.
—¿Porqué? —su rey no responde, saca la punta de la cola y la vuelve a meter con más fuerza, hasta que su corazón se partió en dos.
Un amo que crea a un vampiro, puede matarlo sin estaca, sin cortar su cabeza y sin sacar el corazón y exponerlo al sol para que sea calcinado... Un amo con sólo atravesar su corazón, ese que infectó con el parásito puede acabar con su creación para siempre.
Caín se gira hacia Syacha Darra.
—¡Alejalas!
Ángelus estaba débil, sintió como lo ayudaron a ponerse de pie, ella estaba ahí junto a él.
—Madre... —Syacha sonríe al ver a su hijo mayor de pie.
—Vayanse —camina hacia su hijo, pone su mano en su mejilla —Hoy debe ser la última vez que nos veamos —Ángelus niega —Caín siempre estará cerca de mí, debes seguir con tu mujer y tu hijo, lejos de nosotros, es la única manera en que serán felices. Háblale de mí a mi nieto —las lágrimas corrían por el rostro de la reina —Es la única manera que vivan Ángelus.
Él abrazo con fuerza a su madre, la mujer que lucho para mantener su instinto maternal intacto, ella estaba salvandolos de Caín.
—Juro que nos volveremos a ver algún día madre.
—¡Sácalos de aquí Nikolett! ¡El ejército de Caín se acerca!
****
—¡Keitha! —Eugina abraza a su mejor amiga con todas sus fuerzas.
Las dos mujeres se fundieron en un fuerte abrazo.
—Perdoname —su amiga se separó —Te traicione.
Keitha repara en el enorme vientre de su amiga, no había pasado tanto tiempo desde la última vez que la vió...
—¿Esperas un bebé vampiro?
—Lo siento —Eugina baja la cabeza —Yo... no respeté que salias con... —calla cuando Keitha la rodea con sus brazos.
—También esperó un bebé del hombre que amó, esperó nuestros hijos sean tan amigos como lo somos tu y yo.
—¿No estás enojada porque estoy con Nikolett?
—Por supuesto que no, yo amó a Ángelus.
Eugina suelta el aire retenido, cierra los ojos, se sentía aliviada, no quería perder a Keitha.
—Yo, ahora soy vampiro —Eugina abre los ojos —Todo esto inicio por mi curiosidad sobre Caín, pero no me arrepiento, conocí a Ángelus y soy feliz de tenerlo en mi vida.
—¿Cómo te sientes siendo vampiro?
—Hace unas horas atrás mi hijo hubiera muerto y yo también en manos de Caín si no me hubieran convertido, así que me siento bien.
—Es lo que importa.
—Mamá me acaba de confesar que el hombre que me atrapó para entregarme a Caín era mi padre —Eugina la mira atónita —Él sabía que yo era su hija, pero no le importó entregarme.
—Lo siento mucho Keitha.
—No te preocupes, nunca lo conocí y cuando me atrapó me cayó mal, sin saber que era mi padre, tengo una hermana.
—¿Una hermana? —ella asiente —¿Cómo se llama?
—No lo sé, algún día la encontraré, por el momento nos iremos con Ángelus, debemos desaparecer por un tiempo por Caín.
—Te extrañaré —murmuró Eugina mientras se abrazaban.
*****
—Gracias por haberlo hecho —Deeanna sonríe.
—Te aprecio mucho, quería fueras mi madre, pero no se pudo.
—Eugina es una excelente mujer, date la oportunidad de conocerla, te darás cuenta que te agrada.
—Lo haré mi querida Keitha, espero que un día no muy lejano nos volvamos a ver.
Deeanna y Keitha se abrazaron con cariño. Ángelus se estaba recuperando rápidamente, debían marcharse, lejos de sus amigos, de la familia de Ángelus, ella no quería que el amor de su vida muriera en manos de Caín, así que estaba dispuesta a marcharse para comenzar de nuevo con su amor y su hijo.
Sabía que Ángelus sufría porque no volvería ver a su madre, a Jakob e Islay, cada uno estaba tomando un camino diferente, estuvieron juntos por siglos, pero el momento de separase había llegado.
—Estaremos en contacto —Nikolett mira el rostro que amó desde que la conoció —Debo saber que habilidades vas desarrollando, eres diferente a la primera y segunda generación, tenias la apariencia de un gato gigante, a mi parecer eres una cambia forma, el veneno que te inyectó Cain en el brazo no te hizo absolutamente nada.
Keitha suspira.
—No me digas que me pude convertir en un dragón, de esa forma hubiera quemado a Caín.