Descendientes Prohibidos

CAPITULO 19 - BOSQUE INFINITO

Un par de minutos después, habíamos llegado al dichoso quiosco que el perrito nos había mencionado, procuramos que nadie sospechoso nos siguiera, espero que haya funcionado.
-¿Tu ves al abuelo?- preguntó Leo.
-No, creo que el perro se ha equivocado.-
-Pero si siempre esta aquí el anciano, pintando y pintando hasta que se aburre y luego se va caminando poco a poco como el ancianito que es y … -
-¿A quién le dices anciano, perro chismoso-.
Y ahí estaba: el abuelo caminando hacia nosotros con un paso muy tranquilo, puede que el simplemente estaba esperando a que encontráramos este lugar.
-Al parecer no tuvieron ni una pizca de seguridad, ¿Dónde aparecieron?-.
-Dante apareció en uno de los restaurantes cercanos a tu casa mientras que yo aparecí a una cuadra del parque-.
-Luego nos encontramos a este perro que al parecer habla y al instante nos dijo que dos personas nos andaban siguiendo- dije mientras bajaba las pequeñas escaleras que habia en el quiosco.
-¿Cómo lucían?- preguntó un poco curioso el abuelo Basstian.
-Como un par de cadáveres por lo pálidos que estaban, tenían ojos demasiados oscuros y una gran altura- mencionó Jeon intentando bajar las escaleras, puede que se le dificulte por ello decidí bajarlo -Gracias- dijo -De nada- mencione.

-Ya me lo imaginaba, de seguro son los sirvientes de ese canalla. Debemos apurarnos antes de que nos pillen-.
-De acuerdo- dijimos al unisono mientras empezamos a caminar un poco acelerados hacía el área boscosa del parque.

No se cuanto tiempo hemos caminado pero tengo que decir que mis pies empiezan a doler, decidí sacar por un momento mi celular para ver la hora: 9:30 pm. Lo guardé de nuevo.
-¿Este parque es muy grande? Porque ya llevamos un buen de tiempo caminando.
-No mucho, es solo que ya estamos entrando a otro lugar-.
-¿Otro lugar?- dijo Leo mientras se paraba por un momento para descansar y seguir en la caminata -Esto es muy cansado-.
Mire por un momento hacia mi lado derecho, el perro empezaba a cansarse -Hasta Jeon se esta cansando, danos mínimo 3 minutos- rogué.
-Ay esta bien, en verdad si que son muy débiles- dijo el abuelo mientras se sentaba en una roca cercana.

-Bueno, abuelo sigue contándonos quien es el que nos quiere joder- proteste mientras me apoyaba en un árbol.
-Todas las pistas que he acopilado durante estos años me señalan a que es Hades-.
-Ay no puede ser, pero si es mi favorito-.
-Dante mejor cállate- menciono mi amigo seriamente._
-Hay más cosas que tengo que decirles pero no tenemos tiempo-.
Todos nos levantamos al mismo tiempo que el abuelo para seguir, -Abuelo ¿Cómo conociste a Jeon?-.
-Fácil, el no es un perro común pero de pura casualidad le daba comida cuando se apareció, no pensé que fuera un perro de la calle porque siempre que me lo topaba se veía muy limpio-.
-Es que siempre me baño en la fuente del parque eso si, no soy un perro-.
-¿Qué eres entonces?- dijo Leo curioso-.
-Era un guardián de un semidiós pero se fue  y ya no lo volví a ver- al parecer Jeon se entristeció al terminar la oración.
-Bueno, ya no eres un perro solitario, ahora nosotros te cuidaremos y tu cuidaras de nosotros- mencione al mismo tiempo en que me inclinaba rapidamente para darle un corto brazo al perro y consecuentemente seguir.
-Gracias- fue lo único que Jeon pudo decir porque un ruido interrumpió la conversación.
-¿Qué habrá sido eso?- pregunté.
-Estense quietos y por ninguna razón vayan a moverse, al parecer algunas criaturas nos acompañan-.

Ahora se escuchaban varios gritos terroríficos desde lo lejos, era como si fueran almas en pena siendo todavía torturadas, miré hacia cada lado de mi solo con la mirada y nada.
-Miren hacia abajo- dijo Jeon, una niebla espesa negra volvió a aparecer y esta vez se sentía como si estuvieran agarrándome los pies con fuerza.
-Demonios, olviden lo que dije: Dante agarra al perro y Leo tienes que imaginar exactamente lo que te voy a decir porque eres el único que puede sacarnos de esta-
-¿Yo?-.
-Si niño, Dante puede ayudar pero el perro no podrá cruzar si no esta junto a uno de ustedes, ahora corran que este bosque en verdad solo esta aquí como un laberinto infinito-.
-Con razón se me hacia raro ver la misma ardilla una y otra vez- suspire al mismo tiempo en que empezaba a correr no solo por los ruidos si no por la misma niebla que estaba a punto de tragarnos.




 




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