Capitulo V

Miraba las manecillas en el reloj que se encontraba en la pared del frente, este marcaba las 11 pm, trate de moverme, pero el solo movimiento hacia que mis muñecas ardiesen, mire a mi hermano y este todavía se encontraba inconsciente en la silla de al lado. Trate de gritarle pero solo salieron varios quejidos por la mordaza que cubría mi boca.

¿Quiénes son estas personas?

¿Qué quieren de nosotros?

¿Dónde esta Adela?

Esas eran las preguntas que invadían mi mente junto al miedo y la incertidumbre, no tenía la certeza que saldríamos vivos esta vez.

Si alguien me fuera dicho que mi hermano y yo íbamos a estar en un cuarto sucio, amarrados y amordazados en una silla, mientras Adela estaba desaparecida, no me lo fuera creído.

Pero salíamos de aquí o moríamos y sinceramente la segunda opción no se oía muy atractiva.

48 horas antes:

Estacione el auto al frente de la comisaria, mi hermano se encontraba con la vista fija en la ventana y sus manos estaban metidas adentro de los bolsillos de su chaqueta de cuero.

__Ellos se llevaron el libro y no pudimos ver lo que había.

Después de que recibí el mensaje de mi hermano, me dirigí inmediatamente a la casa, había llegado a las 11 pm y cuando entre, el domicilio estaba hecho un desastre y en su interior se encontraba a un Sebas desesperado.

__Vamos a recuperarlo __En mi mente tenia muchas dudas sobre eso, pero quería tranquilizarlo un poco.

__ ¿Cómo?

Iba a responderle cuando visualizamos a lo lejos, un pequeño cuerpo dueño de una larga cabellera castaña, Adela iba pasos rápidos, concentrada totalmente en la tablet que llevaba en sus manos. Sebas y yo nos bajamos al mismo tiempo del auto, esperando que ella llegara a nosotros, pero para sorpresa de ambos, tomo otra dirección.

Ambos corrimos hacia ella para alcanzarla y nos posicionamos a cada uno de sus lados.

__Adela espera__ mi hermano la agarro por los hombros delicadamente, volteándola a nuestra dirección

__Chicos…__Ella despego los ojos de la tablet y sus ojos mieles nos observaban fijamente.

__ ¿Adonde ibas?__ pregunte ignorando la sensación que causaba su mirada en mi.

__No puedo reunirme con ustedes __Volvió a prestar toda su atención al artefacto.

__Hubo otro asesinato.

__ ¿Qué? __Preguntamos mi hermano y yo al unísonos.

__Encontraron a una mujer con múltiples heridas cerca del lago.

__ ¿Quién era?

Cuando ella iba a responder un grupo de voces se hicieron presentes en la lejanía, interrumpiendo la conversación.

__ Fischer rápido que no tenemos todo el día.

Un hombre corpulento e intimidante, le dedico una mirada sebera a Adela y luego nos observo a nosotros con cierto recelo.

__Tenemos que irnos no te distraigas.

__Si señor.

__Tengo que irme, hablamos ahora, si quieren me espera en mi apartamento, iré apenas termine aquí.

Me entrego un llavero lleno de colores y dio una pequeña carrera hasta llegar al auto que la estaba esperando, se fue sin darnos tiempo de responder.

__Creo que tenemos que esperar __Mi hermano suspiro dramáticamente.

__Así parece.

Metí el llavero en el bolsillo de la gabardina y camine hacia el auto.

***

El apartamento de Adela era pequeño, pero tenia el espacio justo para una persona, contaba con un recibidor que consistía en un mueble que ocupaba la mayor parte del espacio, una mesa en el centro, al frente estaba el televisor, un pequeño escritorio con una computadora de mesa en toda una esquina y una biblioteca que ocupaba la mitad de una pared, dándole el toque interesante al lugar.

El espacio se dividía con la cocina por medio de una isla adornada con tres taburetes, había un pequeño pasillo situado entre los dos espacios, compuesto por dos puertas, supuse que eran que su cuarto y el baño. Estaba pintando con colores pasteles y los muebles eran en su mayoría oscuros, tenia un toque entre lo moderno y lo clásico. El espacio estaba sumamente ordenado y el color de su colonia invadía el lugar. Poseía múltiples adornos y fotos que le daban la calidez perfecta a su hogar.

Todo alrededor gritaba su nombre y ese hecho me saco varias sonrisas espontaneas que no podía reprimir.

__Si sigues sonriendo así, voy a considerar llamar a un exorcista__ Mi hermano se sentó en uno de los taburetes y me acerco un plato con la pizza que habíamos comprado.

__No sé de que hablas__ Agarre el pedazo de pizza y me senté a su lado.

__Dado que estamos en una situación que no da felicidad alguna, pero hay una linda chica involucrada, voy a suponer que ella es la causante de tu buen humor.

__Mi humor es el mismo de siempre.

__Puedes mentirles a todos Nick, pero no a mi.

__ ¿A que te refieres?

__Ella te gusta hermano.

__No me gusta Adela__ Mi voz salió menos firme de lo que esperaba, haciendo que mi hermano sonriera.

__ Eres muy selectivo, en tu vida creo que nunca te has conectado mentalmente con alguien, todas tus relaciones han sido físicas, pero con Adela es diferente y lo sabes.

Volví a meter mi pedazo de pizza en la caja, se me había quitado el hambre y en su lugar empezaba a manifestarse un fuerte dolor de cabeza.