Nicos
—Tu madre está en Hatria — Desa levanta el rostro para mirarme a los ojos.
—¿Dónde está?- Andreus me sonríe al verme, ya me conoce.
- En un momento estará aquí —mi hija enarca una ceja Tomasso anda por ella, Desa yo ... — me siento frente a ella y la miró a los ojos — Por favor no le digas quién es el Desconocido Silencioso — mi hija se ha quedado asombrada ante mis palabras.
—¿Por qué? —desvió la mirada.
—Ella lo admira —mi hija me sonríe con todos los dientes.
—Eso es bueno papá — me pasa a Andreus para ponerse de pie —Cuando lo sepa te admirara más y... — calla cuando ve que niego con la cabeza.
—Desa, tú madre me culpa por la muerte de Kaia...eso arruinó nuestro matrimonio,necesito que primero sane su dolor.
—¿Amas a mamá? — suspiró y asiento — Desa da brincos de felicidad, se queda un momento pensando para luego soltar aquella idea disparatada —Tengo un plan mi querido padre.
—¿De qué hablas?—ella hace su largo cabello hacia atrás y echa un vistazo hacia el corredor.
—Tengo el don de unir parejas, he estado pensado en montar una agencia de corazón donde la gente encuentre al amor de su vida — Entrecierro los ojos.
—Estás bromeando — ella niega.
—Mira a Laviana y Onesimo —suelto una carcajada y Andreus me mira con curiosidad.
—Hija no te ofendas, pero no resultaría tu agencia, Onesimo se la pasa más en el suelo que de pie cuando está junto a Laviana, ya debe tener todo el cuerpo fracturado.
—Es cuestión de tiempo querido padre, ella muere por él.
Frunzo el ceño.
—Pues creo que solo tú lo notas —Desa niega.
—La he notado sentir celos por la enfermera que tenía papá, sabes que ella no deseaba marcharse así que ella se ha quedado cuidando a Andreus.
—Me siento confundido, sólo había visto a Anastacia la señora de unos sesenta años.
— ¿La señora?—mi hija niega con una gran sonrisa.
—No, papá, tenía dos enfermeras Anastacia y Layna que hacia el turno de la noche con papá. Ella es una joven de veinticinco años, muy bonita, dulce, en fin, me he dado cuenta que Laviana tumba más seguido y con más rabia a Onesimo cuando él conversa con Layna, lo que ella no sabe es que Layna babea por Igor pero este hombre es duro como una roca, no desea que lo vean como un tipo tierno.
—Desa te lo agradezco pero no quiero que Iona sufra más —ella hace un gesto con su mano.
—No te preocupes, déjamelo todo a mi, si veo que mamá no siente nada por ti, no moveré un solo dedo por que eso significa que se ha prendado del tipo de la foto — apretó la mandíbula y me alteró.
—¡He buscado esa puta foto y no la encuentro! —Andreus se suelta en llanto al escucharme gritar, una Desa muy furiosa me lo quita y empieza a calmarlo, no había duda que era hija de Iona con el menudo carácter que se gastaba.
—En está casa padre, no se grita —asiento y me siento mal al ver los ojos de mi nieto llenos de lágrimas.
— Lo siento Desa, déjame cargarlo, quiero que él sepa que jamás le haría daño — mi hija me lo pasa y un Andreus lloroso, se recuesta en mi pecho, decido pasearlo y susurrarle palabras de amor, después recordé la canción que Iona les había compuesto a Kaia y después se la cantaba a Tomasso, aclaró mi garganta y me siento como las ardillas cantando, Andreus deja de llorar.
Sonrió al saber que mi horrible voz le ha gustado.
Cuando levantó el rostro me topo con unos ojos llenos de lágrimas, ella me sonríe y se acerca a nosotros.
—Es como si fueran los chicos — Asiento mientras Iona acaricia la espalda de Andreus.
—Él es Andreus tu nieto — ella me mira y se muerde el labio, con cuidado tomo a Andreus y se lo paso, lo toma entre sus brazos y besa su cabecita, sigue llorando.
—Nunca pensé que tendría entre mis brazos al hijo de una de las gemelas, no había ninguna esperanza.
Desa entra en ese momento con una mamila en sus manos, hasta ese momento me doy cuenta que había salido. Ella se queda inmóvil mirando a su madre que sostiene a Andreus, con cuidado tomo a mi nieto entre mis brazos, ambas mujeres se miran a los ojos y Iona con pasó lento se va acercando a su hija, su llanto llega hasta donde nosotros, cuando está cerca de Desa, se tira en sus brazos y empieza a llorar más fuerte.
—Mi bebé — me he quedado sin moverme, Iona no suelta a su hija, aunque ambas están fundidas en un abrazo, a moco tendido.
—Vaya, esto si es intenso —Tomasso se está rascando la nuca —Ambas con el peor carácter del mundo y las más lloronas —sonrió por que sé que Tomasso quiere ser fuerte y no mostrarse débil pero la voz se le ha quebrado.
—Déjalas salir hijo, a veces es bueno dejarlas salir —él asiente y sus lágrimas rodan por sus mejillas.
—Nunca pensé que un día estaríamos de nuevo juntos, solo falta Kaia — apoyo mi mano en su hombro.
—Nuestra pequeña está con nosotros Tomasso.
El asiente.
—Padre -—sigo acariciando a Andreus.
—Dime
—Él ha llegado —frunzo el ceño y no sé a qué se refiere.
—¿Aquiles?
Tomasso niega mientras limpia las lágrimas.
—El novio de mamá.